La industria aragonesa inicia un año "intenso" en negociación de convenios colectivos

Dirección y sindicatos de Stellantis, BSH, Pikolin o Valeo y del Metal en las tres provincias deberán pactar en 2023 sus condiciones laborales.

Trabajadores de Stellantis, en el taller de baterías de la planta de Figueruelas.
Trabajadores de Stellantis, en el taller de baterías de la planta de Figueruelas.
Marcos Cebrián

2023 será un año único en la industria aragonesa por la negociación de los convenios colectivos de las grandes empresas y de los que corresponden al Metal en Zaragoza, Huesca y Teruel, donde se dirime el futuro de las condiciones laborales en las pequeñas y medianas empresas del sector. La pretensión de los sindicatos de que se garantice el poder adquisitivo con subidas salariales que recojan los incrementos del IPC en un escenario de inflación a día de hoy tan incierto, la estabilización de las plantillas, los contratos de relevo y la flexibilidad horaria centrarán en gran medida las discusiones entre los representantes de las direcciones de las empresas y los que defienden a los trabajadores de cara a pactar textos que sean aceptados finalmente por las partes.

La fábrica de Stellantis en Figueruelas, varias de las de la industria auxiliar del automóvil, las de BSH en Montañana y La Cartuja, Pikolin, Valeo... El diálogo empresa-sindicatos en la industria estará a la orden del día.

"Este será un año de negociación muy intenso", resumía a este diario José Juan Arcéiz, secretario general de FICA UGT Aragón, que tiene, como sus homólogos en otras centrales, una lista importante con los diferentes frentes que le esperan en cada una de las empresas que deberán renovar para los próximos años los documentos que rigen sus condiciones de trabajo. "En general, la industria va bien", apunta al destacar la foto fija de un sector que se ha recuperado mejor que otros de los efectos de la pandemia, aunque tenga otros problemas. "Por ello seremos exigentes en las negociaciones", afirma.

"Este año o salario o conflicto", zanja por su parte Ana Sánchez, secretaria general de la Federación de Industria de CC. OO. en Aragón, dejando claro así que sus exigencias pasan por subidas de sueldos de acuerdo al IPC y que de no ser aceptadas llamarían a la movilización. "En todas partes nuestra prioridad será llegar a acuerdos y creemos que hay posibilidades de conseguirlos", precisa a continuación. En cualquier caso, subraya que para su sindicato primarán dos cuestiones fundamentales en las negociaciones: por un lado, los incrementos salariales, justificados tras la recuperación de la producción industrial y la mejora de los índices de productividad, y por otro la contratación, siendo conscientes de que esta debe adaptarse a una nueva legislación que rechaza la temporalidad y prima la estabilidad.

"Por una vez van a coincidir en el mismo año las negociaciones de convenios de todas las grandes empresas y del Metal", corrobora Jorge Ruiz de Lazcano, responsable de Industria en OSTA. Aunque reconoce que la situación no es igual en todas las compañías y que hay subsectores que van mejor que otros, incide también en su empeño de reivindicar el poder adquisitivo de los trabajadores en los convenios. "Hay que reclamar subidas salariales con el IPC y si no se consigue del todo hay que buscar medidas compensatorias, reduciendo flexibilidad o las dobles escalas", señala.

"Mantener las cláusulas de revisión salarial con el IPC parece insostenible, habrá que modular la medidas", indica por su parte Javier Ferrer Dufol, presidente de la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ). "En momentos de inflación alta como la actual estas cosas se negocian con dificultad", admite. "En el Metal, habrá que modernizar el convenio", dice también.

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