Peregrinos con discapacidad recalan en Monzón en su camino hasta Santiago
El grupo lo componen tres personas con movilidad reducida y cuatro acompañantes. Son miembros de la asociación gallega Discamino y salieron de Roma el 19 de julio.
Tres personas con movilidad reducida y cuatro acompañantes salieron de Roma el pasado 19 de julio y prevén llegar a Santiago de Compostela a mediados de septiembre, unos 50 días después. Son miembros de la asociación gallega Discamino que este jueves han recalado en Monzón, a donde llegaron tras completar la etapa que arranca en el municipio leridano de Balaguer.
El grupo circula por asfalto en dos triciclos, una handbike y dos bicicletas BTT de apoyo. Éstas son para los monitores que ayudan en las subidas. Juntos, pretenden recorrer 2.800 kilómetros en menos de dos meses, con tres o cuatro relevos previstos.
Gerardo es uno de los integrantes del grupo. Es natural de Vigo y tiene discapacidad visual y auditiva. Él es el precursor de Discamino, asociación que nace en 2009, cuando éste completó su primer Camino de Santiago pedaleando sobre un triciclo tándem de origen holandés.
Le acompaña entonces, y también ahora, Javier Pitillas. Al llegar a la plaza del Obradoiro me dijo que buscara a más personas con discapacidad para hacer el camino durante muchos años, explica. Y así lo hizo.
Discamino es hoy una herramienta que favorece el acceso a las personas con movilidad reducida a este peregrinaje. Un reto no solo físico sino también mental para quienes se enfrentan a esta ruta en la que se requieren altas dosis de compañerismo.
El grupo ha pasado la noche en Monzón, donde el Ayuntamiento ha facilitado las instalaciones del complejo de tenis Conchita Martínez para su descanso. El alcalde en funciones, David Martínez, ha recibido en la plaza Mayor a los peregrinos que una vez recuperadas fuerzas, continúan ya su discamino hacia Santiago.
