EDUCACIÓN

Cientos de niños en Aragón desconocen que son superdotados

Según las estadísticas, hay unos 2.500 niños en Aragón con un coeficiente intelectual superior a 130, por lo que tendrían posibilidades de ser calificados como superdotados, pero no lo saben. La falta de motivación puede hacer que el 50% de ellos sufra fracaso escolar.

Toda madre o abuela que se precie cree que su hijo o nieto es más listo de lo normal, y en algunos casos es cierto. Según los parámetros que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 2% de la población escolar iguala o supera el 130 de coeficiente intelectual (CI), límite a partir del cual, tradicionalmente, se ha considerado a una persona como superdotada.


El psicólogo y presidente de la Asociación Española de Niños Superdotados (ASENID), Ricardo Sanmartín, lleva esos datos al alumnado aragonés (primaria y secundaria) y calcula que hay unos 2.500 niños con este nivel de CI en la Comunidad, por lo que se les consideraría personas con altas capacidades que tienen una inteligencia superior a la media o habilidades especiales en una determinada materia. Sin embargo, como apunta Sanmartín, “la gran mayoría no lo sabe y, por lo tanto, no puede actuar en consecuencia”.


Sanmartín dice que este desconocimiento, “fruto de la falta de información de los padres en la mayor parte de los casos”, hace que estos niños no exploten todo su potencial educativo y la falta de una motivación adecuada “puede incluso llevar a la mitad de ellos a sufrir fracaso escolar”.


Sin embargo, a efectos prácticos, tener un alto CI no significa estar reconocido como superdotado por la administración. La legislación vigente marca otros requisitos imprescindibles para poder modificar el rendimiento educativo de un alumno, entre los que destacan su adaptación o integración socioemocional, así como su excelencia académica o su creatividad.


“Reunir todas estas premisas es muy complicado”, apunta Sanmartín. “Tener un alto CI no garantiza siempre sacar buenas notas, de hecho, en muchos casos este tipo de alumnos se aburre en clase, lo que desemboca en malos resultados académicos”, señala. Así, para el presidente de ASENID, el sistema educativo no se adapta correctamente a las necesidades de estos niños.

Adaptación y aceleración curricular


Educación contempla dos medidas para atender a los alumnos superdotados. En la mayoría de los casos se recurre a adaptaciones curriculares. Los alumnos continúan dando clases con sus compañeros pero incorporan contenidos o asignaturas que complementan su formación. Esta opción es la más recomendable cuando el alumno muestra ciertos talentos o altas capacidades solo en determinadas materias.


Cuando la superioridad respecto al resto de sus compañeros es manifiesta en todos los ámbitos, la administración puede optar por la aceleración académica, por la que el alumno salta al curso siguiente.


Sanmartín comenta que estás medidas se aplican en Aragón, “pero no tanto como debieran”. A su juicio, “la falta de recursos y de personal especializado hace que no se aprovechen lo suficiente”.


Teresa Millán, psicóloga de la Asociación Aragonesa de Altas Capacidades – Sin Límites, habla de la importancia de cuidar a estos niños, que “muchas veces se sienten diferentes y no entienden por qué no aprenden al ritmo de los demás”. Millán apunta que los casos más graves pueden terminar en diferentes trastornos o depresión.


Por eso, desde Sin Límites tratan de llenar los huecos que deja la legislación con actividades extraescolares que les propongan retos y les obliguen a esforzarse, todo ello desde un punto de vista lúdico. “Es importante que los niños con altas capacidades hablen con otros con inquietudes similares a las suyas para que no se sientan bichos raros”, dice Millán.


Desde esta asociación organizan talleres de matemáticas recreativas, robótica, experimentos científicos y también cafés-tertulia para los padres, “que también necesitan ayuda y consejos para entender mejor a sus hijos”.


La psicóloga sentencia que para una mejor atención “hay que superar el miedo al diagnóstico y a poner etiquetas”.