Fran Hervías: "La dirección nacional de Cs puso encima de la mesa hacer en Zaragoza una moción de censura a Azcón"

El exsecretario de Organización del partido liberal, que presenta su libro 'Ciudadanos, la historia jamás contada', asegura que miembros de Cs en Aragón se negaron.

Fran Hervías, exsecretario de Organización de Cs.
Fran Hervías, exsecretario de Organización de Cs.
 Francisco Jiménez

Como licenciado en Geografía, ¿ve más revuelto el clima político o el meteorológico?

Ambos van de la mano. Con la situación actual de sequía que hay en algunas provincias de España, no en todas, y con la situación de Sánchez y sus socios, el clima está bastante revuelto.

¿Y quién tiene la culpa en lo político?

Es evidente: estamos gobernados por un Gobierno autócrata que hace cualquier cosa por permanecer unas semanas en La Moncloa y antepone su interés personal al de los españoles. Cuando Pedro Sánchez es capaz de intentar justificar que un partido como Bildu lleve a terroristas en sus filas y se pone de perfil, dice mucho de lo que es la situación política actual. Hasta el propio Javier Lambán, que en Aragón intenta por un lado aparentar que está en contra, pero por otro lado es incapaz de dar un golpe encima de la mesa dentro de su partido y decir "hasta aquí hemos llegado con estos pactos con Bildu y con Esquerra Republicana de Cataluña".

¿Esperaba que fuera a condicionar Bildu tanto la campaña del 28-M?

Quien ha metido a ETA en la campaña electoral ha sido el propio Bildu.

Presenta en Zaragoza su libro ‘Ciudadanos, la historia jamás contada’ en plena campaña electoral. ¿Le parece el mejor momento?

Había dos fechas, la primera era cuando Ciudadanos convocó su Asamblea General. Después ha venido la campaña electoral. No voy a condicionar mi vida ni mi situación por lo que haga un partido que está en descomposición y del que todos los sondeos dicen que va a desaparecer.

¿Qué es lo que más os va a sorprender?

Es un libro que hace justicia y clarifica muy bien cómo se construyó un partido que fue tercera fuerza por un grupo de personas valientes que se pusieron al frente para sin pedir nada a cambio y cómo por errores el partido comenzó a caer. Hay dos fases. Fuimos coherentes con el ‘no’ a Sánchez, pero no supimos desenmascararlo. El error que mató a Ciudadanos fue cuando Inés Arrimadas y su equipo con Daniel Pérez Calvo y Edmundo Bal, comienzaron a hacer pactos con el sanchismo, con Podemos y a promover mociones de censura en diferentes sitios de España. Cuando se hizo la moción en Murcia, esa misma semana, dirigentes de Aragón reciben una llamada de la dirección nacional en la que se les pone encima de la mesa la opción de hacer una moción de censura contra Jorge Azcón y darle el gobierno de Zaragoza al PSOE.

¿Desde la dirección nacional propusieron quitar la alcaldía de Zaragoza a Azcón?

Se intentó forzar desde la dirección de Madrid. Las dos personas que fueron a la reunión de Madrid se negaron.

¿Lo sabía Pérez Calvo, que era el coordinador de Cs en Aragón?

Sí. Pérez claramente era uno de los miembros del núcleo duro de Inés Arrimadas. Era la persona que marcaba toda la estrategia de comunicación. Eran Inés Arrimadas, Carlos Cuadrado, José María Espejo, Daniel Pérez Calvo y Edmundo Bal.

¿Por qué lo hicieron?

Cuando Lorena Roldán deja Cs y se va al PP, Inés quiere vengarse del PP y darle un escarmiento. Entonces, tantean el terreno para hacer mociones de censura en varios sitios de España. Ciudadanos no controlaba el partido y por eso no le salió bien. Y uno de los sitios que tantearon fue Zaragoza. En Madrid, las dos personas de Cs que fueron a Madrid, se reunieron con Cuadrado y Espejo. Se puso encima de la mesa hacer una moción de censura en el Ayuntamiento contra de Jorge Azcón y entregar al sanchismo Zaragoza. ¿Qué es lo peculiar, lo más curioso? Que los gobiernos que eran más beligerantes contra el sanchismo, el de Díaz Ayuso, López Miras, y el consistorio de Jorge Azcón, eran precisamente donde se fijaron. Le estaban haciendo el juego sucio a Pedro Sánchez. Por eso algunos, como yo, nos decidimos ir.

Usted era secretario de Organización de Cs cuando se eligió a Pérez Calvo candidato a presidir Aragón en las elecciones autonómicas de 2019.

El candidato que yo propuse lo rechazó. De la mano del equipo de organización de Aragón, propusieron a Daniel Pérez, otro perfil.

Se lograron doce escaños, pero en realidad el grupo parlamentario estuvo roto durante toda la legislatura.

Sí, la verdad es que ahí nos equivocamos. Aragón ha sido uno de los sitios de España donde más conflictos internos, más rupturas, más divisiones ha habido de toda España.

