incendios forestales

"Se me hace largo el tiempo fuera de mi casa de los Pertegaces"

El cuidado de los animales domésticos y la falta de noticias sobre el regreso a sus casas, las principales preocupaciones de los evacuados de Olba y San Agustín.

Juan Chacón, a la izquierda, y Wenceslao Villanueva, realojados en el hostal Los Maños de Albentosa.
Juan Chacón, a la izquierda, y Wenceslao Villanueva, realojados en el hostal Los Maños de Albentosa.
A. G./b.

"Esto se me está haciendo largo", reconocía este sábado Wenceslao Villanueva, un vecino de los Pertegaces de Olba alojado en el hostal Los Maños de la Venta del Aire de Albentosa tras ser evacuado en la tarde del pasado jueves como consecuencia del incendio iniciado en la vecina localidad castellonense de Villanueva de Viver. Como otras decenas de desalojados espera impaciente la autorización para volver a su hogar. Además, se lamenta de haberse olvidado las medicinas que se toma habitualmente, lo que le ha obligado a reponerlas con el servicio que ofrecen los farmacéuticos de la zona a los evacuados.

Una de las principales preocupaciones de los residentes en Olba y San Agustín es la alimentación y el cuidado de los animales domésticos que no pudieron llevarse con ellos al partir amenazados por el incendio. Eliazar Peiro, vecino del barrio de los Peiros de San Agustín, solicitaba ayer autorización a la Guardia Civil para volver al pueblo y atender el ganado. "El fuego se ha quedado a 200 metros de la nave donde están las ovejas, pero si el humo se mete dentro se me van a morir asfixiadas si no puedo abrirles las ventanas", explicaba a un agente.

También estaba preocupado por sus animales Juan Chacón, de los Pertegaces. Aunque reconocía que él está "bien" en el hotel de la Estación de Mora en el que se aloja desde que tuvo que marcharse de su casa por la cercanía del incendio, se lamenta de que no puede "echar de comer" sus gallinas, conejos y, sobre todo, a los canarios que cría, que, según explica, viven en pequeñas jaulas con poca comida y poca agua. Pedía más flexibilidad a la Guardia Civil para volver a su hogar y atender a su ‘ganado’.

Adelaida Moliner, que acababa de llegar a los Pertegaces desde Barcelona cuando fue evacuada, está a la espera del permiso para volver al pueblo antes de regresar a su lugar de residencia y recoger la comida que había traído para el fin de semana y evitar que se eche a perder. Su principal consuelo es que, al menos, pudo llevarse los dos gatos que tiene en el barrio de Olba antes de partir.

Un equipo de trabajadores sociales y psicólogos atiende a los desalojados para hacerles más llevadera la estancia fuera de casa. La psicóloga María Jesús Hernández señala que la cuestión que más inquieta a los evacuados es "cuándo podrán volver a sus casas", la pregunta "del millón", que, de momento, no tiene respuesta.

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