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Los terremotos que hicieron temblar Aragón: "Hay peligro de uno fuerte, pero dentro de un plazo impreciso"

Los geólogos de la Universidad de Zaragoza José Luis Simón y Pep Gisbert recuerdan los últimos seísmos importantes sufridos en la Comunidad.

Mapa de peligrosidad sísmica en la península ibérica.
Mapa de peligrosidad sísmica en España.
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Las estaciones sísmicas que hay en Aragón detectan cientos de vibraciones a lo largo del año. Son pequeños terremotos, imperceptibles para la población.

No obstante, tal y como advierte José Luis Simón, catedrático de Geología de la Universidad de Zaragoza, la Comunidad no está exenta de un cierto peligro. Después de Andalucía oriental (más concretamente, Málaga y Almería), Murcia y Alicante, el Pirineo es la zona donde hay más actividad sísmica. "Aunque no es un peligro comparable con el sureste. Y en tercer lugar estaría lo que es la cordillera ibérica de Zaragoza y Teruel. Históricamente ha habido algunos terremotos medianos. El último importante en destrucción fue en Used", recuerda.

Se produjo en 1953 y Simón hizo un trabajo de investigación, del que nació un libro y un documental. "Hubo una persona que falleció por causas indirectas: una joven sufrió una especie de 'schock' nervioso por el susto y murió al cabo de una semana", cuenta. 

Veinte años antes, el 10 de julio de 1923, había tenido lugar otro más fuerte en la Canal de Berdún, en los Pirineos. Fue de una magnitud de 8 (frente a los 4.7 de Used) y Rey Pastor -padre de la sismología española- lo estudió poco después. "Es una investigación muy detallada, con el número de casas que se vinieron abajo en cada pueblo. A pesar de una magnitud tan grande, no cita víctimas mortales. Casi todas las viviendas ahí eran de dos pisos y cubiertas de vigas de madera y teja. La construcción tradicional es más antisísmica que los bloques de hormigón", explica Pep Gisbert, geólogo y profesor colaborador también de la institución académica aragonesa. "Y hasta finales de 1923 hubo 87 réplicas. Es el más fuerte que ha habido en la Comunidad en los últimos cien años", añade.

Estos geólogos se refieren a ambos casos después de la tragedia vivida en Turquía y Siria, con miles de muertos tras el fuerte seísmo registrado a inicios de mes. Según informa Gisbert, Rey Pastor investigó citas históricas de terremotos importantes en Aragón y encontró dos: una en 1370 y otra en 1700, de nuevo en la Canal de Berdún. "Esto habla de un periodo de recurrencia (el tiempo que transcurre entre seísmos importantes) de 330 años, pero no es significativo. Para establecer bien el periodo harían falta mil años de registro", sostiene este docente, que también remarca que la zona sísmica más fuerte es la de los Pirineos. "Es la única donde hay un cierto riesgo; y la más peligrosa es la que va desde Jaca hasta Berdún y Martes. La sismicidad es baja en la región. Toda la zona del Valle del Ebro es de ningún peligro y hay un riesgo de bajo a moderado en la cordillera Ibérica que va desde Used a Teruel", ahonda.

Zona epicentral del terremoto registrado en 1923, según la investigación de Rey Pastor.
Zona epicentral del terremoto registrado en 1923, según la investigación de Rey Pastor.
H. A.

Sin embargo, Simón insiste en que en muchas zonas hay "condiciones geológicas" para que se produzcan, el problema es el cuándo. "Puedo afirmar categóricamente que alguna falla en la zona de Teruel o el corredor del Jiloca tiene potencial para producir un terremoto grande. Pero no sabemos si en el plazo de unos cientos o miles de años. Según los datos que tenemos de la actividad prehistórica, esas fallas se mueven cada 3.000, 4.000 y 7.000 años. Eso a escala nuestra es irrelevante", dice.

