PRECAMPAÑA

Ante la crisis, cierre de filas

Los socialistas aragoneses defendieron con ahínco la gestión de Zapatero en la fiesta de la rosa de Zaragoza, en la que su futura candidata a la DGA, Eva Almunia, pasó desapercibida pese a las expectativas generadas.

En primera fila, Iglesias, Blanco, Lambán, Pérez Anadón y Almunia, al comienzo del mitin
Ante la crisis, cierre de filas
T. GALÁN/APG

No lograron levantar ni una sola vez a la feligresía de sus sillas, pero sí dejaron muy claro que cierran filas ante la crisis. Tanto, que los líderes del PSOE se olvidaron casi por completo de hablar de Aragón en la fiesta de la rosa que se celebró ayer en Daroca. A lo largo de hora y media de intervenciones, el alcalde de Daroca, el secretario provincial de Zaragoza, el vicesecretario general y el secretario regional -Álvaro Blasco, Javier Lambán, José Blanco y Marcelino Iglesias, respectivamente-, se dedicaron a defender la acción del Gobierno y hacer pedagogía con los cerca de mil militantes congregados en el polideportivo. Ante la crisis, dijo un Iglesias enardecido que perdió por unos minutos la flema que le caracteriza, "más militantes que nunca, más socialistas que nunca".

Se esperaba un gesto con la futura candidata a la presidencia de la DGA, Eva Almunia, pero no hubo nada de nada. Lo máximo, la mano por el hombro que le pasó el número dos del PSOE y ministro de Fomento cuando llegó al municipio y hubo besamanos con sus correligionarios. Tras los discursos, el presidente de la Diputación de Zaragoza, Javier Lambán, dijo con sorna que no hacía falta guiños con su contrincante: "La procesión va por dentro".

Eso sí, la nota oficial del PSOE zaragozano destacó la adhesión del alcalde de Daroca a la propuesta de la ejecutiva provincial, planteando que Lambán sea el número uno a las Cortes de Aragón por Zaragoza (el puesto de Iglesias en las dos últimas elecciones). Y también destacaba el ofrecimiento de Lambán en el objetivo de lograr la coordinación entre la Diputación Provincial, el grupo socialista en las Cortes y la DGA en la próxima legislatura. Una función que le corresponde al presidente aragonés.

Tras la tensa visita de hace dos semanas a Zaragoza, en la que Blanco insistió a Iglesias en repetir como candidato, el ministro ejerció de gallego al referirse al líder aragonés. "Vamos a seguir trabajando bajo la dirección de una persona soberbia, trabajadora, honesta, íntegra y con visión y compromiso: Marcelino Iglesias. Es una persona llena de pasado, pero sobre todo de futuro". A qué futuro se refería no se pudo saber, porque en ese momento dejó de hablar para abrazarle y cederle la palabra.

Todos contra Rajoy

Fue Blanco, precisamente, el que menos pasiones levantó, pese a que se explayó a gusto, cerca de media hora, e intentó hacer guiños a la militancia cargando contra el líder del PP. "Rajoy es la vuvuzela de la crisis con un cansino y molesto no a todo", dijo en alusión a la trompeta atronadora de los hinchas sudafricanos en el Mundial de fútbol. El número dos soltó un discurso que podría haber hecho en cualquier otra fiesta de la rosa que celebra su partido en el resto de provincias. Y repitió uno de los argumentos que ya dijera en su rueda de prensa con motivo de la cumbre de transportes de Zaragoza: "El único objetivo de Mariano Rajoy es ganar las elecciones en 2012 a lomos de la crisis, para luego hacer un ajuste de caballo y echarle la culpa a Rodríguez Zapatero".

El político conservador fue un auténtico muñeco de trapo en Daroca, al que le cayeron todo tipo de calificativos. Para Blanco, se trata de un "patriota de pacotilla" que no ha arrimado nunca el hombro a las medidas del Gobierno, a diferencia de los nacionalistas, "que han tenido más sentido de Estado que el principal partido de la oposición". Para Lambán, un ejemplo de "cinismo" por vender austeridad desde un partido salpicado por la trama Gürtel.

Iglesias, siempre correcto, no quiso entrar en la descalificación más allá de reducir las aportaciones de la candidata del PP, Luisa Fernanda Rudi, a "un historial de macetas y poco más". Más duro fue Lambán con ella, a la que se refirió como una persona "austera de ideas e iniciativas. No tiene ninguna. Por eso, fue la peor alcaldesa de la democracia y por eso jamás será presidenta de Aragón".

El presidente de la Diputación de Zaragoza consideró que son tiempos de "sacrificio y esfuerzo" y en su defensa de la gestión del Gobierno hasta respaldó el decreto que prohibe endeudarse a los municipios porque con antelación había sido "el mejor que ha tratado a los ayuntamientos". Y lo hizo delante del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, quien planteó la inconstitucionalidad de la medida. Luego aseguró que el mensaje no iba con segundas.

En el cierre del mitin, el presidente de Aragón aseguró que estará al lado del Gobierno "en este momento difícil de ajustes". Iglesias subrayó, además, que los aragoneses "siempre" se acordarán de que el presidente Zapatero derogó el trasvase, dio un "trato especial" a Teruel, apoyó el Estatuto y realizó un "esfuerzo" inversor con la Expo.

También tuvo tiempo para lanzar un mensaje europeísta, sacar a colación el socorrido trasvase tras resucitarlo el PP valenciano y enviar mensajes al resto de responsables de su partido en Aragón: "Si hacemos las cosas bien, si mantenemos nuestra cohesión y no hacemos tonterías ganaremos otra vez al PP las próximas elecciones". El mensaje fue muy claro: la mejor receta en estos momentos es cerrar filas.