¿Esa hipotética moción de censura que se iba a hacer en Zaragoza y el mal clima en las Cortes hicieron Susana Gaspar y Sara Fernández lideraran la facción crítica Somos Ciudadanos?

No. ¿Quién no va a querer a Susana y a Sara en su equipo? Entraron en el partido en 2013-2014, cuando en Ciudadanos había cinco o seis afiliados en Aragón. Se echaron a las espaldas el partido. Sin pedir ni un puesto, ni un sueldo. Fue gente como Sara, como Susana los que construyeron el partido. En 2019 los que se sumaban venían pidiendo cargos. Esa es la diferencia entre lo que era el Cs auténtico, el de Rivera, y el actual. Construimos un partido con mucha ilusión y con muchas ganas. Yo iba con mi coche personal recorriendo España montando el partido, hice 330.000 kilómetros.

Como Pedro Sánchez.

Sí, pero yo bien. Sánchez lo hacía para ser presidente de un partido, yo lo hacía para construir un proyecto político en España. Y me da mucha pena cuando veo en lo que ha convertido Ciudadanos. Nació en Cataluña en 2005 para hacer frente a los que querían romper España, a los que querían imposición lingüística, a los que querían dividir a la sociedad, a los que querían crear una confrontación social, y nos los ponen pie en pared. Los Cs actuales lo que hacen es ir de la mano de aquellos que han originado todo eso. Sánchez ha llegado a hacer bueno a Zapatero, que fue un artífice del tripartito que hubo en Cataluña, que fue el desencadenante de la situación del golpe de estado que se dio en octubre de 2017. Cuando ves que han perturbado totalmente un proyecto que  construimos para hacer frente a eso, duele. El votante de Cs no era un votante que quería hacer Sánchez presidente. A Cs lo asesinaron con las mociones de censura. Cuando no eres leal a tus valores, a tus principios y a tus votantes, desapareces. En plena pandemia, Ciudadanos comenzó a jugar a las casitas como en el monopoli.

Cs se veía como un partido liberal que podía pactar a izquierda o derecha. Pero tras 2019 se pacto solo a la derecha. Nunca se respondió al socialista Javier Lambán sobre la posibilidad de formar gobierno en Aragón. ¿Por qué?

Lo explico con el libro. Aquí partimos del principal error. Un partido liberal no es un partido de centro, es un partido liberal. Y el liberalismo político está a las antípodas del sanchismo.

Pero Lambán no es Pedro Sánchez.

Es miembro del partido de Pedro Sánchez y es una persona que es incapaz de plantarse delante de Sánchez y decirle, hasta aquí hemos llegado.

Incluyen al aragonés entre los barones críticos.

Dime una sola acción que haya hecho Lambán para que el sanchismo desaparezca de la política española. Se ha puesto de perfil con lo de Bildu. A Lambán le da igual que esté conversando con terroristas, que se indulte a golpistas, que modifiquen el código penal para que los corruptos también estén libres, o que la ley de solo sí es sí haya beneficiado a más de mil depredadores sexuales.

Sí ha criticado públicamente todas esas cuestiones.

Yo le pido a Lambán que actúe. Si realmente dice "yo no soy sanchista", pues que coja a todos los que dicen que son del PSOE pero sanchistas, que se unan y que le digan a Sánchez: "hasta aquí hemos llegado".

En ningún momento entonces se planteó la posibilidad de hablar con Lambán para poder establecer un gobierno PSOE-Ciudadanos en Aragón.

Quien tenía que hacer el gobierno es el que gana las elecciones. Tiene que llamar el que gana.

¿Qué parte de culpa tendría usted como secretario de organización entonces del fiasco de noviembre de 2019?

Tuve, lógicamente, mi parte de culpa, aunque yo no era miembro del comité de estrategia de esas elecciones. ¿Me equivoqué? Sí. Cuando veo a los dirigentes actuales, muchos de ellos perturbando los valores y principios de Ciudadanos, es evidente que me equivoqué al seleccionar a determinadas personas o al confiar determinadas personas en la elección que me decían que 'fulanito' podía ser un buen candidato.

¿Con quién se equivocó en Aragón?

Con Daniel Pérez Calvo, claramente.

¿Solamente?

Y con Ramiro Domínguez también.

Ahora es candidato a las Cortes por el PAR.

En Aragón han sido los mayores errores cometidos. Me equivoqué. Al fin y al cabo supieron engañarme bien y hasta que no pasó el tiempo no me di cuenta de realmente la clase de personas que eran.

Cuando Rivera dejó Cs, usted dimitió de sus cargos pero se quedó. ¿Por qué no se fue también?

Lo explico en mi libro. No puedes hacer una desbandada. Yo no quería estar en la gestora. Me forzaron. Cuando comienzan los pactos con Sánchez y Pablo Iglesias, decido que este no es mi partido, que no me representa y dejo mi acta quedando dos años de legislatura. Yo no puedo estar en un partido que es muleta del sanchismo. El Ciudadanos actual es un partido de la banda de Pedro Sánchez. Y la dirección actual lo ha dicho de nuevo. Me fui porque creo que no hay nada más honesto.

