LA CRISIS AGRAVA LA SITUACIÓN DE LA POBREZA

Cáritas alerta del "colapso" de la atención social

El director de Cáritas Diocesana de Zaragoza, Carlos Sauras, ha explicado en una conferencia de prensa que estos tres años de "profunda" crisis económica ha provocado un retroceso en la calidad de vida de muchas personas, y "no ha habido una respuesta ágil y rápida" por parte de las administraciones.

Cáritas ha alertado del "colapso" en que se encuentra la puerta de entrada a los servicios sociales de las administraciones públicas, una situación muy preocupante porque el horizonte de la economía "no apunta a una mejoría inmediata" y se prevé un incremento de las personas necesitadas.


El director de Cáritas Diocesana de Zaragoza, Carlos Sauras, ha explicado en una conferencia de prensa que estos tres años de "profunda" crisis económica ha provocado un retroceso en la calidad de vida de muchas personas, y "no ha habido una respuesta ágil y rápida" por parte de las administraciones.


"El panorama es negro", ha sentenciado, y prueba de ello es que el número de atendidos por esta organización católica no ha descendido este año, con respecto a 2009, y hasta septiembre se han llevado a cabo 3.849 intervenciones en 2.474 familias, integradas por 6.858 personas.


Ha lamentado los plazos del Ayuntamiento de Zaragoza y del Gobierno de Aragón para hacer efectiva, por ejemplo, la ayuda de urgente necesidad, de hasta dos meses y medio, o el ingreso aragonés de inserción, que alcanza en muchos casos los seis meses, unos tiempos "que no deberían darse".


En la conferencia de prensa también ha participado el secretario general de Cáritas, Fran Yagüe, quien ha opinado que la "puerta de entrada a los servicios está colapsada", teniendo en cuenta que en los centros municipales tardan hasta ocho semanas en dar una primera cita al ciudadano que solicita ayudas para necesidades básicas como son la alimentación, la salud o la vivienda.


Los centros de San José y Las Fuentes son los que más retrasos acumulan, seguidos de Arrabal y Delicias (seis semanas), San Pablo (cinco semanas) y Valdefierro o Áctur (cuatro semanas), y precisamente es en estas zonas donde Cáritas presta un número más elevado de ayudas.


"El Ayuntamiento no ha puesto ninguna medida para resolver esta situación", ha insistido Yagüe, quien se ha preguntado si es una estrategia para no ejecutar el presupuesto, si no hay voluntad o si simplemente no encuentran cómo solucionarlo.


En lo que se refiere al ingreso de inserción, que otorga el Gobierno autonómico, ha asegurado que los solicitantes deben esperar entre cuatro y seis meses para comenzar a recibirlo, cuando se trata de una prestación "muy importante" a la que tienen derecho aquellos que se han quedado sin ningún tipo de ingreso.


Además, cree que a partir del mes de febrero se pueden incrementar de forma considerable las solicitudes de esta ayuda teniendo en cuenta la desaparición del Programa Temporal de Protección por Desempleo (PRODI), y ha augurado que la administraciones "no tendrán respuesta" para ello.


En definitiva, ha denunciado que los servicios públicos no dan una respuesta adecuada ni cobertura a las necesidades básicas y urgentes que tienen las personas en situación de exclusión por culpa de la crisis y por ello ha apostado por la agilización de los trámites; personal y recursos suficientes; reestructuración del funcionamiento de los centros y coordinación entre administraciones.


Así, organizaciones como Cáritas podrían desempeñar el papel que les corresponde en la sociedad, el de complementario de los servicios públicos y en ningún caso el de sustitutivo.


Las ayudas que ha prestado Cáritas hasta septiembre de 2010 han sido sobre todo de alimentación (1.937), con un presupuesto de 350.389 euros, pero también sanitarias (1.230, 14.836 euros) y de vivienda (638, 97.428 euros).


De los atendidos, el 51 por ciento son mujeres, el 50,3 por ciento personas nacidas en el extranjero y el 60,9 por ciento en edad de trabajar (de este porcentaje el 65,6 por ciento en situación de desempleo), un porcentaje que se ha visto incrementado como consecuencia de la crisis económica.


El presupuesto de Cáritas de 2009 (el último cerrado) ascendió a cuatro millones de euros, y poco más de 1,2 millones corresponden a las administraciones públicas (20%).