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“El paquete bomba recibido es un ataque al colectivo de funcionarios de la cárcel de Zuera”

La investigación de la Guardia Civil incide en que el destinatario lo recibió por ser representante de CSIF, no por tener un enfrentamiento personal con algún preso.   

Miembros del sindicato CSIF se concentran esta mañana en la sede donde se recibió el paquete bomba.
Miembros del sindicato CSIF se concentran esta mañana en la sede donde se recibió el paquete bomba.
José Miguel Marco

El paquete bomba que fue explosionado este miércoles por los Tédax de la Guardia Civil en la zona exterior de la prisión de Zuera, en una esquina del parking de los funcionarios, fue detectado en el escáner de la entrada del centro penitenciario sobre las 10.50 tras pasarlo el mismo delegado de CSIF (Centro Sindical Independiente y de Funcionarios), quien lo había recibido hacía dos semanas en la sede de la calle Bolonia. No lo había abierto porque le pareció sospechoso.  

Aunque el destinatario era el portavoz del sindicato de prisiones en Zuera y está liberado, fuentes de la investigación detallan a HERALDO que “el paquete bomba recibido es un ataque al colectivo de funcionarios de la cárcel de Zuera” y fue dirigido a él porque es quien suele aparecer haciendo declaraciones o mencionado en las notas de prensa.

El destinatario tiene una dilatada carrera en Instituciones Penitenciarias y la mayor parte lo ha pasado en la cárcel de la localidad zufariense, después de haber estado dos años en otro centro de Canarias. No se conoce que en los 22 años de trabajo haya tenido algún problema personal con presos de Zuera ni enemigos personales y, en principio, parece que es un envío como representante del sindicato.

 

El hallazgo del paquete bomba se produjo después de haber sido convocados los sindicatos para una reunión con la directora de la prisión, Carmen Gambaro, después de que Instituciones Penitenciarias decidiera su relevo en el cargo a primeros de marzo, y el delegado aprovechó esta subida a la cárcel para realizar este control del escáner.

El paquete era rectangular, medía medio metro como un folio A4 y tenía un papel de burbujas o acolchado en el interior. Al destinatario le pareció sospechoso porque procedía de Madrid, pero el sello estaba estampado en Zaragoza. Este detalle y el contenido que llevaba le condujo a no abrirlo hasta que acudió a la cárcel de Zuera.

Al detectar los cables por el escáner situado en la entrada, el destinatario avisó al jefe de seguridad de la prisión, quien lo comunicó a los efectivos de la Guardia Civil, y lo colocaron en el exterior del edificio de la prisión, en un extremo de la zona del parking de los funcionarios. Algunos de los trabajadores cargaron varias bolsas de arena para ponerlas alrededor del paquete bomba para evitar que causara daños, mientras algunos funcionarios retiraron sus vehículos del parking.

Los Tédax de la Guardia Civil se desplegaron en el lugar sobre las 14.30 y utilizaron un robot para evitar daños en los efectivos. Sobre las 15.00 se produjo la explosión controlada del paquete, cuyos restos fueron recogidos para remitirlos a los compañeros de Madrid, donde se analizara el explosivo que llevaba el paquete.

Convocatoria en la sede del CSIF 

Los compañeros del delegado del CSIF se han concentrado este jueves por la mañana ante la sede del sindicato, situado en la calle Bolonia, como rechazo del suceso y apoyo a su compañero. El presidente del sindicato, Alberto Juan, apoyó a su compañero, quien “receló" por los indicios del sobre y “la dejó sin abrir hasta que pudo pasarla por un escáner”, en la prisión, donde hay más medidas de seguridad que en la sede de un sindicato.

Alberto Juan ha resaltado la labor de este compañero y de todos los funcionarios de Instituciones Penitenciarias y ha pedido que se les de la condición de agente de autoridad para un mejor desempeño de sus funciones.

“Es algo sangrante" que no la posean, a pesar de las difíciles situaciones en las que se encuentran en su labor diaria", ha explicado a Europa Press. También ha comentado, respecto a una reciente agresión que sufrió un funcionario en la prisión de Zuera por parte de un preso, "que no es la primera, ni la última" y por eso hay que "dignificar" a estos profesionales con mejores medios y un "blindaje legal".

Desde CSIF han reclamado al Ministerio del Interior que se revisen las medidas de seguridad de los funcionarios de prisiones "ante los riesgos a los que se ven sometidos en su trabajo" y "que se reconozca sin más demora" la condición de agente de la autoridad de los funcionarios de prisiones.

Alberto Juan ha incidido en la "gran profesionalidad" de este trabajo, gracias al cual lo ocurrido "ha quedado en un susto", ha comentado que aunque sospechó del sobre, no se esperaba que fuera explosivo, y ha reconocido que "vivimos tiempos raros y convulsos" y "tenemos que aprender y no relajarnos en nuestras medidas internas" de seguridad.

Ha comentado al respecto que quien enviara este sobre sabía que en un sindicato provincial podía haber un filtro menor de seguridad que en una prisión.

Sobre el autor de este envío y otros asuntos, Alberto Juan se ha remitido a la investigación de la Guardia Civil. Desde la Benemérita en Zaragoza han confirmado que se sigue analizando el material explosivo y con las pesquisas para aclarar lo ocurrido.

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