Los trenes prometidos para la ruta directa Teruel-Madrid no llegarán antes de otoño

Talgo acumula meses de retraso en la entrega de los convoyes de alta velocidad que sustituirán a los S-730, ahora en Galicia, que se utilizarán para la nueva conexión.

La estación de Teruel espera los Talgo S-730 de Galicia para estrenar la ruta directa con Madrid
La estación de Teruel espera los Talgo S-730 de Galicia para estrenar la ruta directa con Madrid
J. Escudero

El viaje en tren directo entre Teruel y Madrid tendrá que esperar. Para poner fin al agravio de ser la única provincia sin conexión ferroviaria con la capital del país, el Gobierno central se comprometió a estrenar una nueva ruta que, sin embargo, no será una realidad antes de otoño de este año, según las previsiones más optimistas del Ministerio de Transportes. El problema radica en el retraso que acumula Talgo en la entrega de los convoyes de alta velocidad Avril con destino a Galicia, lo que está impidiendo liberar los que ahora circulan por esa comunidad para utilizarlos en el nuevo trayecto.

El pasado mes de noviembre, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, confirmó en una visita a la capital turolense su intención de estrenar la línea directa con Madrid. Daba así respuesta a una reivindicación histórica de la provincia, y a un compromiso de la Moncloa con Teruel Existe como parte de sus pactos de gobernabilidad. Sin embargo, no aventuró ningún plazo, consciente de los retrasos que acumula la compañía Talgo en la entrega del material rodante comprometido.

La ruta directa Teruel-Madrid, con paso por Zaragoza y una duración aproximada de tres horas, solo es posible -sin obras, aprovechando la infraestructura actual- con los Talgo S-730, trenes ‘todoterreno’ idóneos para este trayecto por su propulsión híbrida, tanto diésel como eléctrica, como por su capacidad para circular en diferentes anchos de vía.

Se estrenaron en las líneas gallegas hace una década y ahora Renfe se ha dispuesto a renovarlos por el modelo Avril para extender la alta velocidad por toda la comunidad. Cuando se liberen los S-730, el Ministerio prevé destinarlos a la ruta de Teruel, pero ese momento no termina de llegar.

Una vez reconfigurado el contrato tras las afecciones de la pandemia, se fijaron los primeros plazos de entrega de los Avril para 2021, y desde entonces no han dejado de retrasarse. Hasta el punto que Renfe llegó incluso a plantear una demanda contra Talgo por incumplimiento. La compañía, por su parte, se defendió acusando al Ministerio y a sus organismos dependientes de entorpecer las pruebas y el desarrollo del nuevo material.

En cualquier caso, y superada esa fase, se fueron anunciando nuevas fechas que sistemáticamente se han incumplido. Primero se habló del verano de 2022, luego de finales del año pasado y posteriormente del primer cuatrimestre de este 2023. Pero tampoco este será el plazo acertado. Según reconoció esta semana la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, en declaraciones a la televisión gallega, los Avril no comenzarán a operar hasta el próximo "verano o principios de otoño".

Pruebas de homologación

Fuentes de Renfe no quisieron confirmar ni desmentir la previsión de la número dos del Ministerio, y se limitaron a apuntar que siguen a la espera de los nuevos convoyes. Por su parte, desde Talgo explicaron a este diario que la compañía está llevando a cabo "las últimas pruebas de homologación, que terminarán en las próximas semanas".

Este tipo de test se ejecutan en vías de diferentes características por todo el país. "Se trata de pruebas complejas y exigentes que deben ser superadas con garantías. Se avanza satisfactoriamente", apuntan desde Talgo. Después comienza el periodo administrativo para certificar el nuevo material, tanto con la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) como con la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA). "Una vez concluido, comienzan las verificaciones de cada tren antes de su puesta en uso", explican desde la compañía.

Mientras Teruel sigue a la espera. Porque a todo ese desarrollo habrá que añadir el traslado y adaptación de los viejos S-730 a su nuevo destino. El propio presidente de Renfe advirtió de que será un proceso "lento", puesto que exige formación del personal que ha de conducirlo y, sobre todo, adecuar la infraestructura y el convoy, de manera "que el tren se entienda bien con la vía", dijo Táboas.

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