¿Cómo llega al PP? ¿Llama usted a la puerta de Génova o es Teodoro García Egea el que le va a buscar?

Soy yo el que llama a la puerta del PP y les digo que me voy como un trabajador más a ayudar, a echar una mano para reunificar el centroderecha en España y ganar a Pedro Sánchez.

Sin embargo usted no es un trabajador más. Como exsecretario de la Organización tenía todos los contactos de Ciudadanos. ¿A cuántos aragoneses llamó desde Génova?

A ninguno.

¿A ninguno?

Yo no llame a nadie de Ciudadanos de ningún sitio de España, nadie te puede enseñar ni una llamada, ni un mensaje de WhatsApp.

Los seis concejales liberales del Gobierno de Azcón dejaron el partido hace semanas y varios de ellos, Sara Fernández, Víctor Serrano, Carmen Herrate y la diputada Susana Gaspar van en las listas de los populares. ¿Ha sido casualidad?

Es un ejercicio de responsabilidad. Si tú quieres realmente cambiar la política española y amas a tu país, a tu tierra, lo que tienes que hacer es arrimar el hombro y ayudar a aquel partido, a aquel líder que sabes que lo va a hacer bien. Y los aragoneses tienen la suerte de tener a alguien como Jorge Azcón de candidato. La gente que se ha ido de Cs al PP lo ha hecho por responsabilidad y por altura de miras.

¿Pero son tránsfugas o han cambiado de chaqueta?

El cambio de chaqueta lo ha hecho Ciudadanos. Era un partido liberal y de golpe era sanchista. Pero es que esto que pasa en Aragón y ha pasado en toda España. El 70% del votante de Ciudadanos dice que va a votar al Partido Popular.

Entonces Ciudadanos de Aragón ¿se ha muerto o lo han matado?

Lo mataron.

¿Los que están dentro o los que están fuera?

Los de Arrimadas, Pérez Calvo, Carlos Cuadrado, José María Espejo, con mociones de censura.

¿Cuál piensa que va a ser el resultado de Cs en 28-M?

No creo que los aragoneses voten a un partido desleal como Ciudadanos y un partido que lo que ha hecho ha sido, claramente, cambiar sus principios fundacionales, romper y enterrar todo el legado que dejó Albert Rivera para intentar ir de la mano del PSOE. Querían quitar a Azcón Zaragoza y que la manejara Pedro Sánchez. Los acuerdos de moción censura se fraguaban en la Moncloa.

Teniendo tan clara la necesidad de apoyar al PP, ¿cómo se sintió cuando al asumir Alberto Núñez Feijóo las riendas del PP fue despedido?

No he sido despedido nunca de ningún trabajo, tampoco del Partido Popular. Tenía un contrato de alta dirección y cuando la Vicesecretaria General de Organización cesara de su cargo, mi contrato se rescindía automáticamente.

No le despiden, pero no contaron con usted.

Me alegro de la situación actual, porque al final se está reunificando el centro de derecha en España. Y los sondeos dan una mayoría alternativa al Partido Popular-Vox para echar a Sánchez de la Moncloa. Yo he podido ser ministro, ser secretario de Estado, consejero, en política todo. A mí no me van los sillones. Dejé mi acta en el Senado, quedándome dos años. No entré al Partido Popular por una silla. Entré para diseñar toda una estrategia que dejé diseñada y la dejé ayer en Génova, y que ahora se está haciendo esa reunificación del centro de derecha.

¿Qué amigos conserva en Aragón, tanto de Ciudadanos como del Partido Popular? 

Por suerte conservo muy buenos amigos en España. Ayer se lo decía a mi mujer, qué suerte que voy viajando por España con temas de las empresas y en cada provincia tengo a quién llamar, y tengo una puerta abierta para comer, cenar, hasta para dormir. Algo habremos hecho bien durante todos estos años en Ciudadanos, cuando lo que tienes son amigos de verdad que te abren las puertas.

¿Sigue hablando con Albert Rivera?

Sí.

¿Cree que volverá a la política?

Por desgracia no, España se ha perdido un gran presidente. 

¿Ni siquiera con el PP?

Vive muy bien, muy tranquilo.

Si Rivera al final volviera y le llamara, ¿regresaría a la política usted también?

Mucho tendrían que cambiar las cosas para yo volver a la política activa.

¿Es difícil ser secretario de Organización?

Es muy complicado.

¿Se tienen más amigos o enemigos?

 Igual, por las dos partes. Te toca asumir un rol y defender algunas decisiones que a veces no he compartido.

¿Cuándo fue la última vez que habló con Pérez Calvo?

El 14 de marzo del 2021, el día que digo que me voy de Ciudadanos.

¿Y con Inés Arrimadas la misma fecha?

Sí. Mi libro se ha escrito a partir de las diferencias políticas. No es un ajuste de cuentas, ni busca fastidiar la vida personal a nadie. 

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