sanidad

Las agresiones a sanitarios se disparan en Aragón y alcanzan las 484 en 2022

El 20% suponen un ataque físico y en 53 casos del total el agresor es reincidente. 

Unas 50 personas se han manifestado este viernes a las puertas del centro de salud Amparo Poch.
Unas 50 personas se han manifestado este viernes a las puertas del centro de salud Amparo Poch.
Oliver Duch

Durante el último año, un total de 484 sanitarios resultaron agredidos en el ejercicio de profesión. Son un 36,34% más que el año anterior, cuando se notificaron 355 ataques. Y este año la situación no parece mejorar. El miércoles, el Colegio de Enfermería denunció un nuevo ataque a dos enfermeras en el centro de salud Amparo Poch, a las que una paciente amenazó e incluso empujó a una de ellas

Algo más del 20% de las agresiones son físicas, mientras que el resto están relacionadas principalmente con amenazas o insultos. La mayoría (63,84%) se producen en el ámbito hospitalario y es el personal de enfermería el más afectado, puesto que sufre una de cada tres agresiones. Otro 27,48% de las agresiones son hacia los facultativos, mientras que el 23,55% los sufrieron los técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE). El resto se dividen entre celadores (32), administrativos (28) y otras categorías profesionales (12). 

Un 30,8% de las agresiones se produjeron en el área de hospitalización, mientras que un 28,93% fueron en las consultas. Además, según los datos facilitados por el Departamento de Sanidad, un 23,14% tuvieron lugar en las unidades de salud mental o psiquiatría. El resto se dividen entre urgencias y admisión. No obstante, también hubo 13 agresiones que se produjeron en la vía pública o en el domicilio. Prácticamente la mitad (49,17%) estaban relacionadas con el acto sanitario o administrativo. 

Mientras que las víctimas suelen ser mujeres (81,81%), el perfil del agresor es muy diferente. Alrededor del 75% son hombres y en el 80,57% es el propio paciente, sin embargo, en un 20% es un familiar o acompañante el que ataca o insulta al profesional sanitario. En 53 casos, el agresor es reincidente.

Ante esta situación, desde CSIF han vuelto a exigir al Salud que ponga cámaras de vigilancia y personal de seguridad en cada ambulatorio: “Es imprescindible y urgente aumentar las medidas de seguridad para proteger a los trabajadores ante el incremento continuo de agresiones en los últimos años. El número de agresiones se ha duplicado respecto a 2020. Las agresiones atentan la seguridad y la dignidad de los trabajadores, les ponen en riesgo, les generan estrés y desmotivación. Y esta violencia laboral perjudica también a la calidad del servicio público que prestamos a la ciudadanía”. Para CSIF, las medidas que se han tomado hasta ahora son claramente insuficientes, por lo que han reclamado un plan para analizar por qué se producen las agresiones y poder prevenirlas.

Por su parte, desde UGT consideraron que la Administración no apoya lo suficiente en lo jurídico a los trabajadores y, por ello, han reclamado "constantemente" acciones inmediatas para garantizar la seguridad de los profesionales. Atribuyeron este incremento a la "crispación" que existe entre la ciudadanía por la mala situación en la que se encuentra la sanidad, con "agendas llenas y urgencias saturadas". Esta misma visión tiene Leandro Catalán, presidente del sindicato de médicos de Atención Primaria, Fasamet, quien ha calificado la situación de "muy preocupante". De hecho, su organización, junto con CESM Aragón, alcanzaron un acuerdo recientemente con el Salud en el que se incluían cuestiones en la mejora de la seguridad de los centros. 

Desde el Departamento de Sanidad han achacado una parte de este incremento a la mayor concienciación de los profesionales de la necesidad de denunciar. Y han asegurado que se trabaja continuamente para la mejora de la seguridad, recordando que todos los centros de salud tienen instalados el dispositivo 'alerta/alarma' asociado a los equipos informáticos. Además, se cuenta con vigilante de seguridad en 9 centros de salud, 5 centros de salud con cámaras de video vigilancia y 3 centros de salud con ambos dispositivos. Y, dentro del Plan de Formación para el 2022, se han realizado varios cursos, como el de técnicas de abordaje ante conductas violentas para personal sanitario o el de comunicación en situaciones potenciales de agresión.

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