Una financiación justa y la despoblación unen a los candidatos en el debate de Aragón TV

El modelo fiscal marca la diferencia de bloques entre la derecha e izquierda. Guitarte subraya que no participarán en un Gobierno en el que esté Vox.

Los candidatos de los nueve partidos posan antes del debate en la televisión pública aragonesa.
Los candidatos de los nueve partidos posan antes del debate en la televisión pública aragonesa.
Toni Galán

El debate de los nueve candidatos a la DGA emitido este lunes por la noche por Aragón TV ha evidenciado que los partidos comparten, al menos, dos temas presentes en la agenda pública desde hace años y que están pendientes de solución, tanto una financiación autonómica justa que cubra el coste efectivo de los servicios como una política efectiva que logre revertir la despoblación en el medio rural. También compartieron la necesidad de poner orden al despliegue de las renovables y, del mismo modo, salió de nuevo a relucir las diferencias insalvables en fiscalidad entre los bloques de la derecha y la izquierda.

Los políticos han ido sobre seguro y nadie ha querido arriesgar en una concatenación de mensajes ya sabidos a lo largo de 135 minutos, en los que la propia dinámica del debate, con la duración de las intervenciones tasadas por decisión de los propios partidos, ha evitado que hubiera frescura, con réplicas y contrarréplicas.

Eso sí, el candidato de la coalición Aragón-Teruel Existe, Tomás Guitarte, ha dado un paso más a la hora de marcar las líneas rojas para pactar tras el día 28 y ha dicho con rotundidad que no formarán parte de una coalición de gobierno con PP y Vox. "Nuestro único condicionante es que no participaremos en un gobierno en el que esté Vox por defensa de la autonomía, del Estatuto, de las comarcas y porque nuestro modelo territorial es totalmente contrario", dijo casi al filo de la medianoche.

El debate a nueve ha estado encorsetado en torno a cuatro ejes –economía, industria y empleo, derechos sociales, Aragón en España y autogobierno y el Aragón del futuro– y ninguno deparó sorpresas. Apenas hubo un atisbo de cara a cara entre los dos candidatos con posibilidades de presidir la Comunidad, el popular Jorge Azcón y el socialista Javier Lambán, porque este último lo ha rehuido todo lo posible.

Lo que sí han plasmado ha sido una lectura distinta de los datos. Mientras Lambán ha reivindicado que Aragón, pese a la pandemia, está en cabeza en la reducción de las listas del paro y en el crecimiento del PIB, además de atraer inversiones con proyectos comprometidos para 20.000 nuevos empleos, Azcón ha dicho que la Comunidad "no crece más de lo que crece España", sin poder rebatir los números.

Del mismo modo, el líder popular ha querido afear, sin respuesta del aludido Lambán, que no se haya celebrado en ocho años ni una sola bilateral y que Aragón solo reciba 15 de los 1.400 millones estatales contra la sequía sin que desde el Pignatelli "nadie diga que es injusto".

Azcón se ha postulado como el "cambio moderado" que ha demostrado que con menos impuestos se puede crecer en Andalucía o en Zaragoza y se agarró al recorte sanitario en los presupuestos de 2022, de cien millones, y a los 2.600 sanitarios de los que se prescindió tras la pandemia para contradecir el esfuerzo inversor del cuatripartito en políticas sociales. Para ello, Lambán ha aludido a los dos nuevos hospitales en obras en Teruel y, sobre todo, ha contrapuesto que Luisa Fernanda Rudi fue la segunda que más recortó mientras su Ejecutivo es el segundo que más ha incrementado el gasto social. Igualmente, ha hablado de los 2.000 profesores contratados.

La defensa de la gestión también ha corrido a cargo de Maru Díaz (Podemos) y José Luis Soro (CHA), quienes se han vendido como la garantía de las políticas progresistas en un próximo gobierno. La primera fue contundente al señalar que a Aragón le costó recuperarse 11 años y 10 meses y alcanzar la afiliación previa a la crisis que le tocó gestionar a la derecha, mientras ahora se han necesitado 13 meses.

La política fiscal ha salido a relucir y ha marcado el debate desde la primera intervención, que Alejandro Nolasco (Vox) ha aprovechado para referirse al "infierno fiscal" del que ha hecho bandera el PP. Nolasco recurrió al argumentario para plantear una rebaja de impuesto compensándolo con el recorte de "gasto político superfluo", aludiendo a las comarcas. Azcón no renunció a criticar que Aragón sea la tercera autonomía con mayor presión fiscal, también cuestionada por Carlos Ortas (Cs) y a lo que Soro y Álvaro Sanz (IU) han replicado que sin impuestos no hay Estado del bienestar ni se pueden financiar los compromisos.

Ortas ha aprovechado sus intervenciones para postularse como el centro "necesario y moderado" para modular el próximo gobierno y que plantea soluciones para las clases medias, mientras Alberto Izquierdo ha llamado a votar al PAR porque es, dijo, "el único centro político y lo demás son imitaciones". En su caso, ha sacado el trasvase y ha aclarado que no apoyará a ningún partido que lo postule.

Guitarte ha apuntalado el mensaje de que Teruel Existe debe ganar influencia el 28-M para así poder trasladar "el peso específico de Aragón" en Madrid. Y precisamente su capacidad de que sea decisivo el día después de las elecciones le ha valido el ataque de buena parte de los candidatos, mientras IU se ha postulado como la garantía de que no gobernará la derecha, pero tampoco gobiernos "en teoría progresistas" hagan políticas de derechas.

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