Cien años de la visita a Zaragoza

Casimiro Lana Sarrate, el amigo aragonés que enseñó a navegar a Einstein

Destilan proximidad las cartas que Einstein dirige a ese colega que le envía tabaco y le enseñó a navegar. Figura clave para que visite Zaragoza.

Elegancia natural en este retrato formal de 1916 de Casimiro Lana Sarrate
Elegancia natural en este retrato formal de 1916 de Casimiro Lana Sarrate
Freudenthal / Familia Lana Sarrate

"La interpretación de los fenómenos, en particular de los humanos, es siempre arriesgada. Aunque contemos con ciertos documentos escritos, sospechamos que es probable que nos falten otros, que sin duda han existido pero no nos han llegado, se han perdido o están ocultos –reflexiona el físico y escritor Javier Turrión–. Además, muchas de las gestiones que persiguen objetivos a priori difíciles, como conseguir que Einstein venga a Zaragoza, han podido realizarse por medios que no dejan constancia, como la intermediación de personas".

Traer a Einstein fue un objetivo de la Academia de Ciencias de Zaragoza. Y Turrión cree que la figura del químico aragonés Casimiro Lana Sarrate "fue determinante para conseguirlo". El oscense no es un contacto cualquiera de los muchos que requieren la atención del célebre sabio, sino un amigo que enseñó a navegar a Einstein, con quien se escribirá toda la vida cartas llenas de familiaridad, al igual que con Lina Kocherthaler (de soltera Lina Einstein), residente en Madrid y prima tanto de Albert como de Elsa.

Nacido en Sariñena (Huesca) en 1892, fue químico, diputado, pirineísta, intelectual, fotógrafo. Se convertirá en el primer becado JAE de la Universidad de Zaragoza cuando, recién terminada la carrera de Químicas, obtenga una beca de la Junta para Ampliación de Estudios para estudiar en Berlín durante el curso 1913-1914. Albert Einstein, que en 1913 es profesor en el Politécnico de Zúrich, se instala en Berlín, fichado por la Academia Prusiana de Ciencias, en la primavera de 1914.

Sabemos a ciencia cierta que Casimiro Lana enseñó a Einstein "a navegar virtuosamente a vela" en su época de profesor del Politécnico de Zúrich porque lo cuenta en una carta que Michele Besso, amigo personal de Einstein, escribe a un señor residente en Ginebra, Edgar Lüscher.

Einstein y Lana "debieron de hacer vela por el río Havel berlinés en las proximidades del barrio universitario de Charlottemburg-Wilmersdorf, zona en la que se practicaba vela asiduamente", señala Javier Turrión, que ha rastreado esta correspondencia. "De ahí arranca una amistad entre ambos que tiene varios ingredientes: ambos son estudiosos científicos, ambos son brillantes, ambos son jóvenes: Einstein tiene 35 años y Casimiro 22. Y esa amistad no tiene el sesgo distante que puede caracterizar a las relaciones meramente profesionales o académicas. Tiene un aire de proximidad que ambos conservarán de por vida". Complicidades incluidas. 

El 27 de diciembre de 1946, Einstein responde agradecido por un regalo que Casimiro le ha enviado: "Estimado Sr. Lana-Sarrate: Muchas gracias por su amable y fragante regalo, que tanto necesito. Mis mejores deseos para el nuevo año. Albert Einstein". En palabras del nieto de Casimiro, Michael Lana-Sarrate: "Me parece que Casimiro sabía que Einstein fumaba tabaco de pipa y, aunque el médico le aconsejó que no lo usara, los amigos de Einstein le regalaban las marcas favoritas, a hurtadillas". Así lo recoge en su documentado blog ‘Os Monegros’, Joaquín Ruiz Gaspar, etnógrafo aficionado y también sariñenense.

