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¿Cuál es el secreto de la longevidad? Los mayores aragoneses dan las claves para vivir más y mejor

Un grupo de personas mayores aragonesas, a punto de alcanzar los 100 años, ponen sobre la mesa lo que han hecho a lo largo de su vida para alcanzar la longevidad.

Un grupo de personas mayores de 80 años, en el centro de convivencia de mayores de Ciudad Jardín, en Zaragoza.
Un grupo de personas mayores de 80 años, en el centro de convivencia de mayores de Ciudad Jardín, en Zaragoza.
M.O.

Cada vez vivimos más años. La mejora de la calidad de vida, la atención sanitaria y los hábitos saludables han contribuido a ello a lo largo de las últimas décadas. En Aragón ya hay más de 57.000 personas con más de 85 años y más de 600 que superan los 100. Suponen el 7’30% de la población aragonesa. Y la tendencia sigue en aumento. Se espera que en 2037 ese porcentaje aumente hasta el prácticamente el 9% según el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest).

A esa realidad se une el deseo de la mayoría de tener una vida larga y con buena salud. Pero ¿Cuál es el secreto para conseguirlo? Nadie mejor para desvelarlo que sus protagonistas. Hablamos con un grupo de personas, mayores de 80 años, que viven en Zaragoza y que arrojan luz sobre el misterio de la longevidad.

Un grupo de personas mayores, a punto de alcanzar los 100 años, que viven en Zaragoza ponen sobre la mesa lo que han hecho a lo largo de su vida para alcanzar la longevidad.
“He trabajado mucho desde chico. Desde los 8 años cuidaba del ganado e iba a coger la leche de las cabras” Ernesto Viartola, 91 años, Uncastillo (Zaragoza)

Para ello, nos acercamos hasta el Centro de Convivencia de Mayores de Ciudad Jardín de Zaragoza, donde cada día, acuden algunos parroquianos ya veteranos a tomar un café y echar la partida. Allí encontramos a Ernesto Viartola, de 91 años. Este vecino de Zaragoza desde hace 60 años, nació en Uncastillo. “He trabajado mucho desde chico. Desde los 8 años cuidaba del ganado e iba a coger la leche de las cabras”, recuerda Viartola. 

Antes de llegar a la capital aragonesa estuvo trabajando en el Canal del las Cinco Villas y en las campañas de Francia para coger remolacha. En Zaragoza se empleó durante 30 años en una fábrica del sector del transporte. “A mí la longevidad me viene de familia. Mi madre vivió hasta los 92 años y tengo primos con edades muy avanzadas”, dice este hombre. Además de la buena genética, el trabajo es algo fundamental. “A mis 91 años aún no he parado. Me levanto cada día a las 6.15 porque dicen que donde más gente se muere es en la cama, así que madrugo mucho”, afirma.

Ernesto Viartola, nació en Uncastillo hace 91 años.
Ernesto Viartola, nació en Uncastillo hace 91 años.
M.O.

El trabajo y la familia, dos de las claves

Muy cerca de él, tomando un café nos recibe Barbilinda Pardo, que va a cumplir 91 años en junio. “Aquí, mucha gente me llama Barbi, como a la muñeca”, dice al presentarse esta soriana, nacida en Borobia, que regentó un horno en esa localidad junto a su marido durante más de 30 años. “Teníamos que subir el agua para hacer el pan en calderos, por una cuesta enorme, porque al principio no había agua corriente”, recuerda Pardo. 

“Teníamos que subir el agua para hacer el pan en calderos, por una cuesta enorme, porque al principio no había agua corriente” Barbilinda Pardo, 91 años, natural de Borobia (Soria)

“Llegué a Zaragoza una vez que nos jubilamos”, explica esta mujer que tienen 4 hijos, 5 nietos y 2 biznietos. “Fue entonces cuando empezamos a disfrutar un poco y a viajar con el Imserso”, afirma Barbilinda. Ahora ya no lo puede hacer, pero cada día tiene una cita obligada. “Vengo a jugar a las cartas con mis amigas y a tomar un café”, añade. Su secreto de la longevidad: “Trabajar mucho, comer bien, porque siempre he tenido buena gana y estar con la familia y los amigos”, confiesa esta soriana.

Barbilinda Pardo nació en Borobia (Soria) hace 91 años.
Barbilinda Pardo nació en Borobia (Soria) hace 91 años.
M.O.

“Yo cuido mucho mi alimentación y no abuso de las grasas ni de los dulces”, apunta María Pilar Carrera, sentada junto Barbilinda. Con ella comparte origen y familia. “Nos conocemos de toda la vida y somos primas lejanas”, aclara. Además de la alimentación, hacer algo de ejercicio también es importante para sentirse ágil a una edad avanzada. “Salgo a andar todos los días, es el mejor gimnasio que hay”, continua la mujer. Y lanza un consejo a los jóvenes. “Les diría que no fumen ni beban tanto y que trabajen más”, asevera.

De trabajo sabe mucho Víctor Soriano, de 85 años. “Desde los 8 años he tenido que ganarme la vida. Cuidaba de los animales y recogía cangrejos, caracoles y truchas para los ricos del pueblo. Se las llevaba a las casas y me daban una propina”, rememora este hombre, natural de Remolinos que llegó a Zaragoza a los 14 años. Trabajó en diferentes talleres dentro del sector del metal y los fines de semana se pluriempleaba en la plaza de Toros de la Misericordia y en La Romareda. 

