EN PRIMERA PERSONA

"El alcohol te hace vivir una vida que no es real"

.

Antonio, de 62 años, prefiere guardar el anonimato, por eso no da apellidos y prefiere hacerse la foto sin que se le reconozca. Sin embargo, tiene claro que debe luchar contra esta enfermedad que en un momento de su vida le llevó al precipicio y ayudar a todo aquel que lo necesite. "El alcohol ataca y derrota", asume Antonio con estas drásticas palabras.

Él reconoce que llevaba toda su vida bebiendo, aunque fue a raíz de una desgracia familiar cuando el mundo se le vino encima y el problema fue a más. "Se murió mi yerno, veía a mi hija mal y yo no podía hacer nada. Creía que el alcohol me daba fuerzas para enfrentarme a ese trauma, pero en realidad era un cobarde", reconoce. "El alcohol nos hace vivir una vida que no nos pertenece. Nos hace soñar cosas inalcanzables", añade Antonio. La dependencia fue tal, que llegó un momento que "necesitaba el alcohol para ponerme en marcha". "Es incalculable lo que llegaba a beber. Es incalculable", recalca.

Tocó fondo y un día decidió escuchar a su familia, que le aconsejó empezar un tratamiento de desintoxicación. Y llegó a Alcohólicos Anónimos, donde ha encontrado la fuerza para librar todos los días la batalla contra una copa. Hace ya doce años que no toma ni una gota. "Alcohólicos Anónimos nos ayuda a recuperarnos compartiendo la experiencia de todos. Cada uno bebe por una causa muy diferente. Además, tenemos una pauta con 12 pasos para nuestra recuperación", asegura.

No cree que haya perfiles sociales definidos para este tipo de enfermedad. "Hay de todas las clases sociales y edades". Aunque sí que han notado cómo los jóvenes se "enganchan" cada vez antes. Por eso, Alcohólicos Anónimos imparte charlas en institutos de la comunidad para informar de los contras de esta mala afición que puede llevarte hasta el extremo más absoluto.

Aunque el alcoholismo se considera una enfermedad "de siempre", muy arraigada en la propia sociedad, la crisis económica está influyendo y "bastante". Las dificultades económicas -asegura Antonio- hace que algunas personas vean en el alcohol una "vía de escape". "Cuando crees que no puedes arreglar en casa algunas cosas, recurres a esta opción", apunta.

Con un futuro esperanzador

Pese a los obstáculos, las recaídas y las dificultades que ha encontrado en el camino, Antonio anima a luchar. Su voz transmite el optimismo necesario para hacerlo y, sobre todo, para vencer la enfermedad. "No te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor hasta que dejas de beber. Te mantiene engañado todo el tiempo. Vivimos una vida que no es la nuestra", afirma convencido. Ahora, participa en uno de los grupos y ayuda a sus compañeros a poder librarse de esta carga que condiciona la vida de las personas.

En Aragón, hay 14 grupos de apoyo de Alcohólicos Anónimos. En Zaragoza capital, hay sesiones en diferentes barrios: Las Fuentes, Miraflores, Las Delicias, Actur y centro. En la provincia: Borja, Calatayud, Tarazona, Tauste y Utebo. También hay sesiones de grupo en Monzón y Sabiñánigo.