Casimiro Lana guía a Einstein en las excursiones por los alrededores de Barcelona y no para de hacer fotos, como esta, en L’Espluga de Francolí, tras visitar el monasterio de Poblet.
Casimiro Lana guía a Einstein en las excursiones por los alrededores de Barcelona y no para de hacer fotos, como esta, en L’Espluga de Francolí, tras visitar el monasterio de Poblet.
Casimiro Lana Sarrate / 'Mundo Gráfico'

Cuando viene a España, la prensa catalana presenta a Lana, que enseña en la Escuela Industrial de Barcelona, como "amigo del profesor", al que acompaña en todo momento de la visita barcelonesa y le saca fotos en Poblet y otros lugares. Asiste a la cena que, en casa de Rafael Campalans, despliega un divertido ‘menú relativista’ que seguramente ayudó a diseñar. No le despide el 1 de marzo en la estación de Barcelona; tiene un cometido más importante: terminar de atar la visita a Zaragoza, por lo que toma un tren anterior para estar ya en la capital aragonesa cuando el rápido en el que viaja el Nobel, camino de Madrid, se detenga. A pie de andén, Einsten dice sí a la embajada de la Academia de Ciencias, compuesta por Jerónimo Vecino, Antonio Ríus y Lana. Es el fruto de una larga maduración en la que colaboran muchos y Lana resulta clave.

En la portada del ‘ABC’ del 1 de marzo de 1923, la flamante acompañante de la esposa de Einstein, Elsa, en la recepción en el Ayuntamiento de Barcelona es la sariñenense Matilde, hermana de Casimiro Lana Sarrate, según cuenta el profesor Antoni Roca Rosell en su libro ‘Quan Albert Einstein passejà per la Rambla (1923)’.
En la portada del ‘ABC’ del 1 de marzo de 1923, la flamante acompañante de la esposa de Einstein, Elsa, en la recepción en el Ayuntamiento de Barcelona es la sariñenense Matilde, hermana de Casimiro Lana Sarrate, según cuenta el profesor Antoni Roca Rosell en su libro ‘Quan Albert Einstein passejà per la Rambla (1923)’.
Archivo diario ‘ABC'

A Turrión le parece evidente que, en cuanto Lana conoce que la visita a España está fijada y antes de que Einstein emprenda su viaje a Japón, se las arregla para ir a verle. Es el año 1922 y "la visita de Casimiro Lana a Berlín en esas fechas, estando ya atada la venida a España, no puede tener otro objeto que instar a Einstein, en nombre de la Academia de Ciencias de Zaragoza, a que haga un alto en Zaragoza en su proyectado viaje a Barcelona y Madrid –explica Turrión–. Y, para ello, Lana, muy probablemente, entrega como ‘credenciales’, los trabajos de Rocasolano en su Laboratorio de Investigaciones Biológicas en la Facultad de Medicina y Ciencias". Estudios sobre coloides conectados con el movimiento browniano, cuyo fundamento estableció Einstein en 1905.

Tras la pista, hasta Canadá

Dar a conocer una figura aragonesa "tan olvidada y desconocida, con una trascendencia y trasfondo brutal", impulsó a Ruiz Gaspar a seguir sus huellas tras exiliarse a Argentina. Afortunadamente, gracias a que el único hijo de Casimiro, Alfonso, decide unir los apellidos Lana-Sarrate pudo seguir su pista: de Argentina a Brasil, de Brasil a Canadá. Allí, en Ontario, Ruiz Gaspar consigue localizar a los dos nietos de Casimiro: Julián, ya fallecido, y Michael. Y lanza una botella al mar, con un mensaje: en 2020 escribe una carta a una dirección postal encontrada por internet. "A las semanas, me contestó por email, aportando abundante información y fotografías sobre Casimiro y su familia". Se escriben durante año y medio, pero "hace más de un año que le escribo y no me contesta nada". Está preocupado.

Michael (Mike) no tiene recuerdos directos de su abuelo, pero ha conservado su legado y ha sabido compartirlo. Para Ruiz Gaspar, ha sido "mágico" manejar las expresivas cartas de Einstein guardadas por los descendientes de Lana. Las ha traducido en su web y, por la información que Casimiro recaba a través de Lina, que le cuenta un sinfín de anécdotas del Nobel, parece que Lana quería publicar una revisión de la obra y la vida de Einstein. No pierde la esperanza de encontrar algún día las cartas que Casimiro le envió a Einstein. "Tienen que aparecer". 

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