Cien colegios tienen solo un profesor para dar clase a niños de distintos cursos

Todos son centros rurales, con diez o menos alumnos y un único docente generalista Una red de maestros especialistas viaja a los pueblos algunos días para prestar apoyo

Niños en una clase.
Cien colegios tienen solo un profesor para dar clase a niños de distintos cursos
PATRICIA PUÉRTOLAS

Cien colegios aragoneses cuentan con un solo profesor generalista que imparte clase en una misma aula a alumnos de distintos cursos de Infantil y Primaria. Todos esos centros tienen dos características en común: pertenecen al medio rural y tienen diez o menos estudiantes matriculados. El maestro ejerce de tutor de los niños y suele trabajar en aulas unitarias dependientes de Colegios Rurales Agrupados (CRA).

 

Algunos de estos docentes son interinos y reparten su tiempo para poder atender las necesidades educativas de cada uno de los pequeños. Por ejemplo, en una clase de Lengua, mientras explica la lección a los de un curso, los demás hacen ejercicios o leen y, después, se cambian los papeles.


Por provincias, en Teruel es donde hay más escuelas con un maestro generalista y menos de diez alumnos. En concreto, se ubican allí 42 de estos centros. Le sigue Huesca, con 36, y en Zaragoza están las otras 22.


En estos colegios se imparte Educación Infantil y Primaria, aunque no en todas ellos se dan los ciclos completos. En algunos casos, por ejemplo, los alumnos estudian en estas aulas unitarias hasta tercero de Primaria y después van a otro centro de una localidad próxima. Para ello se les facilita transporte escolar.


El Gobierno de Aragón pone un segundo profesor cuando en una escuela el número de alumnos asciende a once o doce, según los casos particulares de cada centro. Para dar apoyo a las aulas con pocos maestros, la DGA proporciona profesionales itinerantes, especialistas en materias como Música, Inglés y Educación Física. Ellos son una pieza fundamental en los pequeños colegios que permiten a los alumnos disfrutar de una enseñanza de calidad.


En Aragón circulan por las carreteras unos 400 de estos docentes que son asignados a un CRA y se mueven por las escuelas que dependen de este. Estos especialistas suelen trabajar unas 18 o 20 horas lectivas semanales, frente a las 25 de un maestro generalista, ya que tienen una reducción por el tiempo que pasan en la carretera. Desde la DGA siempre han insistido en que los niños que acuden a estas escuelas disponen de los mismos medios que los de la ciudad en cuanto a recursos informáticos, por ejemplo.


Es más, recuerdan que muchos de los proyectos de innovación educativa que se han ido extendiendo por la comunidad (como el de las pizarras digitales, por ejemplo) han nacido en estas pequeñas escuelas, donde los maestros han echado mano de su ingenio para poder realizar de la forma más conveniente y atractiva su tarea docente.

Las características territoriales de la Comunidad Autónoma de Aragón hacen que en el territorio existan una gran cantidad de Colegios Rurales Agrupados, que están formados por varios centros. Este modelo resulta esencial para la supervivencia de las escuelas en los pequeños pueblos.

Los CRA organizan actividades conjuntas entre las unidades repartidas por las diferentes localidades para que los niños puedan relacionarse con más pequeños. Con este sistema, los maestros no se sienten tan solos y se pueden organizar mejor. Además, pueden compartir especialistas y actividades.


Escuelas con menos de 20 niños

Esto resulta imprescindible en una tierra en la que abundan las pequeñas escuelas. Distribuidos por todo el territorio hay 242 colegios que cuentan con 20 o menos alumnos, la mayoría de ellos se encuentran en la provincia de Zaragoza (89) y Teruel (86). En Huesca se registran 67.

Pero, dentro de esas cifras se esconden centros en los que solo hay cinco niños o menos matriculados. En concreto, hay 13 en Teruel, 8 en Huesca y otros 8 en Zaragoza.


A diferencia de otras comunidades, Aragón ha establecido unas normas flexibles sobre el número mínimo de estudiantes con el que se puede mantener abierto un centro. Mientras que en otras zonas de España se cierran colegios si no se llega a los 15 niños, aquí se mantienen incluso con tres. Ocurre, sobre todo, cuando el pueblo en el que se encuentra el centro tiene problemas de comunicación que hacen difícil el traslado de los pequeños a escuelas de otras localidades.


Antes de cerrar un centro, la Administración tiene también en cuenta el futuro demográfico del pueblo, esto es, si en la localidad hay niños pequeños que lleguen a la edad escolar en los próximos años. La desaparición de un colegio supone siempre un drama para el pueblo, las familias y la Administración, por lo que la clausura se produce solo cuando es inevitable o así lo quieren los padres.