SALUD

Caso de malaria autóctona en Aragón

El contagio, que no acarrea ningún peligro a la población, se ha producido en Huesca por un mosquito anofeles.

Pulse sobre el gráfico para ampliarlo
Aragón registra el primer caso de malaria autóctona en España desde 1961
HERALDO

Aragón ha registrado el primer caso de paludismo o malaria autóctono en los últimos cincuenta años en España. Desde que se registró el último caso de la enfermedad, en 1961, los responsables sanitarios no habían detectado en el país la transmisión de la enfermedad por un mosquito de nuestro entorno, ya que todos los contagios se habían producido fuera y habían sido 'importados'. Salud Pública hace hincapié en que este 'hallazgo' es importante como "curiosidad epidemiológica" y no acarrea ningún peligro a la población.


El caso fue detectado a finales de septiembre en un centro de salud de la provincia de Huesca. Los médicos decidieron encargar una analítica al no mejorar el cuadro de fiebre y malestar que presentaba el paciente. Los resultados arrojaron unos recuentos anormales de hematíes y Salud Pública envió una muestra al Instituto Carlos III de Madrid. A las pocas horas, el laboratorio de referencia para toda España en este tipo de enfermedades confirmó el diagnóstico. Inmediatamente se le comenzó a suministrar el tratamiento. Al responder bien a los antibióticos, dos días más tarde el enfermo obtuvo el alta del centro hospitalario donde permanecía ingresado de manera preventiva.


Al investigar el historial del paciente, los responsables de Salud Pública comprobaron que no había abandonado el país ni había viajado a zonas donde la malaria sea endémica. Así, se reafirmaba la idea de que la transmisión había sido por un mosquito 'Anopheles atroparvus' autóctono infectado de plasmodium. En concreto, el parásito transmitido es del tipo vivax (de los cuatro que existen es uno de los menos agresivos, ya que produce una sintomatología más leve).


De momento, en la provincia de Huesca no se ha detectado ningún otro posible contagio. Aunque no descartan que pueda aparecer algún otro caso aislado, Salud Pública subraya que las probabilidades de que a una persona le pique en Aragón o en España un vector (portador de un parásito o virus que transmite el germen de una enfermedad) y le transmita la malaria es mínima. No obstante, tanto desde el Ministerio de Sanidad como desde la Comunidad autónoma se han seguido unos protocolos de actuación.


El Instituto Carlos III ha enviado comunicaciones a las administraciones sanitarias de todas las comunidades autónomas para informar del caso de Aragón. Mientras, Salud Pública ha notificado a los centros de salud del entorno del paciente infectado para que los facultativos estén alerta ante posibles pacientes que presenten síntomas compatibles con el paludismo: fiebre intermitente, escalofríos, malestar, anomalías hepáticas, dolor de cabeza o sudoración excesiva. Precisamente, lejos de crear una alarma, para la jefa de sección de Vigilancia Epidemiológica del Gobierno de Aragón, Begoña Adiego, este tipo de alertas entre comunidades demuestra que el sistema sanitario español es "fuerte" y tiene una gran capacidad "de detección".


Singularidad del caso

La singularidad de este caso es que la transmisión se ha producido por un mosquito autóctono, ya que los boletines epidemiológicos registran al año en Aragón una media de 30 personas contagiadas por paludismo (en 2006 hubo un pico con 54). Y hasta 400-500 en España. No obstante, todos ellos han sido contagiados fuera (viajeros que visitan países endémicos, cooperantes o inmigrantes). De hecho, según datos aportados por Salud Pública, desde 1964 cuando se dio por erradicado el paludismo, en España no se había diagnosticado ningún caso autóctono. En este tiempo, sí que se han notificado dos en Alemania, uno en Italia y un pequeño brote de ocho personas en Grecia.


Desde Salud Pública se insiste en que la única forma de contagio de esta enfermedad es por la picadura de un mosquito y no se transmite de persona a persona. Por ello, las posibilidades de contagio son bajísimas. Tiene que darse el caso de que un anofeles hembra pique a un enfermo de paludismo y posteriormente vuelva a pinchar a otro ser humano. "Hay que recordar que esto no se produce con tanta frecuencia, ya que las hembras solo pican con la puesta de los huevos", precisó el director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo. Las hembras gestantes necesitan la sangre para que maduren sus huevos. Sin embargo, la enfermedad no se transmite a sus crías.


Pero ¿por qué se ha producido este fenómeno? Precisamente, será a partir de ahora cuando los expertos sanitarios investiguen las causas y por qué se ha localizado precisamente en Aragón, ya que han tenido que darse muchos condicionantes a la vez. Otro de los interrogantes que hay sobre la mesa es la posible proliferación y cambio de comportamiento de los mosquitos por el propio cambio climático. El aumento de la temperatura podría estar influyendo en su reproducción.