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"La huerta de Zaragoza va a desaparecer: de 1.200 hortelanos solo quedamos 50"

Tomás Díaz, alcalde de María de Huerva, mantiene la venta de sus borrajas y acelgas del valle del Ebro en Mercazaragoza, pero apunta que en 25 años han pasado de más de 1.000 hortelanos a 50.      

El hortelano Tomás García con la perra Lola que le acompaña.
El hortelano Tomás Díaz, con la perra Lola que le acompaña.
Marcos Cebrián

Tomás Díaz es un hortelano de María de Huerva, donde además es alcalde, que se levanta cada día a las dos y media de la madrugada y se va a Mercazaragoza, donde descarga las verduras y prepara el puesto. A las cuatro y media o las cinco (depende si es viernes o vísperas de festivo) empieza la venta a los detallistas. Cree que la manera de entender la agricultura de su generación, con 61 años,  está en plena crisis.   

“Mi venta diaria de media suele ser unas 30 cajas de borrajas (300 kilos) y 20 de acelgas (200 kilos). Llevo 38 años cultivando verdura aquí. Hemos pasado de que hubiera unos 1.200 puestos en el año 2000 y no cabíamos en la nave del Mercazaragoza de 3.000 metros, a ser apenas unos 50 hortelanos a los que nos metieron en una esquina del almacén de los grandes”. Así describe Tomás Díaz la evolución de los hortelanos zaragozanos. “La huerta de Zaragoza va a desaparecer porque no es rentable y solo quedamos los últimos”.

El sindicato agrícola Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG) alertó recientemente que la actividad de los hortelanos de la capital aragonesa en sus zonas verdes (Las Fuentes, Miraflores, Movera, Cogullada, La Cartuja, Utebo, Miralbueno, Garrapinillos, Juslibol, Montañana...) corre el riesgo de desaparecer debido a la escasa rentabilidad que arrastra el sector. En el último año, el alza de los costes de producción y los efectos de la meteorología tan extrema han mermado de forma considerable sus cosechas.

Los hortelanos, excluidos de la PAC

Los productores de hortalizas están excluidos de la PAC (Política Agrícola Común) y eso supone no poder recibir las ayudas para los fertilizantes, pero el sindicato agrícola ha reclamado al Gobierno de Aragón el apoyo a los agricultores, que producen unas verduras de temporada y de calidad, como la borraja y el cardo, propias del valle del Ebro.

La furgoneta que lleva Tomás Díaz está bautizada como ‘El gran paraíso’ y su especialidad son las borrajas. Este extremeño nacido hace 61 años en Valverde de Leganés (Badajoz) se quedó en Zaragoza después de hacer la mili aquí en el parque de artillería en 1982, se casó, tiene tres hijos de dos matrimonios (de 38, 30 y 27 años). En María de Huerva le pusieron ‘El borrajas’ como mote.  

El hortelano Tomás Díaz, alcalde de María de Huerva, en su finca.
El hortelano Tomás Díaz, alcalde de María de Huerva, en su finca.
Marcos Cebrián

"Vivimos de las borrajas y las acelgas" 

“Vivimos de las borrajas y las acelgas, sobre todo, pero también tenemos pepinos o cardos. No podemos competir contra los grandes (los supermercados) y con lo que viene de Marruecos o Andalucía”, reconoce el hortelano, quien contrapone la crisis que viven en Aragón con la protección de los productos de la huerta y los agricultores en Navarra.

El edil recuerda que hace 25 años había tres cadenas grandes (Sabeco, Pryca y Ecodagesa) que cargaban todos los días en Mercazaragoza con los productos que llevaban los hortelanos que rodean Zaragoza, pero ahora esa tendencia desapareció y de los 30 clientes que le quedan, apenas hay tres españoles y los demás son rumanos, latinoamericanos, chinos o paquistaníes, con sus tiendas de barrio.

"Ahora ya no se venden lechugas o escarolas de aquí” 

Ya no nos compran las grandes cadenas a los hortelanos, aunque haya algunos como ‘El Corte inglés’ que vende las borrajas de los hermanos Mené (agricultores de Montañana), y diremos que menos mal que vienen inmigrantes a cargar para sus tiendas”, apunta Díaz, quien asume que puede resistir los cuatro años que le quedan hasta su jubilación con 43 años cotizados.

