Aragón tiene un orientador por cada 800 alumnos, una de las peores tasas del país

Dos quinceañeros se acaban de enzarzar en una pelea durante el recreo del instituto. Mientras, un estudiante busca asesoramiento sobre las carreras que puede cursar y una alumna con problemas de aprendizaje espera a que evalúen su caso. Un orientador atiende las tres situaciones a la vez que las compagina con las clases de Psicología que imparte en Bachillerato, las reuniones con profesores y la atención a las familias, entre otras labores. El resultado: "No se da abasto". Los orientadores aragoneses denuncian que están desbordados debido a la falta de profesionales que hay en los centros educativos. En Aragón, en las enseñanzas obligatorias solo hay un orientador por cada 800 alumnos, una cifra muy distante de la recomendada por la Unesco, que es de uno por cada 250.

Respecto al resto de España, la Comunidad está entre las cinco con peor ratio y necesitaría al menos duplicar la plantilla actual para llegar a dar una atención mínima a los escolares. Para llegar a los estándares aconsejados debería triplicarse el personal.

Con estos números, en el día a día resulta inasumible atender las necesidades de los estudiantes -denuncian los afectados-, sobre todo si se tiene en cuenta que, además de ser pocos, solo pueden dedicar una parte de su jornada a estas funciones. "Damos clases, tenemos reuniones con los tutores... En total, a la semana algunos podemos dedicar diez horas a los alumnos y padres, aunque otros se quedan en cuatro", explica Juan Antonio Planas, presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía y orientador del instituto Tiempos Modernos de Zaragoza.

Para estos profesionales, la clave es que la orientación se entienda como parte de la educación y no como un extra. "La sociedad no puede permitirse el lujo de prescindir de esta especialidad, que es clave para conseguir el éxito escolar", insiste Jesús Zapatero, orientador del IES Tubalcaín de Tarazona.

Este colectivo está formado por 407 personas en Aragón (aunque no todos trabajan como orientadores ni en las etapas de educación obligatorias) y ayer hizo un llamamiento para sensibilizar a la sociedad y presionar al Departamento de Educación para que cree más puestos fijos. De momento, esa exigencia deberá esperar, ya que la DGA no ha convocado ninguna plaza de esa especialidad en las oposiciones al cuerpo de profesores de Secundaria y FP que se celebrarán previsiblemente en junio. Además, en las anteriores (hace dos años) solo se ofertaron 22.

Ante esta situación, los orientadores han enviado una carta a la Consejería que dirige María Victoria Broto en la que se recuerda que la orientación educativa y profesional "es un derecho del alumnado recogido en la ley vigente", así como "uno de los factores que contribuyen a la calidad de la enseñanza". "El número de alumnos crece cada año y cada vez presentan problemas más complejos (ciber adicciones, trastornos alimentarios...). En cambio, el número de orientadores apenas crece", critica Planas.

Solo hay puestos de interinos

En la misiva enviada a la DGA insisten en que si en el mejor de los casos se convocaran puestos en las oposiciones de 2012, habrá que tener en cuenta que habrán pasado cuatro años en los que se habrán abierto nuevos centros y se habrán jubilado algunos orientadores. "¿Quiere decir esto que estas plazas se cubrirán cada año con un interino? Es imprescindible cierta estabilidad para que la tarea orientadora sea efectiva", afirman.

Respecto al resto del país, Aragón queda en los puestos de cola al ser de las pocas comunidades en las que este año no se podrá aspirar a una plaza fija de esa especialidad. Frente a esto se encuentra Andalucía (con 160 puestos convocados), Cantabria (10), Extremadura (26), Galicia (15), Madrid (60), Murcia (14), Navarra (22), País Vasco (8), Comunidad Valenciana (30), Castilla-La Mancha (65) y Castilla y León (22).

Para la Asociación de Psicopedagogía de Aragón, la diferencia de cifras respecto al resto del país demuestra que "no se entiende bien" la labor de los orientadores ni se valora "los beneficios que aporta al sistema educativo". "Con unas cifras del 30% de fracaso escolar de media en España y de un 26% en Aragón no entendemos cómo no se ve que nuestra labor resulta muy necesaria para cambiar esos datos", añade Planas.