Los bomberos del Bajo Cinca retiran 9 enjambres de abejas en solo dos semanas

El retraso en la floración ha incrementado la actividad de estos insectos durante el mes de junio.

Imagen de una de las últimas intervenciones realizadas.
Los bomberos del Bajo Cinca retiran 9 enjambres de abejas en solo dos semanas
Bomberos Bajo Cinca

Durante las dos primeras semanas del mes de junio, los bomberos del parque comarcal del Bajo Cinca han tenido que emplearse a fondo para dar respuesta al incremento de avisos relacionados con la aparición de enjambres de abejas en vehículos, viviendas, árboles, postes de luz o establecimientos de diferentes poblaciones del territorio. En tan quince días, han realizado nueve intervenciones, casi las mismas que llevaron a cabo durante todo el mes de junio de 2015, en el que fueron 10.


La atípica climatología ha retrasado la floración, lo que explica este tardío repunte en la actividad de las abejas, según explica el apicultor Antonio Achón, de Fraga, que desde hace dos años apoya el trabajo del parque de bomberos del Bajo Cinca. De las nueve intervenciones registradas, la mayoría han tenido lugar en la ciudad de Fraga. La última en una vivienda de la calle Río Ebro. En todos los casos, en lugar de destruirlos, ha sido posible recuperar los enjambres, gracias a la mejora del protocolo de actuación adoptado por los bomberos, que está basado en las indicaciones y formación trasmitida por el apicultor. Así, de acuerdo a sus instrucciones, colocan una caja de captura junto al enjambre, en la que introducen una feromona, que atrae a las abejas hasta su interior. Después, los ejemplares son trasladados a la finca del apicultor, que se responsabilizada de su cuidado y finalmente, si logra su asentamiento, de su explotación. En la mayoría de los casos, las intervenciones fueron resueltas en menos de una hora.


Las colonias solo son destruidas cuando el acceso resulta imposible o están asentadas en lugares de riesgo para la población como parques públicos, instalaciones deportivas o centros educativos, donde "puede haber personas alérgicas a su picadura", detalla el jefe del parque comarcal de bomberos del Bajo Cinca, Carlos Badía, que, al mismo tiempo, subraya la importancia del apoyo que presta el apicultor. "De su mano, hemos aprendido a manipular las feromonas o, por ejemplo, orientar de forma correcta las cajas, lo que nos permite ofrecer un servicio más profesionalizado y además, dar un tratamiento adecuado a estos insectos, que son fundamentales para el ecosistema", añade Badía.


Además de acompañarles en algunas de sus salidas, el apicultor coloca cada año varios núcleos de caza en las entradas naturales de las abejas con el fin de limitar su acceso a los cacos urbanos. En esta ocasión, el retraso del periodo de activación de las abejas ha reducido su efectividad. También complica esta labor preventiva el gran número de cajas abandonadas por otros apicultores. Para Achón, el cuidado de las abejas y la producción de miel es una pasión, que desarrolla desde hace varios años y que acaba de ser reconocida con uno de los galardones del conocido certamen celebrado en El Perelló (Tarragona).

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