ZARAGOZA

El alcalde se aferra a los logros de la Expo ante una oposición que exige medidas contra la crisis

El debate sobre el estado de la ciudad acentúa la división entre el gobierno y PP, CHA e IU tras la muestra de 2008.

El debate sobre el estado de la ciudad volvió ayer al Ayuntamiento de Zaragoza sin sorpresas, ni emoción, ni vencedores ni vencidos, con la bronca ajustada que se supone a la dialéctica entre gobierno y oposición y poco más. El alcalde, Juan Alberto Belloch, dibujó en el salón de plenos el terreno de juego donde más cómodo se mueve, el del éxito de la Expo, y la oposición quiso calentar la sesión atizando las brasas de la crisis económica en contra del gobierno PSOE-PAR y exigiendo al alcalde que se convirtiera en un bombero eficaz que apagase el fuego. Y ahí se quedó el asunto.


Como marca el reglamento orgánico, el alcalde abrió el debate nervioso y desdibujado, con un discurso plúmbeo en el que desgranó una lluvia de datos para remarcar el éxito de la Expo 2008. No fue su intervención más brillante. Subrayó las inversiones conseguidas, los 2.639 millones que según sus cuentas ha dejado directa o indirectamente la muestra.


Pero no se quedó ahí. Habló tanto de los 2.692.000 de metros cuadrados del plan de riberas, como de los 20,4 kilómetros de carril bici. Destacó una por una las obras del plan de acompañamiento hasta llegar a los 40.000 arbustos del parque Luis Buñuel. No obstante, y vislumbrando la que se le avecinaba, derivó su reflexión sobre la Expo hacia el terreno económico y a la carga que recaerá sobre el Ayuntamiento. "No habrá ni sorpresas desagradables ni cargas ocultas bajo las alfombras", explicó.


Ante un público aburrido y algún concejal que le costaba mantenerse despierto, prosiguió con las mejoras en materia de movilidad, limpieza o medio ambiente. No hubo novedades. Solo datos hasta la extenuación. Y llegó el momento de hablar de economía y desempleo, el primer problema de los aragoneses según el último barómetro del Gobierno de Aragón.


Empezó diciendo que "el acelerado empeoramiento del contexto económico general nos obliga a reconsiderar nuestras previsiones", por lo que ya adelantó una reducción del 5% del presupuesto de 2009. Pero, poco después, admitió: "Tenemos un margen muy escaso para aplicar las recetas contra la crisis".


Citó el ya conocido plan de austeridad que solo llegará al 0,3% del presupuesto y el impulso de una serie de obras que o bien no dependen del Ayuntamiento o tienen una financiación más que incierta (tranvía, campo de fútbol, Arcosur, Caixafórum...). Llegó a hablar de 27 aparcamientos en tres años, cifra que causó incredulidad entre casi todos los asistentes.


También anunció medidas de reorganización y ahorro, como la concesión de licencias urbanísticas en el acto a partir de enero o el impulso a la administración electrónica. O defendió sin medias tintas la política de recalificaciones de suelo a particulares mediante convenios urbanísticos (como el de la huerta de las Fuentes o el de la carretera de Huesca). Pidió consenso a la oposición y pasó de puntillas por la Expo Paisajes 2014, consciente de que aún le queda mucha cocina a ese proyecto. Y se cerró la sesión con más pena que gloria.


"Sin alma", "le faltó ilusión", "está cansado", "un discurso de bajo perfil"... Así valoraban los portavoces de la oposición la intervención del alcalde mientras calentaban motores para las suyas.


Por la tarde empezó el debate de verdad, en el que los grupos, viendo a un alcalde sin 'punch', atacaron por donde más le dolía: la crisis económica, el crecimiento del paro o el derroche en sillas y mesas. "Ha llevado al Ayuntamiento a la bancarrota", se despachó el portavoz del PP, Domingo Buesa, especialmente brusco con el alcalde. "Mientras usted habla de proyectos fantásticos, hay familias que lo pasan mal. Y para hacer frente a ello no le hemos oído una sola iniciativa eficaz", añadió. Cargó contra la gestión económica de la Expo y receló de la Expo 2014. "Solucionen primero los problemas económicos del Ayuntamiento", dijo Buesa.


En su estreno en este tipo de debates, Juan Martín, de CHA, también dio duro. "No ha dado ni una sola receta ni una sola solución a la crisis", afirmó. El pago de la deuda de la Expo en solo dos años o las recalificaciones fueron otras de sus críticas. José Manuel Alonso, de IU, optó por un discurso más emocional e ideológico, con la situación de los desempleados y la defensa de la ciudad consolidada frente a la expansión urbanística como ejes fundamentales. "El Ayuntamiento no puede desentenderse de los problemas de los trabajadores", subrayó.


Manuel Blasco, del PAR, salió con un discurso más triunfalista de lo esperado. "Quien opine el estado de la ciudad no es bueno, no vive en esta ciudad. No hay que confundir el estado de la ciudad con el de la economía", afirmó. Sin soltar la bandera de la Expo que se trajo el alcalde, el socialista Carlos Pérez trató de rellenar las carencias del discurso, exigiendo a la oposición que no haga demagogia con la crisis. "Los ciudadanos no perdonarían que con su situación personal se haga un cuartillo de urna para sacar diez votos".


Belloch replicó con cifras de la Expo, de la que quedan por pagar, según sus cálculos, 22 de los 208 millones que aporta el Ayuntamiento. Logró además evitar que el debate se enfrascara en la crisis y cerró con una advertencia: "Los ciudadanos han jugado en Champions y no se van a conformar con la segunda división".