LOS VECINOS

"Compensa la calidad y nos ahorramos el agua embotellada"

Muchos destacan las cualidades del agua que les llega de Yesa frente a la que tenían antes. Entienden que si hay más calidad deberán pagar más, pero les compensa -dicen- porque se evitan tener que comprar.

Establecimiento de Remolinos.
"Compensa la calidad y nos ahorramos el agua embotellada"
OLIVER DUCH

Antes, cuando abrían sus grifos el agua salía de un color marrón. Casi todos los vecinos compraban agua embotellada para el consumo y hasta para cocinar. Ni siquera la ropa quedaba bien tras salir de la lavadora. Pero desde el pasado julio, los vecinos de la Ribera Alta del Ebro pueden llenar el agua del grifo y beberla directamente. El descenso en la venta de botellas y garrafas ha caído de forma vertiginosa y los vecinos se muestran muy satisfechos con la calidad del agua. Por eso, no ven con muy malos ojos la subida que experimentarán sus recibos. "Compensa la calidad y nos ahorramos el agua embotellada", coinciden la mayoría.

 

En la tienda que regentan María Cruz Calvo y su marido Ángel Pérez, en Remolinos, el número de botellas y garrafas que vendían se ha reducido a la mitad. "El agua embotellada que vendíamos se ha reducido un 50%", dice él. "La de botellas en torno a un 20%", añade. Muchos de los vecinos que acuden a su tienda aseguran que, aunque han dejado de comprar agua para cocinar, siguen haciéndose con botellas para beber.

 

"El agua es mucho mejor que antes, pero la verdad es que como me había acostumbrado a tomar embotellada, sigo comprando", comenta Presentación Pes, vecina de Remolinos. "Aquí el agua tenía mucha cal y aunque tenía un descalcificador, no podía beberse", añade Presentación.

 

Mucha diferencia de calidad

Esta vecina de Remolinos asegura que, desde que en verano llegó el agua de Yesa, han notado mucha diferencia: "En el pelo y en la cara también se nota". En su caso, antes compraba de media unas cinco garrafas a la semana para ella y su marido y ahora solo una.

 

Debido al bajón en la venta de botellas de agua, en la tienda de Mari Cruz y Ángel han decidido poner ofertas para animar a los clientes. Aunque ellos mismos reconocen que la que sale por el grifo ha mejorado muchísimo desde el verano.

 

"Cuando te lavas el pelo, sale mucho más jabón", añade María del Carmen Cerlanga, que sigue consumiendo embotellada para beber y para preparar salsas. "Al menos ahora se puede cocinar con agua del grifo", comenta.

 

Otra de las clientas de la tienda, aseguró que también se nota mucho en el lavavajillas. "Aún sigo teniendo agua embotellada", apunta María Ángeles Aróstegui.

 

En las cafeterías de Remolinos, aseguran que su trabajo siempre ha estado condicionado a la dureza del agua. "Hasta que se gradúe, a veces le noto más olor", explica Celia Domínguez, de la cafetería homónima.

 

En Cabañas, los vecinos también se muestran muy contentos con la calidad el agua del Yesa. "La ropa queda mucho más suave y blanca. Antes, para el verano el agua salía un poco verdosa, pero ahora todo está mucho mejor", explica Herminia Orensanz, vecina de Remolinos. Explica esto mientras tiende la ropa que acaba de lavar en el pequeño tendedero que tiene en la ventana. "Será un poquico más cara, pero si es de más calidad...", concluye.

 

Rosa María Abad es cocinera en el hostal-restaurante Cubero de Cabañas que abrió hace once años. "Tenemos descalcificador, pero aun así se nota mucho que la vajilla queda mucho más limpia -añade la hostelera-. En los manteles también se nota mucho". "A veces, el agua salía marrón del barro y hasta con bichos", concluye Abad.

 

Aunque la mayoría de los vecinos saben que el recibo del agua subirá, la mayoría consideran que el precio que pagan por el abastecimiento siempre será menor que al que tenían que hacer frente antes cuando compraban embotellada todo el agua que consumían. En este aspecto también coinciden los alcaldes, aunque consideran que cuando deje de ser provisional el servicio habrá que hacer nuevos ajustes.