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Diego Valadés: "López Obrador es un desconocedor cuando critica a España"

Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de México

Diego Valadés, en la plaza del Justicia de Zaragoza.
Diego Valadés, en la plaza del Justicia de Zaragoza.
Oliver Duch

Diego Valadés, referente indiscutible en el análisis político en México, hablará hoy de Derecho Constitucional en las Cortes de Aragón, en un acto organizado por la Fundación Giménez Abad.

Acudo convocado por José Tudela. No es poca cosa la que espera: el análisis de la problemática del constitucionalismo en nuestro tiempo. Se presentará el libro ‘Derecho Constitucional en el siglo XXI’. Presentaremos, Manuel Aragón, Tudela y yo, que hemos coordinado el trabajo. En la obra, hay autores de Italia, Alemania, Francia, Argentina, Colombia, México… y, por supuesto, España.

La geopolítica mundial vira sobre China, Rusia o Estados Unidos.

Se ha dejado a Europa. Como Unión Europea es equiparable a Estados Unidos. Además, cuenta con una experiencia de siglos. Perdón, de milenios.

Desde las Termópilas…

Así es. Puede decirse que fue el primer enfrentamiento entre occidente y oriente. Las pugnas continúan, pero las opciones para la democracia no han menguado. No tengo ninguna duda acerca de la prevalencia de la democracia constitucional.

La Revolución Gloriosa en Inglaterra, la Independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa… ¿Dónde sitúa el punto de partida en el itinerario?

Mucho más cerca en el tiempo. La democracia constitucional está comenzando a fraguar. No podemos hablar de democracia plena donde no había voto para la población femenina, donde había discriminación y hostilidad hacia las minorías. Tal y como la entendemos ahora, la democracia es muy reciente, aunque hay muchos factores para ser optimistas.

¿Caben los populismos en la democracia?

El populismo es un atavismo. No lo veo como el fin de la democracia, sino como el último rescoldo de las viejas autocracias.

Un populista como el presidente de su país, López Obrador, censuró con dureza a España recientemente.

López Obrador es un líder social, pero no es un hombre de Estado. Actúa como un perfecto desconocedor de todo cuando critica a España. Desde luego, no es el sentir del pueblo mexicano. Estamos hablando de alguien que se atreve a criticar una democracia cuando aplaude a Putin... El asunto no merece más comentarios.

El prestigioso periodista mexicano Javier Garza, dentro del Congreso Mundial de Medios (WAN-IFRA) celebrado en Zaragoza en otoño pasado, reiteró que donde no hay prensa libre no hay verdadera democracia.

Rigurosamente cierto. El concepto de opinión pública viene desde Grecia. Después, Roma, la esteriotipada oscuridad medieval, la aparición de la universidades, esencial en el ideario renacentista.

¿Y España y el Nuevo Mundo?

Fundamental. Fernando de Aragón, modelo de hombre de Estado renacentista; Isabel de Castilla, un portento. Estados Unidos se ha apropiado del concepto ‘melting pot’, pero la primera mezcla se produjo en la península ibérica: fenicios, griegos, romanos, germánicos, islámicos… Ese concepto se trasladó a América. Esa es la gran diferencia entre la colonización inglesa y española.

Los ingleses hacían bancos en las ciudades que creaban; los españoles, iglesias y universidades. Indígenas quedan cuatro en Estados Unidos, y están arrinconados en reservas…

Nada que ver con el mestizaje fruto de la colonización española. Esto permite que estemos en España en términos fraternales, horizontales, debatiendo acerca de la estructura y fundamento del Estado juristas españoles e hispanoamericanos. Todos los países hispanoamericanos son iguales para España.

¿No lo son para Inglaterra sus antiguas posesiones…?

Con los ingleses pasa como con el cerdito de ‘Rebelión en la granja’.

¡Grande, Orwell!

Estuvo inspiradísimo cuando dijo que todos somos iguales, pero unos más iguales que otros.

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