Discurso íntegro del presidente 

Excelentísimas e ilustrísimas autoridades


Premiados


Señoras y señores:


Nos reunimos como cada 23 de abril para celebrar la festividad de San Jorge. El día de Aragón. El día de nuestra autonomía.


Esta celebración coincide con el primer aniversario de nuestro nuevo Estatuto de Autonomía. Un texto que ha colocado a Aragón en el lugar que le correspondía en el conjunto de España y que nos ha dotado de las mismas competencias y capacidades que las Comunidades más avanzadas de nuestro país.


Un Estatuto que permite que seamos los propios aragoneses quienes decidamos cómo queremos que sea nuestro futuro.


Tenemos por delante el desarrollo del mismo, una tarea que de inmediato comenzará a dar sus frutos. El vicepresidente anunciará en las próximas fechas el calendario de reformas y se iniciará el envío a las Cortes de los primeros textos legislativos.


El Día de Aragón lo celebramos también a pocas semanas del inicio del reto más importante que hemos vivido en los últimos años: la celebración de la Exposición Internacional de Zaragoza.


El recinto de la Expo ya ha tomado forma. Los magníficos puentes sobre el Ebro son ya una realidad y el cierre de los cinturones o las obras complementarias dan los últimos retoques antes de su apertura.


Ha sido un esfuerzo como pocas veces se había realizado. En diciembre de 2004, Zaragoza era nominada sede de la Expo 2008. Y en tres años y medio hemos sido capaces de realizar los proyectos, contratar las obras y ejecutarlas.


Este éxito no hubiera sido posible sin el apoyo y la coordinación de todos. Impulsado en un primer momento por el Ayuntamiento de Zaragoza, ha logrado el apoyo de toda la sociedad: Gobierno de Aragón, Gobierno de España, partidos políticos, sin excepción, agentes sociales y, especialmente, los ciudadanos. Sin la ilusión, el apoyo y el empuje de la sociedad aragonesa hubiera resultado imposible, en tan corto espacio de tiempo, alcanzar el éxito.


Nos queda por delante abrir la Muestra y recibir a los más de siete millones de visitantes que durante todo el verano conocerán Zaragoza y Aragón. El éxito de esta fase depende de todos y cada uno de los aragoneses. Hemos de saber aprovechar esta oportunidad para ofrecer la mejor imagen de Aragón. Debemos implicarnos todos y ser conscientes que los debates tan apasionados como los que vivimos estos días van a ser observados atentamente por todo el mundo.


Es una ocasión que debemos afrontar con la ilusión y la responsabilidad de saber que es histórica.


La innovación y el mundo del conocimiento son puntos que unen hoy a los Premios Aragón 2008.


Con el catedrático zaragozano Mateo Valero teníamos una deuda. Conocido en todo el mundo, premiado en Europa y América, por fin recibe el merecido reconocimiento de Aragón. El máximo galardón que nuestra Comunidad Autónoma otorga cada año a sus hijos ilustres.


Catedrático de arquitectura de ordenadores, dirige el más potente supercomputador de Europa. Una de cuyas extensiones inauguramos hace unos pocos meses en la Universidad de Zaragoza.


El rector de la Universidad de Zaragoza representa en este acto a los miles de estudiantes que han participado en los programas Erasmus.


Desde su puesta en marcha, diez mil estudiantes de toda Europa han pasado por las aulas de la Universidad de Zaragoza y más de doce mil estudiantes aragoneses han viajado por el mundo.


Este galardón supone el reconocimiento a uno de los programas de la Unión Europea que más han contribuido a la construcción de la Europa de los ciudadanos. Miles de jóvenes de todos los países de la Unión recorren cada año las universidades europeas, en un proyecto de intercambio y conocimiento mutuo que trasciende lo meramente formativo y que con el paso de los años comprobaremos que ha permitido avanzar de forma determinante en ese objetivo que hemos llamado la Europa de los pueblos.


Dos galardones que, a la vez, nos permiten apreciar la gran transformación que Aragón ha vivido en los últimos años. La ciencia, la investigación, la tecnología, las nuevas energías o la Universidad, son ámbitos en los que los aragoneses vienen destacando desde hace años. Ese viejo Aragón sólo agrario ha dado paso a un Aragón moderno, innovador y pionero.


A los dos galardonados, mi enhorabuena en nombre de todos los aragoneses.


Hoy somos una Comunidad emergente, bien posicionada en sectores estratégicos como la automoción, la logística, las energías renovables, el turismo o la industria agroalimentaria. Una Comunidad preparada para afrontar con confianza y optimismo los retos del siglo XXI.


Uno de los principales retos de este nuevo siglo es el uso del agua.


Aragón ha sido determinante para que España adopte unas políticas del agua novedosas y modernas. Comprometidas con el medio ambiente y acordes con las nuevas tecnologías.


Hemos actuado siempre con argumentos y razones. Aunque desde fuera se nos haya querido representar en las más de las ocasiones como insolidarios y tercos.


Las instituciones políticas y sociales de España y Europa nos han dado la razón. Y lo que es más importante, han adoptado como propias las políticas, a veces pioneras, que desde nuestra Comunidad se proponían.


Y lo han hecho porque han estado fundamentadas en razones científicas y jurídicas, técnicas y económicas. Y siempre hemos ofrecido alternativas para resolver los problemas existentes.


El Gobierno que presido mantiene de forma clara y contundente su oposición a los trasvases. Y lo hacemos por diversas razones: porque lo dice nuestro Estatuto de Autonomía; porque lo señalan los acuerdos de Gobierno que desde hace nueve años mantenemos el Partido Socialista y el Partido Aragonés; por principios políticos y medioambientales y porque hemos demostrado que hay soluciones mejores para resolver los problemas hidráulicos.


No es necesario que reitere en este acto algunos de los principios que desde hace años repetimos casi a diario.


Pero quiero también recordar que los aragoneses hemos diferenciado siempre los trasvases de las necesidades de abastecimiento para agua de boca que han tenido algunas ciudades de las Comunidades Autónomas de la cuenca del Ebro.


Desde Aragón hemos combatido en todas las épocas los trasvases del Ebro. Pero hemos actuado de manera distinta cuando Bilbao, Santander, Torrelavega, Reus o Tarragona necesitaron agua de la Cuenca del Ebro para beber.


Ahora, en este proyecto que tanto debate genera, Aragón debe cumplir el mandato del artículo 19 de su Estatuto y vigilar para que ni un litro más de los concedidos en 1981 se derive del Ebro o de su cuenca. Es lo que manda nuestro Estatuto y es lo que haremos.


Soy consciente que en ocasiones es complicado exponer ante la opinión pública determinados argumentos, y más cuando afectan a cuestiones que los aragoneses vivimos con apasionamiento. Pero la responsabilidad y la coherencia nos obligan más que a nadie, porque en su día colaboramos en el cambio hacia las nuevas políticas del agua en España y por los compromisos adquiridos con los propios ciudadanos aragoneses.


Como presidente de todos los aragoneses, ni defenderé posiciones incoherentes con lo que hemos venido proponiendo estos años, ni consentiré que la imagen de Aragón salga maltrecha.


Señoras y señores, Aragón está punto de vivir una Expo que nos situará como referencia mundial en materia hídrica. En la misma, pretendemos aprobar la Carta del Agua de Zaragoza, un documento de conclusiones que debe marcar las pautas para resolver los problemas de abastecimiento y calidad de agua que afectan a la mitad de los casi 6.500 millones de habitantes del planeta.


Nada menos que 1.100 millones de personas carecen de agua potable y otros 2.400 millones no tienen acceso a un saneamiento adecuado. Las cifras de muertes por problemas sanitarios derivados de estas circunstancias alcanzan caracteres escalofriantes.


La mala gestión y distribución de los recursos hídricos. La falta de conocimiento de los nuevos métodos de abastecimiento y la ausencia de perspectivas han dado origen a numerosos conflictos en todo el mundo.


En junio, abriremos un debate mundial, en el que participarán más de dos mil expertos, para adoptar medidas que permitan resolver la mayor lacra de injusticia de nuestro planeta.


Zaragoza debe ser el punto de referencia mundial para adoptar las medidas precisas que permitan acabar con este conflicto. Con la altura de miras, la generosidad y la visión global, que históricamente ha tenido Aragón, les invito a afrontar este debate.


Feliz Día de Aragón a todos.