La pequeña escuela, la raíz del pueblo
El colegio unitario de Paúles de Sarsa comenzó el curso con dos alumnos y seguirá abierto porque, aunque el mayor empezará el instituto, ha llegado un nuevo niño.
Denali Joaquín tiene dos años y no sabe que gracias a él la escuela de Paúles de Sarsa (Aínsa) continuará abierta el curso que viene. Fue por ello que la llegada del pequeño y su familia supuso un gran acontecimiento en este pequeño pueblo, a las puertas del parque natural de la Sierra de Guara. Con él son tres los alumnos que se forman bajo la dirección y maestría de Milagros García-Calvo, que ahora cuenta con la ayuda de una técnico de educación infantil.
Completan el aula Kelian, de 11 años, y Laura, de 3. "Los niños aprenden sobre todo del entorno y de sus curiosidades, aprenden unos de otros, el mayor siempre está interactuando y enseñando a los pequeños", explica García Calvo. "Es cierto que el mayor, que el curso que viene empezará el instituto en Aínsa, echa en falta al menos un niño que se acerque más a su edad, así que hacemos salidas para conocer nuestro entorno", añade.
La directora incide en que el ámbito rural es inmejorable e incita a la curiosidad y la creatividad: "Estamos en un lugar con muchos ejemplos y muy notables de la Prehistoria; monumentos megalíticos, dólmenes y Peña Miel catalogada patrimonio de la Humanidad por la Unesco".
Encuentros con otras escuelas unitarias
Milagros García-Calvo apunta con orgullo que el colegio ha sido seleccionado para el proyecto RetoTech Endesa Aragón, basado en robótica e impresora 3D. "Trabajamos matemáticas con Geogebra y participamos con el proyecto Apqua, donde realizamos experimentos científicos", añade. Además, una vez al trimestre se encuentran con escuelas unitarias del Serrablo: Senegüé, Aineto y Caldearenas.
"Este curso no nos han concedido el profesor de media jornada para Francés y Educación Física que tuvimos el año pasado", señala la docente. "Los martes nos llega una profesora para impartir una hora de Música desde el CRA Alto Ara-Boltaña", dice.
El colegio se reabrió hace casi 25 años y cada curso empieza con la misma ilusión que el anterior. "El Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe se esfuerza por atraer familias y buscar nuevas posibilidades de vivienda y trabajo para que la escuela, que es la raíz del pueblo, continúe abierta ya que sin ella el pueblo muere", manifiesta la directora.
