EL DEBATE DE LA COMUNIDAD

Las cinco condiciones de José Ángel Biel

El vicepresidente y líder del PAR avisa que se negociará cada institución por separadoAdvierte de que sin su partido, Aragón está abocado a un tripartito de izquierdas.

Biel se ofrece a PSOE y PP para gobernar en 2011 con condiciones
Biel se ofrece a PSOE y PP para gobernar en 2011 con condiciones

Lo dijo el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, al final, pero podría perfectamente definir el transcurso del segundo día del debate del estado de la Comunidad: "Este debate huele a elecciones". Los próximos comicios marcaron una sesión, en la que el vicepresidente, José Ángel Biel, se salió del guión del resto de partidos y pronunció un discurso profundamente electoral, dirigido a los suyos pero, sobre todo, a sus dos opciones de pacto en 2011, PSOE y PP. Aunque de sus palabras, pudo desprenderse una cierta querencia, a priori, hacia los socialistas, sus compañeros de gobierno durante doce años.

De hecho, lanzó varios recados a los populares (su presidenta, Luisa Fernanda Rudi, escuchó atentamente el discurso y evitó pronunciarse, aunque fuentes del PP lo leyeron en clave interna). "La oposición no ha hecho todavía esfuerzo supremo para presentarse como alternativa", advirtió. También rebatió la propuesta popular de reducir los gastos corrientes para salir de la crisis porque estos "son los que sustentan los servicios esenciales" y recordó "la frustrada opción del gobierno PP-PAR".

Dejó claras sus cinco condiciones para alcanzar una acuerdo con cualquiera de los dos partidos mayoritarios (si suman) -convencido de que solo desde el centro es posible conformar "gobiernos estables"- y avisó de que no habrá un pacto global para todas las instituciones. "Ni se cumplen siempre ni consiguen su efecto multiplicador", defendió Biel, que exigió "decisión" para afrontar sus premisas.

Estas giran en torno a cinco ejes. El primero de ellos hace referencia al desarrollo pleno del Estatuto de Autonomía y por tanto, a desatascar asuntos -algunos de ellos bloqueados en Madrid- como un sistema de financiación "alternativo o complementario"; la negociación de las inversiones prioritarias o la reserva hídrica. El segundo se centra en la ordenación territorial y la reorganización de las competencias de las diferentes administraciones (ayuntamientos, comarcas, diputaciones). En este eje destaca la transformación de las diputaciones en corporaciones provinciales o la opción de elegir directamente a los consejeros comarcales (según él, se reducirán la tercera parte de los cargos locales actuales, unos 300).

La proyección de la Comunidad -tercera premisa- pretende impulsar las relaciones bilaterales y lograr que "Aragón gane peso en España". La cuarta tiene que ver con las políticas anticrisis, que -a su juicio- deben girar en torno a las empresas: "Son las que crean empleo". Ayudas a pymes, autonómos, agricultores... y revisar cuestiones como la gratuidad de los libros o el copago sanitario, la estructura de las administraciones, y congelar parte de la oferta de empleo público son algunas de sus apuestas. La quinta condición aboga por un centrismo práctico, con políticas moderadas y aragonesistas.

Tras su retahíla de exigencias, aclaró: "Que nadie piense que vamos a ser la fuerza auxiliar de nadie ni de nada que no sea Aragón. Si el PAR no tiene el respaldo suficiente que le permita recuperar protagonismo en el gobierno, no estaremos y dejaremos que sean otros los que gobiernen". Y apuntó a un tripartito de izquierdas como la alternativa, seguro de que no habrá mayorías absolutas, y consciente de que esta amenaza será un acicate para su electorado.

Los sambenitos del PAR

Biel también habló de la coalición PSOE-PAR y de la sintonía con el presidente Iglesias, "más sensible" a proyectos del PAR. Refutó sambenitos colgados a su partido como que solo les interesa el poder -"como si los demás partidos hiciera política para estar en la oposición", dijo- o que pactan indistintamente -"el día que no lo hagamos verán los resultados"-. Y vendió, con cierto tono de prepotencia, que su partido "es el mayor valor político que tiene Aragón".

No fue el único que hizo campaña, aunque sí de forma más explícita. El PP también se erigió como alternativa de gobierno; CHA empezó con duras críticas, pero acabó tendiendo su mano al Gobierno; e IU fijó su sitio en el espectro político, a la izquierda del PSOE.