salud y meteorología

¿Cómo afecta el cierzo a nuestra salud?

El cierzo afecta a nuestro organismo y puede provocarnos enfermedades pero también tiene un impacto en nuestro estado de ánimo. Además, limpia el aire de contaminación y nos aporta carácter.

El cierzo afecta a nuestra salud.
El cierzo afecta a nuestra salud.
Kristina Urresti

El cierzo, un viento que va intrínsecamente unido a la ciudad de Zaragoza y al Valle del Ebro. Un fenómeno meteorológico que, en rachas fuertes, puede provocar siniestros, caída de árboles y derrumbes de fachadas y tejados. Un elemento que, según el saber popular, imprime carácter a quienes lo padecen e incluso genera apodos curiosos.

De hecho, algunos llaman a los maños -los nacidos en Zaragoza- ‘cheposos’ (con algo de malicia) precisamente por esa intención inconsciente del cuerpo de protegerse y ocultarse lo máximo posible del aire frío y huracanado que, en muchas ocasiones, sopla en las calles de la capital aragonesa.

Tantos días soportando este viento seco, fuerte y frío, procedente del noroeste hace plantearnos la cuestión de si puede afectar de alguna manera a nuestro organismo y, por ende, a nuestra salud. “El cierzo hace que tengamos el aire más limpio en la ciudad”, dice Luis Miguel García, médico y vicepresidente de la Sociedad Aragonesa de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc). 

Aunque no existe ninguna patología psicológica, puede afectar a personas sensibles a los cambios de tiempo. .

“Se lleva la contaminación atmosférica y todas las emisiones de los coches, por lo que, en ese sentido, estamos más protegidos de enfermedades relacionadas con la polución ambiental”, explica García. Sin embargo, la inestabilidad meteorológica y el contraste de temperaturas que produce el cierzo “hacen que el cuerpo se destemple y no favorece al organismo”, añade el vicepresidente de Samfyc. Por eso “podemos sufrir cuadros catarrales, además de faringitis y laringitis”, continúa el médico. Es decir, “por un lado te da una cosa, un aire más limpio, pero te quita otra y puede hacer que te resfríes. Sin embargo, entre un catarro y un tumor, prefiero el catarro”, sentencia García.

Limpia el aire pero hace que te resfríes, sin embargo, "entre un tumor y un catarro, prefiero el catarro"

A nivel dermatológico, también pude tener consecuencias. “El cierzo te puede provocar sabañones y puede cortarte las manos por lo que es importante hidratarlas bien y ponerse guantes”, señala el médico. Los pacientes que me lo transmiten son, sobre todo, personas que provienen de climas cálidos, han venido a trabajar a Zaragoza y nunca han estado en contacto con este fenómeno tan intenso”, afirma García.

En cuanto a las alergias al polen, sí que se produce un cambio, normalmente a mejor si el cierzo es fuerte, para las personas que las padecen. “Este tipo de alergias suele disminuir con el viento porque arrastra el polen y se lo lleva, aunque si sopla suave, el efecto puede ser el contrario. El aire remueve el polen y lo traslada de un lugar a otro de la ciudad. De todas las maneras, los alérgicos van a experimentar cambios si hay cierzo en la ciudad”, asegura.

Más irritables, pero también más recios

Pero el viento más aragonés no solo afecta a nuestro cuerpo. Nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental también puede verse aquejados. “Se cuela por todos los sitios y provoca una sensación de frío que no te quitas con nada. Esto ocasiona irritabilidad en muchas personas. Cuanta más irritabilidad padecemos, más rabia acumulamos, más descontento con nosotros mismos y menos tolerancia a la frustración”, apunta Cristina Equisa, psicóloga clínica y miembro del Colegio de Psicólogos de Aragón.

“En cambio para otras personas el viento les da vida, mueve y arrastra todo lo negativo y les da pie para empezar de nuevo, por eso tenemos la expresión ‘cambio de aires’”, matiza Equisa. “Que el cierzo nos afecte negativamente dependerá de cómo nos lo tomemos, de en qué momento vital nos encontremos y de la capacidad que tengamos en ese instante para adaptarnos a él”, añade la psicóloga.