Además, indica que nunca tendría la magnitud del de Turquía y sí podría acercarse a los 6.5 o 7. "En Aragón hay peligro de que ocurra un terremoto fuerte, pero dentro de un plazo muy impreciso del que no sabemos casi nada", asegura.

En cuanto al seísmo de Turquía y Siria, que ha dejado más de 43.500 fallecidos en suelo turco, Gisbert considera normal que se sucedan las réplicas (de menor intensidad). "La parte del sur de Turquía se está moviendo hacia el norte y se está formando una cadena montañosa que enlaza con el Himalaya. Hace unos millones de años estuvo más activa la parte del Everest. Y además de moverse en la horizontal es casi seguro que habrá aumentado en altura; habrá subido entre 3-5 centímetros. Cinco cada 15 años da una montaña al cabo de 100.000 años; son los tiempos geológicos", explica.

Un hombre en el suelo tras un nuevo terremoto de magnitud 6.3 en Hatay, Turquía.
Un hombre en el suelo tras un nuevo terremoto de magnitud 6.3 en Hatay, Turquía.
ERDEM SAHIN

Este geólogo de Unizar informa de que el periodo de recurrencia está entre los 15-20 años en ese país. "El último fuerte fue en 1999. El Gobierno turco sacó una normativa sísmica muy adecuada, lo que ha pasado es que el 70% de lo construido no ha seguido esa normativa. Si quieren vivienda barata está la solución de hacer casas de un piso con techos aligerados. El hándicap es que casi todas estas medidas antisísmicas chocan con el problema de la especulación inmobiliaria", sostiene Gisbert, para quien la tragedia en vidas humanas podría haberse evitado.

También José Luis Simón coincide en que el número de muertos habría sido menor si los inmuebles que se vinieron abajo hubieran estado construidos en buenas condiciones. Para él, las estructuras un poco flexibles son las que resisten mejor un seísmo y considera que en España, en general, se construye bien. No obstante, advierte de que la legislación  va "por detrás" del conocimiento científico. "La norma de construcción sismorresistente se aplica en menos zonas en las que se debería, con lo cual tenemos un déficit de adecuación (de las leyes) a la realidad del peligro sísmico que hay en nuestro país", critica.

"La norma de construcción sismorresistente se aplica en España en menos zonas en las que se debería. Hay un déficit de adecuación a la realidad del peligro sísmico"

Por su parte, Gisbert alude a los revestimientos exteriores de los edificios que pueden desprenderse durante un terremoto. "En el de Lorca se vio que la normativa que había no era suficiente. Hubo fallecidos porque se desprendieron trozos de muro de las fachadas cuando la gente salía a la calle despavorida", recuerda. 

Por otro lado, este geólogo ve normal la enorme grieta surgida tras el terremoto en Turquía en un campo de olivos de la aldea de Tepehan. "Cuando Fukushima la corteza oceánica se movió un metro de golpe; se metió debajo de Japón (corteza continental). En el caso turco, lo que ha pasado es que las fallas se han movido unos 6 metros; ha tenido una componente en la horizontal muy importante", observa. Y a pesar de las imágenes que nos llegan tan impactantes, explica que las grietas tienden a desaparecer con el paso de los años por la erosión. "Cuando llueve, la tierra se mete en los huecos. Depende de donde estén se tapan en 20, 80 o 100 años", afirma.

La fractura está situada en un campo de olivos de la aldea de Tepehan y divide el terreno en dos

Junto con Japón, las zonas más sísmicas del planeta son Chile y San Francisco (en el norte de California, en Estados Unidos). En el país latinoamericano, con fuertes terremotos cada 10 años, se está ejecutando una construcción antisísmica que califica de "ejemplar" teniendo en cuenta que no tiene el potencial económico de Washington ni de Tokio. Asimismo, remarca que San Francisco es pionera a nivel mundial con un programa que intenta modificar el movimiento de la corteza terrestre. "Inyectan aguas residuales en la falla con el objetivo de que haya muchos terremotos pequeños para que no se produzca uno grande. Aún necesitan 10 años de estadísticas para saber si está siendo eficaz".

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