La trashumancia de reses bravas protagoniza el último día de fiestas de Grisel

Niños y mayores han disfrutado este jueves por la mañana con la segunda trashumancia de reses bravas durante las fiestas de Grisel, en la comarca de Tarazona y el Moncayo. Ocho toros y dos novillos han sido conducidos desde una zona de campos cercana hasta el interior del casco urbano.

La jornada ha comenzado con la concentración de caballistas y un almuerzo para todos los asistentes en la explanada frente a las piscinas municipales. Después, los que han querido han ido al encuentro de los animales, en un campo del término municipal griselero.

Un tractor con un remolque cargado de espectadores, coches, motos, o bicis han sido algunos de los vehículos que han acompañado a los caballistas en el recorrido, que ha durado en torno a dos horas. “Los caballistas y los ganaderos controlan, son gente profesional que saben lo que hacen”, ha dicho el alcalde de Grisel, Javier Martínez, ya tranquilo cuando ha finalizado el acto sin incidentes.

“Aunque supuestamente no tiene por qué haber problemas, siempre tienes incertidumbre porque al fin y al cabo estos animales no dejan de ser reses bravas, y en un momento determinado te pueden dar un disgusto, pero afortunadamente ha salido todo bien”, ha continuado Martínez.

Las fiestas de Grisel afrontan ya sus últimas horas, con un balance “muy positivo”. “Ha habido muchísima gente y se han divertido. Lo más importante es que se lo hayan pasado bien y que no haya habido problemas ni incidencias, con eso nos damos más que satisfechos”, ha asegurado el primer edil griselero.

Han sido cuatro días de festejos en honor a Nuestra Señora de la Asunción y San Roque que culminan esta tarde con un paintball y la traca final.