educación superior

Aumenta la inserción laboral de los universitarios aragoneses en 4 años y alcanza el 88%

Más de la mitad de los titulados en el curso 2016-2017 tenían en 2022 un contrato indefinido. 

José Antonio Mayoral, Aurelio López de Hita, Maru Díaz y Berta Sáez, durante la presentación del estudio.
José Antonio Mayoral, Aurelio López de Hita, Maru Díaz y Berta Sáez, durante la presentación del estudio.
Oliver Duch

La inserción laboral de los universitarios aragoneses se eleva al 88% a los 4 años de terminar el grado, según el estudio llevado a cabo por la Agencia de Calidad y Prospectiva Universitaria de Aragón (ACPUA), dependiente de la DGA, y que pretende hacer un seguimiento tras el publicado en 2018. Desde entonces, explicó este martes la consejera de Ciencia y Universidad, Maru Díaz, la empleabilidad de los egresados ha aumentado en tres puntos porcentuales. Además, están más satisfechos con el empleo que desarrollan, hay un mayor volumen de contrataciones indefinidas y también crecen aquellos que están a tiempo completo y el salario que perciben. "Son datos muy positivos", incidió.

La mejora, no obstante, no se percibe de la misma manera en todas las titulaciones. Los graduados en la rama de Ingeniería, Industria y Construcción en el curso 2016-2017 son los que cuentan con mejores cifras en todos los parámetros. Hasta un 96% trabajaba en la primavera de 2022, cuando se hizo la encuesta; el 97% lo hacía a tiempo completo y el 73% tenían un contrato indefinido. Además, de media, percibían un salario neto de 1.858 euros al mes.

El estudio, que analiza la información recabada de más de 1.300 alumnos de la Universidad de Zaragoza y la Universidad San Jorge (USJ), especifica que las menores tasas de empleabilidad se dan en la rama de Humanidades y Artes, con un 81%, y también son los que perciben un menor salario: 1.284 euros mensuales, unos 600 euros menos que un ingeniero. Con menor ocupación a tiempo completo destacan los titulados en Educación (59%), debido fundamentalmente a las vacantes que van saliendo en el sector público, al igual que es uno de los de que, junto a Salud y Servicios Sociales (28%), menos porcentaje de contratos indefinidos aglutina.

Antes de llegar a la situación actual, el informe revela que una vez terminado el grado, el 61,8% optó por buscar un trabajo, casi 15 puntos porcentuales por debajo del análisis de 2018. De ellos, un 43% lo encontró. De hecho, explicó Diana Monaj, coordinadora de este informe, siete de cada diez lo consiguieron en los tres primeros meses frente al 5 de cada diez de la anterior encuesta. Entre las vías de acceso al mercado laboral destaca la oposición, "que aumenta tras unos años de restricciones", los contactos e internet, con el "auge" de las redes sociales.

Entre aquellos que continúan formándose, cada vez hay menos que apuestan por cursar otro grado universitario (se reduce a la mitad) y crece de manear "significativa" aquellos que eligen un máster. En este sentido, el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, puso de relieve que se ha recuperado "la importancia" de este tipo de estudios, puesto que cuando empezó el plan Bolonia era una formación "no muy elegida". Y este cambio de percepción del alumnado, apuntó, es una de las claves de la mayor inserción laboral.

El informe también pone el foco en las condiciones laborales, que mejoran en los últimos años. Actualmente, el 52% de los egresados tienen un contrato indefinido frente al 37% del estudio anterior, y el 84% trabaja a tiempo completo (en 2018 era el 68%). Del mismo modo, crece la satisfacción con el trabajo que desempeñan. El 87% está bastante o muy satisfecho, 11 puntos porcentuales por encima de 2018. Y el 87% dice desarrollar un empleo acorde a su titulación. En este sentido, la rectora de la USJ, Berta Sáez, destacó que los egresados no solo deben estar altamente capacitados, sino que deben ser personas preparadas "para afrontar el cambio social, que se sepan adaptar, que tengan un elevado compromiso social y que puedan innovar e incluso crear".

Y subrayó el trabajo de la DGA y de las universidades para "poner en valor ese talento aragonés". Al respecto, Díaz incidió la capacidad para "retener talento" dado que siete de cada diez titulados se quedan en Aragón. De los que se van, un 3,3% trabaja en el extranjero y es Europa el primer destino laboral; mientras que un 25,6% lo hace en España, con Madrid como principal foco de atracción, seguido de Navarra y Cataluña.

Brecha de género

El informe también reconoce la brecha de género existente. Solo un 13% de las egresadas cobra un sueldo superior a los 2.000 euros frente al 32,6% de los titulados. Unas diferencias que radican en la titulación elegida, siendo las ingenierías donde se concentran mayores salarios y menos mujeres. En este sentido, Mayoral recordó que el problema viene desde antes de la universidad, puesto que es en la etapa escolar donde se toman las primeras elecciones de futuro. Coincidió en ello Sáez, quien valoró positivamente que la nueva legislación contemple la posibilidad del itinerario abierto, ya que son "personas jóvenes a las que les puede costar tomar una decisión sobre su futuro".

El presidente del Consejo Social de la Universidad de Zaragoza, Aurelio López de Hita, dijo que el sistema universitario aragonés "cumple muy bien con sus objetivos", aunque pidió "no dormirse en los laureles" dado que cada vez se demanda más una juventud formada en "valores y actitudes".

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