entrevistas

José Luis Soro: "Soy feliz preparando todo tipo de cócteles detrás de una barra"

Continuamos con esta suerte de ‘First Dates’ con los candidatos a la presidencia de la DGA. Una cita rápida para conocer el lado más amable del aspirante con una única regla: no se puede hablar de política. Temas elevados se entremezclan con frivolidades en una breve charla de la que se pueden sacar algunas conclusiones. Hagan ‘match’ con quien más le seduzca.

Soro, en una de las azoteas del palacio de la Aljafería.
Soro, en una de las azoteas del palacio de la Aljafería.
José Miguel Marco

El candidato de CHA, que reconoce que le piden carreteras por la calle, es un gran amante de la música jamaicana y considera el ‘dry martini’ "la sublimación de la sencillez".

Me ha dicho un pajarito que una de sus habilidades ocultas es la coctelería...

La coctelería me encanta, me parece un mundo apasionante. No se trata de tomar cócteles, sino de prepararlos. Soy autodidacta, pero tengo muchos libros dedicados a este ejercicio de equilibrio y armonía que es hacer un cóctel. Es mágico eso de extraer lo mejor de cada ingrediente gracias a una mezcla.

Haciendo probatinas con copas e ingredientes, ¿nunca ha envenenado a nadie?

No, no. Tengo mucho cuidado y soy muy disciplinado. Tiro por los cócteles clásicos y trato de respetar las proporciones. Para poder innovar e inventarte cócteles tienes que ser muy bueno y yo soy nivel ‘preusuario’.

Dentro del ciclo 'No me hable de política', Christian Peribáñez se reúne con los candidatos a la presidencia de la DGA para conocer el lado más amable del aspirante con una única regla: no se puede hablar de política.

A Luis Buñuel le encantaba el ‘dry martini’...

Es la sublimación de la sencillez. Es también mi cóctel preferido. Es el que tomaba James Bond, pero a mí me gusta revuelto más que agitado.

Dicen que sus cócteles tiene mucha demanda en las fiestas de Retascón...

Es ahí donde dispongo de toda la parafernalia de cocteleras, coladores, botellas y cucharillas... En Zaragoza no, pero en Retascón tengo una barra en casa.

Véndanos las bondades de su pueblo...

Yo no tengo pueblo, soy un bicho raro porque mis padres y abuelos son de Zaragoza. En realidad, Retascón es el pueblo de mi suegra. Allí es donde soy feliz y allí no soy ni Pepe: soy el marido de la Isabel, la de Carmen. En Retascón, como en esta entrevista, tampoco hablo de política y eso es un respiro.

¿Qué planes de verano tiene?

Estaremos en las fiestas de San Bartolomé, eso seguro, y no sabemos qué más va a pasar porque hace cuatro años se tomó posesión en 5 de agosto... Es cierto que desde la pandemia no hemos vuelto a la playa y nos apetece mucho.

¿Cuál sería su viaje soñado? ¿Tumbarse al sol en una isla paradisiaca de las Seychelles?

Me gusta más lo cercano: Praga, Viena, el año pasado estuvimos en París... Me gusta mucho Europa y, además de ver museos y monumentos, sobre todo, callejear. De Budapest –por ejemplo– recuerdo su mercado y una especie de torta churrera que se toma con un vino blanco con gaseosa.

Lo gastronómico también le tira... ¿Es ‘cocinicas’?

Soy omnívoro y, sí, también me gusta cocinar ‘steak tartar’ o hacer croquetas. Lo que más felicidad me da es la liturgia de hacer brasa: ir al monte a coger unas piñicas, unos palicos, y hacer fuego, aunque reconozco que suelo hacer más del necesario. El verano pasado, con todo tan seco y los incendios, no hicimos brasa y lo echo de menos. Hicimos plancha, pero no es lo mismo.

Soro, en un momento de la entrevista.
Soro, en un momento de la entrevista.
José Miguel Marco

Como consejero de movilidad, no sé si debo preguntarse por su transporte preferido...

Me encanta viajar en tren, subir de Zaragoza a Canfranc es una auténtica delicia, y sé que aún no es un medio de transporte, pero lo será. Estos días de campaña sí tenemos que tirar de coche y tengo suerte de que no me mareo. Así que aprovecho para descansar, leer, hacer llamadas...

Insistiendo en sus responsabilidades por su condición de consejero, ¿tiene muchas ‘peticiones del oyente’ con la salmodia «arréglame esta carretera»?

Muchísimas. Como hay gente te ve por la tele, es normal y me encanta que me paren por la calle con cercanía y me hablen con familiaridad. Muchas veces sí, el monotema son carreteras, y he de decir que aún no me han pedido ninguna que no haga falta.

Alejémonos de las preguntas limítrofes con la política y abordemos cosas más frívolas. ¿Cree en los horóscopos?

Soy sagitario, pero no tengo muy claro qué supone serlo.

Estamos en ‘mercurio retrógrado’ que –dicen– es una mala época para tomar decisiones.

Pues estamos fastidiados, porque ahora toca tomar muchas e importantes decisiones.

¿Abrimos el melón de las redes sociales?

Soy usuario, pero las considero una herramienta de trabajo. Llevo las mías propias, pero las uso poco en clave personal. No me gusta nada ver lo crispado y la agresividad de Twitter, por ejemplo.

Tengo entendido que también hace recomendaciones musicales a través de listas de Spotify.

Tengo una lista de música jamaicana. Es otra de mis pasiones secretas: el reggae, el ska, el rocksteady... Me ha gustado desde siempre, sobre todo el antiguo, el de los años 70.

¿Y qué tal se le da bailarlo?

Es una música que no puedes escucharlo sin bailar. La suelo oír con cascos y, sobre todo, yendo a trabajar. También cuando hago mi ‘deporte de señor mayor’, que es salir a andar por el Canal.

Habrá quien te diga que con tan buena música como hay en Aragón, ¿qué hace escuchando música jamaicana?

Pero, ¿por qué no? Creo que son ritmos universales, y es un milagro que de una isla tan pequeña hayan creado el mejor género musical del mundo. Es un vínculo que no se me ha pasado con los años sino que ha ido a más. Me apasiona la historia de Jamaica, la conquista española, la llegada de los ingleses, los cimarrones que huyeron de las plantaciones...

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión