aragón

El bar del Santuario de la Misericordia busca quien lo quiera tras ocho meses cerrado

La Fundación Sancti Spiritus ofrece a los interesados no pagar el alquiler del establecimiento, que cuenta con una cocina equipada.  

El bar-restaurante está ubicado en la plaza central de este barrio de la localidad zaragozana de Borja.
El bar-restaurante está ubicado en la plaza central de este barrio de la localidad zaragozana de Borja.
Asociación de Vecinos del Santuario de la Misericordia

Marisa Ibañéz, natural de Borja, recuerda que cuando era pequeña el Santuario de la Misericordia tenía una tienda e incluso peluquería. Ella subía con sus padres, que en la actualidad residen en este barrio de la localidad zaragozana (a 5 kilómetros de distancia).

"Llegó a tener de todo. Había mucha gente y poco a poco empezaron a dejar de subir al cerrar la piscina", cuenta la vocal de la Junta de la Asociación de Vecinos del Santuario, inmersa en la búsqueda de un profesional "con buenas referencias" para llevar el bar-restaurante, de la Fundación Sancti Spiritus (con la que colaboran y cuyos patronos pertenecen al Ayuntamiento borjano). El establecimiento -equipado con cocina y un gran almacén en la parte de abajo- lleva cerrado desde octubre y, hasta ahora, los intentos por hallar nuevos gestores no han tenido éxito. "Ha habido tres personas que han estado a punto de cogerlo, pero en el último momento no han podido por distintas circunstancias personales", aclara.

Es por ello que dicha Asociación ha vuelto a publicitar la oferta de trabajo en las redes sociales (pueden informarse a través del email avsdm2010@gmail.com). "La ventaja que ofrece la Fundación es no pagar el alquiler del bar. Se tendrán que hacer cargo de los gastos derivados del negocio: agua, luz... Pero no del alquiler", informa Ibáñez, que añade que los vecinos ayudarán a los interesados a encontrar una vivienda económica.

Asimismo, están dispuestos a aportar ideas para que el bar de toda la vida funcione. "Por ejemplo, fijar precios ventajosos para asociaciones de ciclistas y motoristas, amas de casa, policías, guardias civiles... O a colegios de Zaragoza; son muchos los que vienen de excursión al Santuario. O poner una minitienda, de esta forma atraes que la gente vaya a comprar el pan y, de paso, se tome un café", detalla. Además, la Asociación realiza actividades todos los meses que mueve potenciales clientes. "Halloween fue un éxito; más de 200 personas subieron a cenar. Si el restaurante hubiera estado abierto, se habría organizado ahí. Y este mayo queríamos hacer la Feria de Abril, pero suponía mucho trabajo y, al final, desistimos", apunta.

Interior del bar-restaurante, cerrado desde octubre.
Interior del bar-restaurante, cerrado desde octubre.
Asociación de Vecinos del Santuario de la Misericordia

Reclamo turístico del Ecce Homo

También es destacada la cantidad de personas que se acercan para ver el Ecce Homo, convertido desde 2012 en uno de los atractivos turísticos más visitados de Aragón tras la fallida restauración de la pintura mural (obra original de Elías García Martínez) llevada a cabo por Cecilia Giménez -su vecina más famosa-. El año pasado, el Santuario de la Misericordia recibió 10.000 visitas y este 2023 la cosa pinta "igual o mejor". "Solo en el puente de Semana Santa se acercaron más de 700 personas. El bar podría aprovechar ese tirón", advierte.

Pero si importante es que los turistas puedan tomarse un refrigerio no menos es que los vecinos tengan una puerta abierta donde reunirse, jueguen a las cartas... Marisa observa que personas con vivienda propia, que suelen subir a partir de mayo-junio, están retrasado su llegada. "Para ellos, el bar es su único aliciente. Muchas son personas mayores que solían comer los fines de semana ahí. Además para estar en sus casas metidas, se quedan en Zaragoza (donde viven)", asegura.

En la actualidad, más de 50 personas residen de manera fija y en verano la población itinerante supera las 200 familias. La vocal de la Junta de  la Asociación Vecinos habla de otro hándicap que frena la llegada de más turistas durante el estío o nuevos residentes: el acceso a una vivienda. "Hay mucha casa vieja que se ha ido heredando y las tienen abandonadas. La gente debería animarse a arreglarlas para alquilarlas o venderlas. Este lugar es muy solicitado para veranear por gente de todos los sitios y o no encuentran un sitio o les sale caro", opina Marisa, quien relata el caso de un matrimonio de fuera de la Comunidad que se "enamoró" del Santuario, tras visitar el Ecce Homo, y decidió comprarse una casa.

No obstante, este barrio de Borja cuenta con una casa y un apartamento rural, un eco camping y dos albergues (uno de ellos juvenil del Gobierno aragonés), tal y como informa. "Para mí, es un lugar mágico que me produce paz y donde te olvidas del mundo. Tiene mucho encanto y si tienes niños es lo ideal, la libertad que tienes aquí no la encuentras en ningún otro sitio", resalta del Santuario, al que hay sumar otro reclamo turístico: el cercano Parque Natural del Moncayo.

Marisa -que reside en Zaragoza- suele desplazarse a ver a sus padres todas las semanas (de jueves a sábado) y aprovecha las visitas para acercarse a ver a su tía Cecilia Giménez, que con 92 años vive en una residencia del IASS junto a su hijo. Comenta que de salud está "majica", aunque padece "demencia senil".

Y si tiempo atrás no podía ni mirar el Ecce Homo -tras el revuelo y memes que suscitó su polémica restauración- ahora hasta lo ve "guapísimo". "De tanto nombrárselo, en su cabeza ha imaginado una historia feliz que no le hace sufrir y que nada tiene que ver con lo que ocurrió. Se imagina que el Ayuntamiento (de Borja) le encargó la pintura, después habló con la Virgen de Misericordia y esta le ayudo a hacer una obra de arte. Te lo cuenta tan convencida", indica su sobrina. "Lo pasó mal -continúa-. Tuvo una vida muy dura y esto le llevó al psiquiatra".

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