PATRIMONIO

Aragón compra la hospedería y el palacio de San Victorián

Con la adquisición de las dependencias privadas, Patrimonio ya puede actuar en todo el conjunto del siglo XII.

Aspecto que presentaba ayer el exterior del palacio abacial del monasterio de San Victorián.
Aragón compra la hospedería y el palacio de San Victorián
MAMEN PARDINA

Por fin. El Gobierno de Aragón adquiere las dependencias privadas, anejas a la iglesia y los claustros, del antiguo monasterio del XII de San Victorián en Sobrarbe, cuna del reino de Aragón. Tras varios años de conversaciones con los dos últimos propietarios particulares, Patrimonio adquiere la antigua hospedería y el palacio abacial, prácticamente en estado de ruina. De esta forma, consigue toda la propiedad y ya puede intervenir en el conjunto declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2002.

En estos momentos se trabaja en la restauración de la iglesia, la torre-campanario, el claustro y el antiguo cementerio, que forman la parte pública, propiedad ya de la DGA. Además, mientras se decide la actuación en las dependencias privadas, se modificará ligeramente el proyecto de las obras que se están llevando a cabo para consolidar al menos parte de los muros que lindan con la zona particular. Cuando terminen las obras, para diciembre previsiblemente, la iglesia se podrá abrir el público.

Falta la firma y concretar algunos detalles de la compraventa. Con estas salvedades, el director general de Patrimonio, Jaime Vicente, aseguró ayer que el Gobierno de Aragón adquirirá estas edificaciones, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). "No hemos firmado los documentos, pero las conversaciones están ya muy avanzadas", aseguró ayer el director general. "Sí, sí, lo vamos a adquirir", precisó. Atrás quedan ahora los planes del propietario Luis Vecino, que soñó con convertir San Victorián en un gran centro hostelero que se vino abajo con la crisis económica.

De hecho, y como prueba, "habrá una modificación en el proyecto de las obras que se están realizando porque vamos a consolidar ya estructuras de la propiedad privada para avanzar en la restauración, porque sería un poco absurdo hacerlo sin contar con la otra parte", comentó Vicente. Las obras de conservación de la iglesia del monasterio empezaron en octubre del año pasado, justo después de una jornada reivindicativa organizada por Chunta para denunciar el deterioro del cenobio y el retraso de la actuación que tendría que haber empezado en 2008. Los trabajos, que realiza la empresa Copil S. L., por un importe de 711.000 euros, se centran en la iglesia, donde se ha hallado la antigua planta del cenobio, los claustros, la torre y el cementerio.

Por el momento, "hay muchos muros comunes del claustro, de titularidad pública, y de las dependencias privadas. Vamos a actuar en esas paredes, que hay que reforzar la cimentación y sujetar. No solo se puede trabajar en una cara", ejemplificó Vicente. No obstante, confía en que esta modificación para intervenir ya en la parte privada no prolongue las obras que tienen un plazo de ejecución de 13 meses, por lo que para diciembre deben estar terminadas.

La recuperación, integral

¿Y qué pasará después? La respuesta todavía no la tiene el director general de Patrimonio. Antes de definir la actuación en la parte privada, estudiarán el estado de las dependencias, algunas de las cuales están completamente derruidas. Desde que en 1997 el arquitecto Joaquín Naval elaborara el plan director, la ruina se ha extendido por el complejo. Es más, varios edificios se han derrumbado desde que cambió de manos hace cinco años.

Entre los detalles de la compraventa que quedan por definir está el precio, del que declinó hablar ayer el director general. El portavoz de la parte privada, Luis Vecino, que comparte propiedad con grupos inversores, lanzó una oferta hace unos tres meses. Después de que en febrero de 2008 se frustrara el acuerdo porque para el Gobierno de Aragón la propuesta económica era "inasumible", recientemente rebajó su oferta a 660.000 euros. Pero no será el precio definitivo porque la propiedad privada conlleva unos terrenos de 2.200 metros que no interesan a la DGA. "Lo que nos interesa es que el monasterio esté en buenas condiciones, la propiedad no nos importa sino como medio para garantizar la preservación. No tenemos interés en hacer acopio de monumentos ni de BIC sino para conservarlos", argumenta Vicente.

El director general de Patrimonio resaltó ayer que "a pesar de la crisis, la inversión en Patrimonio en la provincia de Huesca es muy importante", en referencias las actuaciones en la muralla de Huesca, San Pedro el Viejo o el salón del Tanto Monta.