patrimonio mudéjar

Aragón valora el mudéjar y ha sabido no hacer "burradas" para conservarlo

El mudéjar lleva más de ocho siglos en el imaginario aragonés y su declaración por parte de la UNESCO, el 28 de noviembre de 1986, como Patrimonio de la Humanidad lo puso en valor.

La iglesia de Santa María, en Tobed, es una de las mayores representaciones del mudéjar en Zaragoza.
La iglesia de Santa María, en Tobed, es una de las mayores representaciones del mudéjar en Zaragoza.
Territorio Mudéjar

El mudéjar lleva más de ocho siglos en el imaginario aragonés y su declaración por parte de la UNESCO, el 28 de noviembre de 1986, como Patrimonio de la Humanidad lo puso en valor y la globalización lo ha elevado a polo de atracción turística y se ha sido capaz de no hacer "burradas" en las diferentes restauraciones.

A la torre, techumbre y cimborrio de la Catedral de Santa María de Mediavilla y las torres de las Iglesias de San Pedro, El Salvador y San Martín en Teruel le siguió la ampliación el 14 de diciembre de 2001 al mudéjar aragonés con la inclusión de la Aljafería, La Seo y San Pablo en Zaragoza, y la Colegiata de Santa María de Calatayud, la Iglesia de la Asunción en Cervera de la Cañada y la Iglesia de Santa María de Tobed.

Este próximo martes se cumple el 20 aniversario de la declaración del mudéjar zaragozano como Patrimonio Mundial de la Unesco. La DPZ ha hecho un vídeo para recordarlo.

Lo que ya no están claras son las normas y medidas a seguir con un patrimonio que da muchas alegrías pero que tiene unas estructuras que, aunque inertes, evolucionan al tiempo que la sociedad, y por ello se demanda su adaptación y una normativa uniforme en la que no suceda como hasta ahora en la que "cada uno hace lo que puede".

Diego Piñero, diputado de Cultura de la Diputación de Teruel (DPT) y miembro de la Fundación Amantes, señala que tras la declaración de Patrimonio de la Humanidad del Mudéjar de Teruel todo se rige por la Ley de Patrimonio autonómico y no hay ordenanza para el casco urbano como BIC, por lo que todo se remite a la Junta Provincial de Patrimonio.

"En Teruel hay un antes y un después gracias al trabajo de los arquitectos José María Sanz y Antonio Pérez en conseguir la declaración. Hay un gran cambio y el mudéjar pasa a ser el protagonista del turismo en la ciudad que ahora es un recurso más de la ciudad pero hay que seguir explotándolo. Debe ser el vector del turismo", asegura en conversación con Efe.

No obstante, reconoce que a pesar de todo lo que ha aportado a la ciudad desde que en 1986 la UNESCO declaró los monumentos Patrimonio de la Humanidad, "todavía está pendiente la decisión de peatonalizar todo el entorno del mudéjar porque todavía siguen circulando coches por debajo de las dos torres (El Salvador y San Martín), así como la adecuación de la ciudad al turismo".

Carlos Lasierra, doctor en Historia y experto en mudéjar, se muestra rotundo al afirmar que "en las restauraciones e intervenciones que se han hecho en los últimos años no se han hecho burradas, salvo cuestiones mínimas como algunas terminaciones".

"El mudéjar en Aragón no se ha maltratado desde que se catalogó como Patrimonio de la Humanidad el de Teruel", dice a la vez que destaca que "Teruel se ha convertido en la ciudad mudéjar y es la que más se ha beneficiado".

Otra cuestión es la científica porque "hay discrepancias con algunas nuevas corrientes que tratan de definir como arquitectura zagrí torres como las de San Pablo, Alagón o Tauste, frente a las que señalan el comienzo del múdejar en la Aljafería y la influencia almohade".

Además, Lasierra pone la vista un poco más allá al apuntar que la huella del múdejar en Aragón y su época de apogeo se ha prolongado en el tiempo con la aparición de lo que denomina "neomudéjar".

"Lo que si que se puede afirmar es que el mudéjar no muere en el siglo XVI porque en los siglos XVII y XVIII sigue un estilo neomudéjar y se hacen construcciones ya barrocas en las que se emplean dibujos mudéjares, así como en las chimeneas de las fábricas, en lo que ahora es patrimonio industrial, se hacen con dibujos mudéjares. Incluso en las plazas de toros de Zaragoza o Madrid se puede apreciar", afirma.

Antonio Mostalac, profesor de la Universidad de la Experiencia de Arqueología de la Universidad de Zaragoza y ya jubilado, afirma que en Aragón el patrimonio mudéjar está "bien cuidado y tratado y no plantea problemas porque no se han producido grandes desmanes" en las restauraciones e intervenciones, a pesar de que se muestra especialmente preocupado por "los pequeños desmanes cotidianos" que si que le afectan, como son "los ataques de movimientos urbanos, las pintadas o los orines en los muros".

Otra cuestión y, en la que es crítico es con la falta de criterio en la normativa, es que el Ministerio de Cultura no sea el que la marque porque "en cada sitio rigen unas normas y no coinciden unas con otras" y "deja todo al albur de la Comisión de Patrimonio de las Comunidades Autónomas".

"¿Las pintadas en La Seo de Zaragoza quién las quita, el propietario, el Ayuntamiento, la Comunidad Autónoma, el que las hace? No está contemplado y es algo que se debería tratar en el Consejo Nacional de Patrimonio y sacar una normativa fija para la conservación", manifiesta.

Así, "el Ayuntamiento apaga fuegos como puede y cada uno improvisa porque no hay una legislación ni nada establecido y todos se terminan pasando la pelota" y se remite al famoso adagio de Zygmut Bauman de que "la cultura y la sociedad es líquida". "Es lo que está pasando con el Patrimonio de la Humanidad y se deberían tener previstas otras cosas porque la sociedad está cambiando", afirma.

"Las comisiones se basan en argumentos de 1972 para la declaración y son severas y dogmáticas sin tener en cuenta que la declaración afecta a elementos vivos. Uno de los retos es adaptarse a que la estructura arquitectónica es inerte pero evoluciona con la gente y las medidas con las que se tomó la decisión", concluye.

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