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Con o sin mascarilla: hitos y fechas clave en tres años de pandemia
Del desabastecimiento y la solidaridad ciudadana a su retirada del transporte público, pasando por el alza de precios y el 'boom' de las mismas. Así ha sido el recorrido legal de este producto sanitario en tiempos de covid.
El Gobierno eliminó este martes la obligatoriedad de llevar mascarilla en los transportes y establecimientos sanitarios como ópticas y ortopedias, aunque habrá que seguir usándola en centros sanitarios y sociosanitarios, en farmacias y en botiquines.
Hasta este miércoles, que entra en vigor la medida con su publicación en el BOE, la ciudadanía ha recorrido un largo camino con y sin ellas, interiorizando normas y decretos estatales que en función de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus imponían o retiraban la utilización de estos productos en diferentes espacios y contextos.
Cronología del uso de mascarillas
Hacemos un repaso de los principales hitos y acontecimientos que rodearon al uso de mascarillas, una costumbre muy extendida a día de hoy.
Marzo de 2020: escasez de mascarillas en hospitales
Con la epidemia ya declarada desde hace meses en China, en Aragón la covid-19 daba sus primeros coletazos y sacaba a relucir los problemas que había para protegerse frente al virus en hospitales y otros centros sanitarios.
Solidaridad ciudadana en respuesta contra la pandemia
Ni una semana le costó a la ciudadanía aragonesa volcarse con la causa. Surgieron diferentes iniciativas para la confección de mascarillas de tela; hubo empresas que reconvirtieron también con este fin su actividad. Todo el que pudo se volcó de una manera u otra para hacer del confinamiento, decretado el 14 de marzo, un periodo de cooperación y supervivencia en la lucha contra la pandemia.
Mayo de 2020: se impone su uso
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica la Orden que regula el uso obligatorio de mascarilla cuando no sea posible mantener la distancia interpersonal de dos metros. La Orden señala que es también recomendable para los niños de entre 3 y 5 años y que preferentemente deberán usarse las mascarillas higiénicas y quirúrgicas, que cubran nariz y boca. Adiós, al menos en centros sanitarios, a la moda de las mascarillas de tela personalizadas o con dibujitos, a cuya confección y comercialización se sumaron después diferentes marcas.
Nueva normalidad y multa de 100 euros
La ley de mayo de 2020 dejó claro que la mascarilla era cosa del Gobierno central. Las decisiones relativas a su uso fueron aprobadas en el Consejo de Ministros, y empezó así un largo recorrido de normas, revisiones y actualizaciones de las mismas que no convencían por igual a toda la ciudadanía. ¿Algunas normas que generaron polémica o debate? La obligatoriedad de llevarla, por ejemplo, en la playa; o el control policial en terrazas, cuando se enfrentaba uno a una multa de 100 euros por no llevarla.
Noviembre de 2020: más baratas, tras la polémica
La revisión del precio máximo se llevó a cabo tras la polémica suscitada a raíz de la resistencia del ejecutivo de Pedro Sánchez a bajar el IVA, algo que venía reclamando la oposición y diferentes colectivos sociales, tras elevarse el gasto farmacéutico de las familias. Según una consultoría, en plena crisis sanitaria estas invertían de media 233 euros anuales en la compra de este producto. "Es un pago más, pero qué le vas a hacer", se resignaban algunos.
Primer alivio al aire libre
La primera gran modificación del uso de las mascarillas llegó en junio de 2021. El anuncio del presidente Pedro Sánchez de flexibilizar el uso del tapabocas en espacios exteriores coincidió con el avanzado estado del proceso de vacunación contra la covid-19 en España, lo que permitió relajar esta y otras medidas.
De junio de 2021 a la actualidad, han sido también varios los cambios normativos que han rodeado al decreto que regula el uso de las mascarillas creando a veces confusión entre la ciudadanía.
Reseñable fue también el fin de las mascarillas en los colegios y centros educativos, donde la población se debatía entre el miedo al contagio y la flexibilidad en su uso. Era abril de 2022, hace poco menos de un año. El uso de este producto sanitario perdía así el adjetivo de "obligatorio" en interiores y pasaba a ser "aconsejable" para los docentes con factores de vulnerabilidad y otras personas con estas mismas condiciones.
A partir de ese día, algunos ciudadanos decidieron seguir llevándola por precaución pese a estar al aire libre y el Gobierno explicó que seguía siendo necesaria en eventos multitudinarios en los que se estuviera de pie o no se pudiera mantener la distancia de seguridad sentado. Para muchos la noticia fue una "liberación".
Con la nueva normativa del uso de mascarillas, que se publica este miércoles en el BOE, se pone fin a la obligatoriedad de llevarla en el transporte público, siendo España el último país, tras Alemania -que lo hizo la semana pasada- en retirar esta medida en trenes, autobuses, metros, aviones y demás transportes. Por su parte, la ciudadanía se mueve una vez más entre el "alivio" del adiós al tapabocas y la "prudencia" de aquellos que seguirán llevándola aunque ya no sea obligatoria.
Por su parte, la doctora Teresa Cenarro, pediatra de Atención Primaria, hace hincapié en el "poder de adaptación" que tuvo la población general para adoptar esta costumbre. "Nos adaptamos sin más, y ahora casi es difícil pensar en qué pasó cuando nos dijeron que había que llevarlas", comenta esta médica, que tiene varios momentos grabados en su memoria. Muchos corresponden a los inicios del coronavirus en Aragón, cuando "no teníamos mascarillas y hubo mucha gente muy generosa que se dedicó a coserlas. Yo tengo muchas guardadas que me hizo una abuela de la consulta para que los niños no se asustaran; y también de dos amigas mías que cosen muy bien y me hicieron de lunares, de rayas, de flores...", cuenta con una sonrisa, en alusión a esos momentos de amistad y solidaridad. "Otro recuerdo que tengo es que pensé que con ellas los bebés, al no verte la sonrisa, no te iban a responder... Pero me han enseñado que hay algo que es el lenguaje no verbal, de los ojos, de la expresión, porque a pesar de las mascarillas cuando le dices algo a un bebé te sonríe igual que si te viera la boca", añade.
Por último, insiste en que le gustaría dar la bienvenida a esta nueva norma recordando algo que parece ya olvidado. "Si una persona está con síntomas respiratorios, sea gripe, sea covid... para evitar que se contagien los de alrededor en espacios cerrados deberíamos ir a trabajar o al colegio con ella, sobre todo si vamos a estar cerca de personas vulnerables, mayores o con alguna enfermedad. Yo creo que hemos utilizado durante tres años las mascarillas mucho, hemos visto que su uso ha sido muy útil para muchos procesos respiratorios y probablemente deberíamos haber aprendido a ponérnosla para estar en contacto con las personas cuando tenemos síntomas, pero miro a mi alrededor y veo que esa enseñanza, por desgracia, no se ha quedado entre nosotros", lamenta esta médica.