Víctor Soriano nació en Remolinos hace 85 años.
Víctor Soriano nació en Remolinos hace 85 años.
M.O.
"Cuidaba de los animales y recogía cangrejos, caracoles y truchas para los ricos del pueblo. Se las llevaba a las casas y me daban una propina". Víctor Soriano, 85 años, Remolinos (Zaragoza)

Mi secreto es no parar. He trabajado toda la vida”, confiesa Soriano. “También he caminado siempre, aunque el café de por la mañana con los amigos echando la partida y la caña antes de comer no me la quita nadie”, añade este hombre. Y es que para él, en disfrutar también está la clave. “Juntarme todos los días con los amigos en el centro de convivencia de mayores a mí me da la vida”, asegura.

"Juntarme todos los días con los amigos me da la vida".

Ser apasionado y estar enamorado

Disfrutar de la vida y ser apasionado con lo que haces. Eso es lo que ha ayudado a Antonio Soria, de 82 años, a gozar de buena salud. “Se me han pasado los años en un suspiro”, confiesa este policía local de Zaragoza jubilado, natural de Cariñena, que ha trabajado en el cuerpo más de 40 años. 

Antonio Soria nació en Cariñena hace 82 años.
Antonio Soria nació en Cariñena hace 82 años.
M.O.
"Para mí la música lo significa todo. Sigo tocando el saxo y no he parado de hacerlo nunca", Antonio Soria, 82 años, de Cariñena 

Pero su pasión ha sido siempre la música. “He tocado el saxo toda la vida en bandas de música. Incluso me iba de gira por toda España. Así conocí a mi mujer”, recuerda Soria. “Para mí la música lo significa todo. Sigo tocando el saxo y no he parado de hacerlo nunca. A los jóvenes les digo que trabajen y sigan su pasión como yo he hecho con la música”, señala.

Seguir activo y no parar es algo que todas estas personas tienen en común. También Enrique Casado, un teniente coronel de infantería retirado de 82 años “con la mentalidad de un cadete”, dice, bromeando. “Por mi profesión, he esquiado, hecho montañismo, paracaidismo, superviviencias de una semana en el desierto o en la nieve. Nunca he estado parado”, afirma Casado, que reside ahora en la residencia Rey Ardid Rosales de Zaragoza. “Cuando me jubilé publiqué dos libros, me saqué el nivel avanzado de francés en la escuela de idiomas y ahora estoy estudiando el nivel B2 de inglés”, asegura este militar jubilado.

Enrique Casado nació en Madrid hace 82 años.
Enrique Casado nació en Madrid hace 82 años.
M.O.
“Cuando me jubilé publiqué dos libros, me saqué el nivel avanzado de francés en la escuela de idiomas y ahora estoy estudiando el nivel B2 de inglés” Enrique Casado, 82 años, nacido en Madrid

El amor, también es un factor importante. Sino, que se lo digan a Tomás Luis Martín. Este zaragozano de 84 años vive, junto a su mujer, en la misma residencia de Rosales del Canal, aunque es “del barrio de Las Fuentes de toda la vida”. Desarrolló su trabajo en el sector de la industria metálica y fue presidente de la sección de fútbol del Stadium Casablanca durante 40 años. El deporte para él “es fundamental” para gozar de buena salud

Sin embargo, lo más importante para alcanzar la longevidad es el amor y la familia. “Me he dedicado totalmente a mi familia. Estoy enamorado de mi mujer, de mis hijas y de mis nietos. Para mí son algo sagrado. Si me volviera a casar, me casaría con la misma chica porque, a sus 79 años, es un capricho de niña”, dice Martín. Una declaración de amor en toda regla a su compañera de vida.

Tomás Luis Martín nació en Zaragoza hace 84 años.
Tomás Luis Martín nació en Zaragoza hace 84 años.
M.O.
"Si me volviera a casar, me casaría con la misma chica porque, a sus 79 años, es un capricho de niña", Tomás Luis Martín, 84 años, Zaragoza 

Esa visión la comparte también su compañera Dolores Garrido, una magallonera de 90 años que vino a Zaragoza junto a su marido para buscar un futuro mejor. Sin embargo, al quedar viuda siendo joven “tuve que ponerme a trabajar para sacar adelante a mis hijos", dice. 

"Trabajé durante 20 años en una lavandería, cosía en casa y me ocupaba de los niños”, recuerda Garrido. “No me quedaba tiempo para nada más y he estado consagrada a mis hijos completamente. Son mi vida y me ha merecido la pena”, dice, emocionada esta mujer que esconde un secreto. 

Dolores Garrido nació en Magallón hace 90 años.
Dolores Garrido nació en Magallón hace 90 años.
M.O.
"Trabajé durante 20 años en una lavandería, cosía en casa y me ocupaba de los niños” Dolores Garrigo, 90 años, de Magallón 

“Soy muy laminera y siempre tengo una caja de bombones guardada en el armario de mi habitación. Todos los días tengo que comerme uno”, confiesa. Y puede, que, caprichos como ese, también ayuden a cumplir años.

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