Las escarolas y las lechugas desaparecen 

Uno de los ejemplos más singulares que menciona el hortelano sobre la evolución del consumo es que llegó a tener una empresa con siete trabajadores. Además, entonces en  sus terrenos en María de Huerva recogían 800.000 escarolas en una finca de Montañana que se llama ‘El regao’ y ya no cultiva, porque, lamenta, "ahora ya no se venden lechugas o escarolas de aquí”.

Pasó a llevar la agricultura con su mujer y, al final, ha acabado en acudir solo a la finca, rodeado por sus perros. “Lola es el perro del hortelano”, rememora Tomas Díaz el título de la comedia de Lope de Vega que convirtió en película Pilar Miró.

Finca con verdura del hortelano Tomás García en María de Huerva.
Finca con verdura del hortelano Tomás García en María de Huerva.
Marcos Cebrián

En las cuatro hectáreas que gestiona en el pueblo de 6.700 habitantes donde es el alcalde apenas utiliza un 30% del espacio para las borrajas, las acelgas y los pepinos. “En el Mercazaragoza, los detallistas quieren comprar el más barato, pero no el mejor. Mientras en Navarra se protege su propia huerta, aquí en Zaragoza no tenemos ayuda y vamos a pulmón quitado”, compara la manera de proteger la esencia del Valle del Ebro en periodo de extinción.

La UAGA denuncia que los hortelanos que quedan han tenido que afrontar la subida desorbitada en los precios de los plantones, de los fertilizantes, de la energía, de los plásticos… lo que supone que el coste medio de preparar una hectárea de hortaliza (abonar, labrar y plantar) se haya duplicado en 2022 y supera los 4.000 euros, llegando a  alcanzar los 6.500. “Estos agricultores/as continúan en activo a costa de su salario ya que con las ventas cubren los gastos, pero se quedan sin margen de beneficio”, denuncia el sindicato agrario, que calcula las pérdidas de los hortelanos por hectárea de 3.000 euros.

Al encuentro con el alcalde en un bar del pueblo acude Rodolfo Cañizares, concejal de María de Huerva, y reconoce que para su generación (de unos 35-40 años) “la huerta es un hobby de fin de semana, pero suele acabar en un año”.

El hortelano Javier Sopensens, de 34 años, en el mercado agroecológico los fines de semana en la plaza del Pilar.
El hortelano Javier Sopesens, de 34 años, en el mercado agroecológico de los fines de semana en la plaza del Pilar.
Guillermo Mestre

Los jóvenes defienden la agricultura ecológica 

Otros agricultores jóvenes como el zaragozano Javier Sopesens, de 34 años, ponen su puesto cada sábado en el mercado agroecológico de la plaza del Pilar. Ante la coyuntura del mercado, defiende que ellos “tienen que reinventarse” y “modernizarse” porque la competencia de la industria hortícola es “muy dura”. En este sentido, califica como el “monstruo” lo que supone para ellos la verdura y fruta que llega  desde Marruecos o El Ejido (Almería).

“No podemos competir con estos productos si pagan un salario de dos euros diarios a los que contratan y al día siguiente de cargarlos en camiones pueden estar en Zaragoza. Pero nosotros llevamos el producto ecológico directamente desde el campo al consumidor y es una venta directa”, destaca el hortelano, quien ofrece en su puesto desde zanahorias de tres colores (rojas, amarillas o naranjas) a productos variados como apio, tomate, borraja o acelga.

Lleva ocho años en el mercado y es uno de los pocos de Zaragoza capital entre la treintena de agricultores ecológicos que abren sus puestos al consumidor que suele llenarlos los sábados por mañana . “Vendemos la acelga por 1,50 euros y es un precio asequible porque garantizamos al consumidor que el producto es ecológico y fresco”, sostiene Javier Sopesens. “Los franceses saben valorar mejor lo suyo que nosotros porque es otra cultura, pero quizás ahora se valore más que sea ecológico al probar lo bueno que sabe”.

Su defensa de la ecología le lleva a una agricultura cívica, entre la naturaleza y el medio ambiente. “Esta tierra debemos protegerla para nuestros hijos, como te lo dejaron tus abuelos”, sostiene el hortelano del siglo XXI en plena reconversión. “Estamos en proceso de globalización total y los Mené ofrecen tanto borraja de aquí (sus fincas de Montañana) como productos que pueden traerles de Marruecos, Asturias o Madrid”, concluye.

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