Además de condicionar nuestro estado de ánimo y afectar a nuestra salud, el cierzo “imprime carácter”. Ya lo decía José Antonio Labordeta en su canción ‘Polvo, niebla, viento y sol’. “El cierzo, la niebla y la dureza del clima nos hace más recios, nos proporciona una impronta de supervivencia, es decir, nos enseña a ser más resistentes a las adversidades de la vida”, constata Equisa. 

“Cuantas más comodidades tenemos, más vulnerables nos hacemos”, afirma, y pone un ejemplo: “Los pastores, curtidos por los fenómenos meteorológicos, apenas se resfrían”, señala. En este sentido recuerda que “antes íbamos al colegio en pantalones cortos o falda y con calcetines en pleno invierno”, recuerda la psicóloga. “Y si te quejabas de que tenías frío en las piernas, la respuesta que recibías era que las piernas no eran del cuerpo”, añade.

"El cierzo nos hace más resistentes. Cuantas más comodidades tenemos, más vulnerables nos hacemos"

Otra de las quejas más comunes entre los ciudadanos cuando hay cierzo en la ciudad es el dolor de cabeza que provoca. “Todos los aires afectan a la salud y el cierzo puede provocar dolores muy fuertes de cabeza, igual que la niebla”, asegura Equisa. “Parece que está asociado a migrañas aunque no es algo generalizado”, apunta Luis Miguel García al respecto. “Lo vemos en consulta, sobre todo con pacientes que no son de Zaragoza, al igual que los sabañones. Les pasa más a quienes no están acostumbrados”, asegura el médico.

Sensaciones térmicas de 8 grados menos

Este viento que es seña de identidad se produce debido a la existencia de un anticiclón en el Cantábrico y de una borrasca centrada en el Mediterráneo occidental. Con esta situación, se establece un flujo de aire que se acelera y también se intensifica por el “efecto de embudo” que sufre al encajonarse en el Valle del Ebro. Se puede producir durante todo el año, aunque suele ser más frecuente e intenso en invierno y primavera, pudiendo superar los 100 km/h.

Aunque esta Semana Santa el cierzo ha dado algo de tregua a la capital aragonesa, estos últimos días ha soplado con fuerza y se han registrado datos entorno a los 100 km/h en algunos puntos de la provincia de Zaragoza según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Cuando sopla así, la sensación térmica desciende bruscamente y la temperatura que marcan los relojes-termómetro que encontramos en la vía pública no es la real. “Medir la sensación térmica con cierzo es complicado”, dice Arcadio Blasco, portavoz adjunto de AEMET en Aragón. “El cierzo u otros vientos, no hacen que disminuya la temperatura del aire, si no que la sensación térmica que experimenta el ser humano en sus partes descubiertas (cara, manos etc) es diferente a la temperatura del aire que le rodea”, explica Blasco.

Tabla sobre la sensación térmica y temperatura con cierzo.
Tabla sobre la sensación térmica y temperatura con cierzo.
AEMET

Podemos hacernos una idea de esa sensación térmica gracias al Índice de Sensación Térmica por Frío (Wind Chill Temperature Index). Una tabla que ayuda a estimar “el efecto adicional de enfriamiento que aporta el viento sobre la piel del ser humano en contacto con el aire ambiente”, señala el portavoz adjunto de AEMET en Aragón. Según esta tabla, “si estuviésemos en Zaragoza con una temperatura de 0ºC y cierzo de intensidad sostenida de 50 km/h, la sensación térmica que se experimentaría sería de -8ºC”, continúa Blasco.

Si miramos la tabla, podemos ver que cómo puede descender la sensación térmica por el viento en condiciones de frío extremo. En el caso de Zaragoza, con días invernales en los que la temperatura desciende bajo cero y el cierzo soplando fuerte, podemos tener una sensación térmica que oscile entre los -7ºC y los -16ºC.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión