Luigi Maráez busca financiación para terminar la segunda escultura de Bécquer en Trasmoz

La primera estatua de bronce fue robada en el año 2014.

El artista Luigi Maráez en Trasmoz, junto al lugar donde se ubicaba la estatua robada.
El artista Luigi Maráez en Trasmoz, junto al lugar donde se ubicaba la estatua robada.
(N.B.)

El artista Luigi Maráez sigue trabajando en la reconstrucción de la estatua de Gustavo Adolfo Bécquer que fue robada de su ubicación, junto al castillo de Trasmoz, en abril de 2014. Los ladrones, que fueron detenidos poco después, la trocearon para venderla al chatarrero. Han pasado dos años y medio, y todavía no se ha solucionado la restitución de este monumento de bronce de dos metros de altura y trescientos kilos de peso.


La escultura, valorada en 20.000 euros, fue realizada por este artista sevillano quien la donó como regalo al pueblo de Trasmoz. Se inauguró en el año 2008, durante el VII Festival Internacional de Poesía Moncayo y desde ese momento formó parte de la Ruta de los Hermanos Bécquer, puesta en marcha por Ediciones Olifante y que discurre desde el Monasterio de Veruela hasta Litago, pasando por Trasmoz.


Maráez reclamó desde el principio el bronce recuperado por la policía para poder fundirlo y utilizarlo en la realización de una nueva escultura, pero los trámites judiciales se lo impiden. Así que ha optado por reconstruirla utilizando, otra vez, sus propios medios económicos.


“El mismo día que la robaron yo decidí que la iba a volver a hacer y después de siete años puesta en este lugar, pensé que iba a haber una serie de respuestas sociales, culturales, asociaciones, diputación… y la respuesta ha sido ninguna, de hecho las piezas que se recuperaron ni siquiera me han sido devueltas cuando la Policía Foral me dijo que las podría recoger al día siguiente”, recuerda Luigi Maráez.


El artista sigue empeñado en que esta tierra rinda un homenaje a Bécquer, que tan vinculado estuvo al Moncayo. Siente que es una obligación hacia el poeta que tanto admira. “No puedo estar esperando a que me devuelvan las piezas, yo tengo que recuperar la escultura y volverla a traer aquí porque es una vocación personal que yo sé que mucha gente lo agradece y me apoya emocionalmente, lo que pasa es que económicamente andamos de cabeza y yo soy artista, pero no soy millonario”, dice Maráez.


La fundición de la escultura se divide en cuatro partes, de las que ya se han realizado tres. Para financiar la última parte, el artista ha abierto una cuenta en Internet para recibir las donaciones que se puedan hacer de manera desinteresada.

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