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David Liarte: "La Antártida es el reto de mi vida"
El comandante se desplazará al continente helado el próximo mes de diciembre.
España regresa a la Antártida. El comandante David Liarte, oficial del cuerpo de Intendencia, será el responsable del área de Logística de la base Gabriel de Castilla, en la isla Decepción.
Decepción, vaya nombre para una isla…
Lo del nombre pienso que es lo de menos. Se trata de una misión apasionante, la campaña número 37 en la Antártida, la misión más antigua del Ejército de Tierra español.
¿Le llamo comandante o intendente?
Las dos formas son correctas, pero mejor comandante, ya que es mi empleo militar, que intendente, que es mi área de responsabilidad o cuerpo militar.
Entendido, comandante Liarte. Recuerdo que hace unos años, en una presentación de un proyecto para la Antártida, me dijo que algún día iría usted allí. Ha cumplido su palabra...
Me gusta cumplir la palabra. Ha habido un exigente proceso selectivo. Vamos 13 personas polivalentes y multifuncionales al mando del teniente coronel Ángel Prado. De ellos, estamos destinados cinco en Aragón: tres en Jaca y dos en Zaragoza. Soy el único nacido en Aragón.
¿Qué le llama de la Antártida?
En mi caso, la Antártida es el reto de mi vida.
La epopeya de Amundsen, de Scott… Existe cierta fascinación por el continente helado.
Cierta, no: muchísima. El Tratado Antártico se firmó en 1959. España se adhirió a él en 1982. Y desde entonces, tenemos presencia en la Antártida.
Pero la Antártida queda muy lejos, lejísimos…
A 13.000 kilómetros de España. La Antártida es más grande que Europa. Casi toda ella está cubierta de hielo. Debajo hay montañas, ríos, mares.
Debajo del Ártico solo hay mar…
Esa es una diferencia entre el Ártico y la Antártida. Además, en la Antártida casi nunca llueve. Hay un dato escalofriante.
¿Cuál?
Hay menos precipitaciones que en el desierto del Sáhara.
Ojo al dato…
Es un desierto helado, con temperaturas de hasta -87 grados centígrados.
¡Qué biruji…!
Por eso vamos a ir en estos meses, desde final de año hasta marzo. Pasaremos allí las Navidades y hasta el 20 de marzo. Allí será verano austral, con temperaturas de 5 grados a -15.
O sea, la estación cálida allí…
La menos gélida, por decirlo de alguna manera. La temperatura ahora mismo es de -38 grados. Pero la sensación térmica es mucho más baja, pues también hay que considerar el viento, con rachas de hasta 80 km/h.
Tranquilo, que usted está habituado al cierzo…
Eso no es cierzo… Los médicos nos han dado formación para afrontar esa contingencia.
¿Qué es lo primero que van a hacer cuando lleguen?
La anterior expedición cerró en marzo porque llegó el invierno. Lo primero que tendremos que hacer cuando lleguemos es coger pico y pala y hacer de nuevo el camino para llegar a la base, pues el camino que hicieron los anteriores inquilinos se habrá helado.
Hay varios proyectos científicos asociados a su misión.
Así es. Son iniciativas promovidas por el Comité Polar Español, del Ministerio de Innovación y Ciencia. El Ministerio de Defensa, a través del Ejército de Tierra, gestiona y da apoyo a los científicos para sus proyectos de vulcanología, sismología, geología, biología...
¡Qué bien, mi comandante, qué bien! ¡Cuánto me he alegrado de volverle a ver tras tantos años, después de esa pasión por el fútbol que nos unió!
Aprendimos mucho ahí también, en el campo, igual de los compañeros que de los rivales. Después, ingresé en el Ejército. Estuve en Bosnia en 1997, y en el Líbano en 2014.
Bosnia, Líbano: usted era jugador de área, allí, en el peligro…
¡Ja, ja, ja! Los militares estamos para servir a la sociedad y el equipo de campaña demostrará este compromiso. Y ahora, ya ve, tras ingresar como soldado en 1994, me voy unos meses a la Antártida...
