RADIOGRAFÍA DE ARAGÓN

Carmelo Bosque: "El aragonés es competitivo, pero no llega a fagocitar ni es agresivo"

¿Los aragoneses tenemos capacidad como sociedad para superar esta situación?


Indudablemente que sí. La solución están en las ideas y en Aragón hay gente con ideas. Yo, que soy hijo de la crisis del 93, que es cuando empecé con mis empresas, he salido a base de trabajar. Trabajo, honradez y humildad son fundamentales; sin estos valores la sociedad no puede salir adelante. Ahora nos dicen que volvamos a recuperar la ética, pero mucha gente no la hemos perdido. Muchos hacemos lo cotidiano, trabajar, cuidar a nuestra familia y nuestro entorno, y estamos siempre pensando qué valor aportamos. No qué valor podemos robar al territorio.


¿Cuánto tiempo cree que costará remontar la crisis económica?


Creo que la crisis está instaurada en las clases altas. Es importante que recuperemos a la clase media. Es la que realmente consume y articula el tejido de las compras. Y cuanto antes racionalicemos los gastos antes saldremos de la crisis. Los de la generación de los 60 comprábamos coches de segunda mano a 20.000 pesetas y los jóvenes de los 80 quieren tener los de cinco millones de pesetas.


¿Tiene alguna receta?


La receta es el trabajo y las ideas. Es lo que mueve el funcionamiento de las cosas. Platón le preguntaba a Aristóteles dónde debía poner el hombre su mirada, y el primero le dijo que allí donde esté el mundo de las ideas. Sin ideas no se puede salir de la crisis. Ramón y Cajal también decía que lo importante no era la inteligencia, sino la actitud que movía esa inteligencia. Los aragoneses ya hemos demostrado con la Expo de lo que somos capaces.


¿La actual coyuntura política, con PSOE y PAR enfrentados, puede retrasar la solución?


Una parte de la cabeza de los que nos dedicamos a la creación nunca piensa en política. Siempre pensamos en personas, en actitudes. Si hemos estado doce años tranquilos miremos todos en un mismo objetivo, que haya paz y tranquilidad. Y yo, que he nacido dentro de esa tranquilidad como empresario, pediría a los políticos que trabajaran con el convencimiento de ayudar a la sociedad.


El recorte de Opel acaba con el monocultivo del automóvil y la logística tiene sus limitaciones. ¿En qué sector productivo está el futuro de Aragón?


Cuando era joven y tenía el deseo de comprar un coche siempre pensaba en un Opel Corsa. Quizás hace mucho tiempo que la Opel no hace coches que interesen a la juventud. Hay que darle a la sociedad lo que busca. Los sectores importantísimos son el turismo y la gastronomía. He estado trabajando en la costa, donde la oferta no se mueve, por lo que creo que tenemos una oportunidad histórica de ofrecer otro turismo. En Aragón tenemos todo: productos, espacios, diseño, montaña…


¿Hay que apostar por el valor añadido?


Por supuesto. Cuando vamos a un sitio estamos pensando qué vamos a encontrar y qué vamos a poder conseguir. Y cuando sale un cliente tenemos muy claro que debemos pensar cómo ha comido y cuánto ha pagado. No olvidemos nunca el precio. Aprendí en la escuela del Navas, donde valía dinero comer. Pero nunca ha habido una barra como la suya en Huesca.


Una estrella en Huesca y un restaurante en alza en Zaragoza. ¿El éxito es exportable?


Mi ego profesional ya está cubierto y ahora mi actitud es cómo ayudar a la gente para vivir las sensaciones que he vivido. No hay cosa más bonita que compartir la felicidad. Y tengo la sensación de que el día que pueda compartir un logro en Zaragoza será doble.


Con el Lillas, al igual que Las Torres, se demuestra que se puede triunfar fuera de Zaragoza. ¿La capital fagocita el territorio?


No hay que olvidar que Zaragoza es más grande y tiene un tejido industrial más fuerte. Pero hay sectores muy importantes en los que tira más Huesca, como el turismo. Tendría que ser el centro neurálgico de distribución de turismo por todo nuestro Pirineo. Dejemos que cada provincia tenga su tejido industrial, en nuestro caso, el turismo y la gastronomía. Explotémoslo y lleguemos a los máximos de calidad. No olvidemos que el producto estrella es la calidad.


¿Cómo explica que un producto de calidad, como el balneario de Panticosa, pase por horas bajas?


Nunca vamos a saber reconocer la inversión que se ha hecho allí. Cuando alguien viene a invertir a tu territorio tal cantidad de dinero y quiere traer turismo de calidad tenemos que ayudar todo lo que podamos para que se mantenga abierto. Si no, vamos a retroceder mucho años.


¿La innovación de la nueva cocina se debería aplicar a otros campos para reinventar Aragón?


El valor de esta tierra son los aragoneses. Muchos altos directivos de España son aragoneses. El último que han nombrado es el director adjunto del Bankinter, de Huesca. Qué bonito es vernos las caras y pensar dónde hemos llegado. Nos entusiasmamos viendo a la gente crecer. El aragonés es competitivo, pero no fagocita, no es agresivo.


¿De verdad no cree que somos un poco cainitas en Aragón?


No. Creo sinceramente que en Aragón nos dedicamos a trabajar. No entro a estas cosas porque creo que es tiempo perdido. ¿Sabe la ilusión y el esfuerzo que tenemos que poner para cambiar cuatro veces al año la carta? Tenemos que inventar 25 platos. Tenemos que tener visiones y realidades comunes. Es la única manera de no quedarnos atrás.


Un restaurante no deja ser un escaparate psicológico. ¿Cómo está el ánimo de la región?


Si me lo hubiera preguntado hace cinco meses le hubiera dicho que estaba preocupado. Ahora te diría, ¿la crisis? ¿qué crisis? Después de las fiestas de San Lorenzo, en las que hemos trabajado más que el año pasado, te diría que nos la creamos nosotros mismos. Si no hacemos cosas, nunca saldremos de la crisis. Pero en nuestros restaurante nunca hemos cobrado 200 euros, sino 50 (por comensal). Es la mejor relación/precio.


¿Qué le preocupa a la gente?


En nuestro ámbito no se habla de crisis. La gente viene a pasarlo bien y nosotros le intentamos acercar el mejor producto de temporada, y le hacemos soñar. Somos generadores de actitudes positivas, de felicidad. Y reparadores de la moral.


¿Qué pasa en Aragón para que una alcaldesa imputada por 11 delitos, nada más salir bajo fianza, vuelva a la Alcaldía?


De La Muela solo conozco que tiene molinos. Del resto, ni me he preocupado. Pero he de reconocer que la dignidad y la honestidad son valores que no se pueden perder. El día que doy mal de comer a una persona, no duermo.


¿Hay una crisis de valores?


Afecta a las altas esferas más que en la clase media. Los de la clase media siempre nos hemos preocupado de comprar una casa, crear una familia y dar la mejor educación a los hijos. No olvidemos que el futuro de Aragón es la educación de nuestros hijos. Todos los colegios deberían ser bilingües. El inglés va a ser una herramienta de funcionamiento.