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El piloto que saltó del F-18 pasa a planta del Servet tras ser operado de la pelvis y el tobillo
Investigadores militares reúnen vídeos y fotos del accidente del F-18 en la Base de Zaragoza para saber lo ocurrido.
El piloto Daniel Pérez Carmona, que salvó la vida el pasado 20 de mayo al eyectarse del F-18 que acabó estrellándose en la Base Aérea de Zaragoza, ya ha pasado este viernes de la UCI a planta del Hospital Miguel Servet, después de ser operado la pelvis y un tobillo. El avión militar sufrió el accidente durante la exhibición a unos 300 familiares de miembros del Ala 15.
Mientras tanto, los integrantes de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) que han pasado casi una semana en la Base Aérea de Zaragoza, desde que se produjo la caída del F-18, han reunido todos los vídeos y fotografías posibles del momento del suceso para poder llegar a la conclusión del motivo del siniestro.
Varios oficiales del CITAAM han permanecido estos días en la instalación militar para poder acceder a los lugares donde se produjo el accidente y medir todos los registros necesarios para el informe oficial que realizarán sobre el accidente.
“Necesitan recoger las fotos y vídeos del accidente del avión para realizar un informe con el reportaje gráfico o fotogrametría”, señalaron fuentes militares. La Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares ha nombrado a un oficial del Ala 15 para que sirva de conexión con el piloto Daniel Pérez Carmona y los compañeros para poder realizar algunas entrevistas y cerrar la información oficial.
Al mismo tiempo, el Juzgado Togado Militar de Zaragoza ha abierto unas diligencias sobre los hechos ocurridos la mañana del pasado sábado 20 de mayo para determinar si hay alguna responsabilidad del oficial respecto a la caída del cazabombardero.
En este sentido, el teniente general Eduardo Gil Rosella, que sufrió un accidente con un F-18 en agosto de 1994 en el polígono de Bardenas, explicó a HERALDO que en este tipo de siniestros lo importante es la conclusión de la CITAAM sobre cómo ocurrió el suceso ya que el Juzgado Togado Militar suele determinar si hay responsabilidad del piloto por un error suyo o bien se le exhibe por un fallo material (que es el caso más frecuente).
Operación de pelvis y tobillo
Fuentes militares confirmaron a HERALDO que los médicos de Traumatología del Hospital Miguel Servet operaron al piloto Daniel Pérez Carmona el pasado miércoles de las heridas sufridas en la pelvis y en el tobillo izquierdo. Al parecer, el resultado médico ha sido positivo y el capitán, que se ha mostrado “muy animado”, ya ha salido de la uvi y pasó a planta este viernes.
El informe oficial sobre la reacción de los efectivos de la Base Aérea aportado para la investigación señala que primero llegó la ambulancia militar, con un capitán enfermero y dos técnicos. Luego acudió un compañero del piloto del Ala 15 junto a una teniente médico que acudía a la exhibición y pudo colocarle un cinturón pélvico, un collarín cervical para evitar los daños que pudiera tener en el cuello y las primeras atenciones de analgesia.
Después acudieron un teniente médico y dos enfermeras, integrantes de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), quienes pudieron cogerle una vía para atenderle después del suceso y lo llevaron a un helicóptero, que lo trasladó al Hospital Miguel Servet, donde fue ingresado en la uci de Traumatología.
Fuentes militares señalaron que una vez operado esta semana podría ser enviado al Hospital Militar donde podrían apoyar en su recuperación, con las heridas sufridas en la pelvis y el tobillo izquierdo.
El análisis de un técnico a la vista de las imágenes
Un técnico que trabaja en el control aéreo de aviones militares consultado por este diario señaló que el cazabombardero F-18 de la Base Aérea de Zaragoza “pudo quedarse parado” cuando el piloto estaba realizando una maniobra totalmente en vertical hacia el cielo, mientras participaba en la exhibición para los familiares del personal del Ala 15, y entonces empezó a caer “en barrera” o “en picado”.
Ese momento de crisis, en su opinión, pudo provocar que al militar experimentado solo le quedara realizar la eyección porque no tenía otra solución sobre la pista para evitar su muerte. De hecho, agrega que cuando saltó en paracaídas tuvo “un margen muy justo” porque apenas pudo saltar a unos 500 pies de distancia de altura (unos 200 metros de altura).
Esta es la descripción del accidente ocurrido el pasado domingo por un controlador militar, conocedor de la Base Aérea de Zaragoza, al revisar para HERALDO varios de los vídeos que se grabaron desde distintos puntos del centro militar y de los alrededores. Al escucharlo con detalle se detecta que hubo un momento que "el motor dejó de funcionar", justo cuando se encontraba en medio de la maniobra de colocar el avión “en cobra” o “en vertical”.
Al caer al suelo, el controlador indica que el piloto aterrizó “en paralelo” al avión que explotó en el suelo y se produjo una nube de fuego que no llegó a afectar directamente al militar, aunque parece que la cercanía de las llamas pudo causarle algún daño en los brazos.
