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¿Pueden los 'walkman' tener una segunda vida?

Sony lanza al mercado un reproductor de música que evoca aquellos aparatos imprescindibles en los años 80. Eso sí, funciona sin cassette y cuesta 330 euros.

Arriba, artilugios culturales propios de los años 80. Abajo, el nuevo reproductor de Sony.
Arriba, artilugios culturales propios de los años 80. Abajo, el nuevo reproductor de Sony.
Heraldo

Que la nostalgia vende es algo que saben bien en la industria del entretenimiento. A la decena de series recién estrenadas ambientadas en los años 80, se suma ahora un ‘revival’ tecnológico que puede hacer que los ‘walkman’ vuelvan a ponerse de moda.

La multinacional japonesa Sony está a punto de lanzar al mercado un reproductor de música portátil que "permite disfrutar de un sonido inmersivo". Lo llama ‘walkman’ de nueva generación pero, en realidad, ahí no hay cassette, ni botón de autorverse, ni siquiera pequeñas bobinas. El formato se asemeja a los reproductores de hace 30 años, pero ahora cuenta con pantalla táctil y está orientado a la música digital, es decir, no hay que rebobinar canciones (cosa que antaño, a veces, se hacía con bolis BIC para ahorrar pilas). Sony explica que el reproductor permite escuchar 32 horas de música sin interrupciones (ahí le lanzan un dardo a Spotify) y que apenas pesa 113 gramos porque está hecho de aluminio. Se le pueden añadir tarjetas con archivos de música comprimida y, –eso sí– el caprichito nostálgico barato no es: cuesta 330 euros.

"Hace un par de años que lo anunciaron y forma parte de la cultura ‘hi-res’, esto es, un intento de llevar a lo analógico lo digital. Es un aparatillo que trata de cubrir el hueco que deja Apple con la retirada de su iPod Touch y la desaparición de los mp3", explica el experto en sonido Joel Rico. "Es algo que ya tenemos integrado en el móvil, pero en realidad acabamos usando plataformas digitales. Por eso, este ‘walkman’ es un intento de tener en formato Android algo que puedas tener en la palma de la mano y en lo que no salten anuncios", añade Rico, uno de cuyos últimos trabajos editó, precisamente, en formato cassette.

Tecnología ‘vintage’

Habida cuenta de que hace tres décadas que las marcas dieron por difunta esta tecnología, el lanzamiento de Sony viene acompañado de una serie de reportajes en los que se pregunta a jóvenes nacidos ya en el siglo XXI si saben lo que es un ‘walkman’. La respuesta es obviamente negativa, como también lo es cuando se les pregunta por cámaras analógicas, a pesar del repunte de ventas de firmas como Polaroid.

"Yo nací en 1986 y viví la última época del ‘walkman’. A mediados de los 90 aún estaba en todos lados y a fe que lo amorticé porque hasta me iba a dormir con él. Con él empezó mi historia como DJ porque hacía ‘mixtapes’ con distintas fuentes de sonido de forma artesanal", cuenta Alberto Moreno, más conocido en el panorama musical como Sweet Drinkz.

El zaragozano recuerda que, en su momento, eran muy cotizadas las cintas azules de Sony, "las que llamaban ‘cromo’", porque tenían mejor calidad de sonido, brillaban y "su carcasa era muy chula". "En el instituto lo abríamos y trucábamos el potenciómetro: forzábamos una ruletita y aumentábamos la intensidad de volumen de salida del aparato. No recuerdo si funcionaba o era leyenda urbana", bromea Moreno.

Pocos eran los jóvenes que no tenían 'walkman' allá por los 80.
Pocos eran los jóvenes que no tenían 'walkman' allá por los 80.
Pixabay

"Tastarro" es uno de los términos más utilizados por los veinteañeros al definir un ‘walkman’ que, sin embargo, los amantes de lo analógico recuerdan con cariño. "Yo lo usaba a diario para ir caminando por la calle y con él escuché los primeros discos de Héroes del Silencio, Las Novias y Los Niños de Brasil", cuenta el músico y escritor Octavio Gómez Milián, al tiempo que confiesa que la única cinta que compró original fue ‘Berlín’, de Lou Reed. En su opinión, el ‘walkman’ "proporcionaba intimidad y permitía aislarte del mundo, compartir contigo mismo lo que te gustaba y hacerte sentir especial". "Es justo lo opuesto de los móviles o los altavoces portátiles, en los que quienes no tienen educación nos hacen escuchar lo que no deseamos", dice Gómez Milián, que está a punto de presentar su novela ‘El imperio de las luces’, ganadora del premio Isabel de Portugal.

Este supuesto renacimiento del ‘walkman’ no está teniendo excesivo reflejo en las tiendas de segunda mano, donde aún se venden aparatos usados por unos 10 o 15 euros. Estos no tienen nada que ver, obviamente, con el nuevo modelo compatible con wifi para descargas en ‘streaming’ y del que -ojo- se cuenta que se ha fabricado un modelo para coleccionistas chapado en oro que alcanza el precio de 3.700 euros.

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