abdelaziz oussou

"Aunque lo pasemos mal, no hay que dejar de ayudar"

En paro desde hace unos meses, continúa formándose para encontrar un trabajo mejor y no volver a marruecos.

Abdelaziz en el escaparate de una academia de pintura, oficio que le encanta.
"Aunque lo pasemos mal, no hay que dejar de ayudar"
CARLOS MONCíN

Abdelaziz Oussou llegó a Zaragoza procedente de Marruecos en 2006. Diplomado en pintura y decoración, con nociones de albañilería, no encontró obstáculos para trabajar durante cuatro años en la construcción. Pero la crisis le golpeó fuerte a principios de este año. "Tuve mucha suerte porque mientras la gente ya estaba en el paro yo seguía como pintor o peón de albañil", indica.

Aprovechando el tiempo de bonanza se trajo a su mujer e hijos de su país. Quería iniciar una nueva etapa y decidió hacerlo en Zaragoza. Tanto se involucró con la ciudad que, desde 2007, colaboró como voluntario en Expo Zaragoza, cubriendo las visitas reales o ejerciendo de traductor en el pabellón de Yemen, gracias a sus conocimientos de francés y árabe.

No piensa tirar la toalla y aunque ha tenido que apretarse mucho el cinturón sigue formándose para encontrar trabajo antes de que se le acabe el Ingreso Aragonés de Inserción. Está haciendo un curso de pintura en Federico Ozanam con la ilusión de terminar dando clases, algo que ya hacía en su país. Y siempre tiene tiempo para colaborar con entidades sociales, como Oscus, porque tiene claro que "aunque lo pasemos mal, no hay que dejar de ayudar a los demás."