ARAGÓN

Los pacientes covid ingresados rozan el mínimo en Aragón tras casi tres años de pandemia

En la primera y tercera ola se llegó a superar las mil camas con enfermos con coronavirus, más de un centenar en la uci. La Comunidad suma 21.777 hospitalizaciones por este virus.

Unidad de cuidados respiratorios intermedios del servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet.
Unidad de cuidados respiratorios intermedios del servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet.
Toni Galán

Aragón ha atendido ya a 21.777 pacientes covid en los hospitales aragoneses y 1.799 han sido derivados a las unidades de cuidados intensivos desde que se desató la crisis provocada por el coronavirus, hace casi tres años. 

Desde el primer ingreso por esta patología, a principios de marzo de 2020, el sistema sanitario ha tenido que hacer frente a una elevada presión asistencial, que ha puesto a prueba la capacidad de los hospitales y centros de salud y ha obligado a reorganizar los recursos y a habilitar nuevos equipamientos para hacer frente a la creciente emergencia. Pero los ingresos por covid rozan ahora el mínimo histórico, lo que sumado a la relajación de las últimas restricciones –se prevé que el día 8 de febrero dejarán de ser obligatorias las mascarillas en el transporte público– supone una clara invitación al optimismo.

Durante la primera y la tercera ola se superaron las mil camas ocupadas por pacientes con coronavirus, una tensión que se trasladó también a las ucis, donde se llegó a atender a 167 enfermos con esta patología el 6 de abril de 2020. 

Entre abril y mayo y de octubre a diciembre de ese año fueron los "momentos más críticos" desde el punto de vista del sistema asistencial hospitalario. Hoy, con 48 pacientes covid en planta con este virus (27 por esta patología) y cuatro en intensivos (uno por coronavirus), la realidad es muy diferente. 

El director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, reconoce que la vacuna, que se empezó a administrar a finales de diciembre de 2020, marcó "un antes y un después" en el control de la enfermedad: "Aunque podamos tener transmisión, el impacto en el sistema sanitario y en la población es más contenido".

"No es que la enfermedad se haya acabado, sino que quizá lo que ha finalizado o está empezando a dar signos es el modelo de gestión de pandemia. En Europa ya empezamos a bordear esa idea de que el final del concepto de pandemia puede estar más o menos próximo". ¿Qué pasará después? "Lo lógico es que vaya bajando; no va a desaparecer, irá adaptándose como otros procesos respiratorios".

Para el epidemiólogo veterinario Nacho de Blas, que ha recopilado la evolución de la hospitalización a partir de datos proporcionados por el Gobierno de Aragón a través de distintas fuentes, el mínimo de ingresos se alcanzó el 8 de julio de 2020, cuando había 20 pacientes covid en planta y dos en uci. 

Dos semanas antes, la uci del Hospital Clínico se había quedado a cero de pacientes covid, tras una intensa carga asistencial en la primera ola. El doctor Juan José Araiz, jefe de servicio de esta unidad, recuerda que el 2 de abril de ese año llegaron a tener hasta 54 enfermos con coronavirus, cuando su capacidad estructural ronda las 34 camas, además de tres no covid. 

La tendencia en estos momentos es justo la contraria: este viernes tenían la unidad al completo, y solo tres eran covid. Este tipo de enfermos, con PCR positiva, explica, implica gran carga de trabajo, sobre todo para el personal de Enfermería, que sigue manteniendo las medidas de aislamiento. 

Durante estos tres años, además, ha cambiado, y mucho, el manejo de estos pacientes: "El tratamiento inicial era un poco empírico, aunque luego fue cambiando y adaptando", cuando se hicieron estudios y se fue acumulando casuística y analizando los datos.

De Blas señala que Aragón está ahora a niveles de la última quincena de junio y la primera de julio de 2020, justo antes de que la situación se volviera a complicar con la segunda ola epidémica, y todas las que llegaron después. 

Enrique Bernal, investigador senior en Políticas y Servicios Sanitarios del IACS, afirma que "inmunidad y variantes mucho más leves se traducen rápidamente en menos hospitalización". "Desde ómicron, afirma, hay una disociación entre el número de casos y los ingresos"

Y, además, esta variante "terminará de cubrir, mediante inmunidad natural, ese espectro de población sin vacunar o sin pauta completa" y, como resultado, la inmunidad de grupo "supera al 95% de la población".

Desde el primer caso en Aragón –y ya se han notificado 466.890–, ha habido un gran cambio. Según el director general de Salud Pública, "se ha aprendido, se han adaptado los sistemas de información, hemos conocido los mecanismos de patogenicidad del virus y cómo se comporta, aunque aún hay seguir investigando".

Una unidad respiratoria clave contra el virus

La pandemia de coronavirus puso de manifiesto la necesidad y la importancia de potenciar áreas de asistencia entre la hospitalización convencional e intensivos. En julio de 2020, el servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza puso en marcha la unidad de cuidados respiratorios intermedios (ucri), que permitía ofrecer atención a pacientes covid que requerían monitorización con la aplicación de técnicas no invasivas, como la oxigenoterapia de alto flujo, evitando así ingresos en uci.

Desde entonces, la ucri del mayor hospital de la Comunidad ha recibido a 643 enfermos con coronavirus, de los 976 pacientes atendidos en esta unidad. En estos momentos, sin embargo, esta área sigue a pleno funcionamiento pero ya no hay ninguna persona ingresada por la infección provocada por SARS-CoV-2.

El ritmo en la ucri por esta patología ha ido bajando con el paso del tiempo, pero la ucri sigue funcionando con otros pacientes respiratorios semicríticos, evitando así ingresos en la unidad de cuidados intensivos. En estos momentos, atiende a seis enfermos, todos ellos no covid. En los picos de mayor presión asistencial en la Comunidad por la pandemia de coronavirus, con las camas de críticos ocupadas al máximo, este tipo de áreas resultó vital para rebajar la tensión en estas unidades.

Es uno de los ejemplos de recursos hospitalarios que se crearon o se impulsaron por la necesidad de ampliar servicios durante la pandemia de coronavirus. De esta manera, en el Hospital Miguel Servet se adelantó a marzo de 2020, al inicio de la crisis sanitaria, la puesta en marcha de la unidad de cuidados cardíacos, que se pensaba inaugurar en junio de ese mismo año. Al igual que el área intermedia de Neumología, permite también liberar camas en cuidados intensivos.

Una sala de reanimación para quitar carga a la uci

El responsable del Servicio de Anestesiología del Obispo Polanco de Teruel, Gustavo Armas, considera que el nuevo hospital que se construye a las afueras de la ciudad debería contar con una Unidad de Reanimación y Cuidados Críticos de Adultos (rea), como existe en todos los grandes hospitales. "Con ella -explica- lograríamos descongestionar la uci". 

La apertura de una sala similar durante los momentos más delicados de la pandemia demostró, a juicio de Armas, que este espacio es necesario. Sin embargo, ni se ha mantenido en funcionamiento ni está previsto que exista en el futuro centro de El Planizar.

Las limitaciones de espacio de la uci actual, con solo seis camas, obligan, a veces, a reprogramar operaciones quirúrgicas complicadas a la espera de que haya boxes disponibles, por si el paciente necesitara ingresar en la uci tras la intervención. Otra opción es derivar a Zaragoza al recién operado, pero se intenta descartar esta solución ante la complejidad de trasladar a un enfermo intubado a un hospital a 170 kilómetros de distancia.

La uci del nuevo hospital dispondrá del doble de plazas, 12, pero aún así los anestesistas estiman que el centro precisará de una rea que aligere la presión asistencial de la uci y lamentan que en los planos del futuro edificio sanitario no esté incluido este espacio. Su puesta en marcha exigiría un aumento de la plantilla de anestesistas que hay ahora.

Desde la DGA señalan que el nuevo hospital tendrá una Unidad de Recuperación Postanestésica (urpa), donde ingresan pacientes operados con anestesia general o parcial, y afirman que este servicio es "similar" a la rea. Sin embargo, los médicos del Polanco subrayan que una urpa es solo una ‘sala de despertar’, un espacio que ya está en el hospital actual y que no sirve para pacientes graves. 

Más plazas para críticos de cara a otra pandemia

La UCI del Hospital Universitario San Jorge de Huesca ha recuperado la situación prepandemia y hoy en día solo tiene un paciente covid. "Hace meses que no hemos tenido ningún fallecido por esta patología", afirma el jefe del servicio, Carlos Serón. En esta última etapa, la mayoría de los enfermos que llegan son inmunodeprimidos porque no son capaces de crear anticuerpos con las vacunas. Y aunque en los momentos más complicado llegaron a agrupar los casos de coronavirus en una zona cerrada de la UCI, ahora se limitan a realizar un aislamiento respiratorio en un box.

Serón se felicita de haber superado aquella dramática época pero cree que habría que preparar recursos por si se volviera a repetir la situación. Admite que con las 10 camas actuales es suficiente para su volumen de trabajo normal, pero considera que sería acertado ampliar la UCI para poder duplicar la capacidad en caso de necesidad en lugar de "invadir" el paritorio u otras zonas del hospital como se hizo en pandemia ante el aluvión de casos graves. "Hay que aprovechar la experiencia que hemos adquirido", opina Serón.

Las plantas de los cuatro hospitales de la provincia (San Jorge y Provincial en Huesca, además de Barbastro y Jaca) siguen teniendo un goteo de ingresos por covid, según explica Miguel Zazo, gerente de los sectores de Huesca y Barbastro. El viernes, sumaban entre todos 21 pacientes, la mayoría de más de 60 años a los que se les aplica un "estricto" protocolo de aislamiento respiratorio

Por ello, insiste en la necesidad de mantener las dosis de recuerdo de la vacuna "porque todos esos pacientes mayores que se contagian de covid, hace tres años tenían muy mal pronóstico, y ahora sobreviven con facilidad; esto ha venido para quedarse y o nos cuidamos o volveremos a tener lo que pasó hace tres años, que se nos ha olvidado enseguida", subraya. 

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