Subdirectora de Desarrollo Digital

La batalla del azúcar solo era el principio

Los intentos de suicidio en menores se han multiplicado.
Los intentos de suicidio en menores se han multiplicado.
Pixabay

Los padres de hoy luchamos contra molinos de viento. Queremos ser mejores padres que los que tuvimos y que nuestros hijos sean mejores hijos que nosotros. Y afrontamos la primera batalla: nosotros, contra el lineal del supermercado y la publicidad. Luchamos a brazo partido contra el azúcar, las grasas saturadas, los conservantes y el aceite de palma. 

Con el mismo empeño, nos aplicamos a apuntarlos a teatro, robótica, inglés y malabares, y pedimos cita para el logopeda, el optometrista, el psicólogo o el coach. Aún faltan los deportes: damos cera al coche y comenzamos a recorrer pabellones municipales los sábados a las ocho de la mañana entre entusiastas bostezos.

Con todo, estos chicos y chicas, mimados y cuidados como si fueran jarrones chinos, se nos están rompiendo. Nuestros hijos de entre 10 y 14 años dibujan un dato siniestro y espeluznante: en 2022 su índice de suicidio creció un 134% respecto a 2020.

Esta semana dos hermanas gemelas optaron por quitarse la vida. Una lo consiguió y la otra permanece grave. 

Los expertos apuntan al incremento de trastornos mentales y a la presión de las redes sociales, donde los adolescentes fían su autoestima a los ‘like’ y sustituyen los contactos personales por avatares sin alma.

Los productos dañinos para la salud se señalan pero no se retiran de los lineales. Las redes sociales crecen y se les abren las puertas de las aulas. Y los chicos con trastornos mentales no reciben la atención que deberían.

Los gigantes nos ganan.

Teléfono y otras herramientas para prevenir el suicidio.
Teléfono y otras herramientas para prevenir el suicidio.
H. A.
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión