K-pop y 'youtubers preventivos' contra las conductas adictivas de los adolescentes

El Ayuntamiento de Zaragoza saca a concurso por 18.000 euros un estudio para analizar las amenazas del abuso principalmente de las pantallas entre los jóvenes de 12 a 25 años. 

En Aragón, más del 80% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha jugado a videojuegos en el último año.
En Aragón, más del 80% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha jugado a videojuegos en el último año.
Pixabay

Era un problema que se venía detectando desde años atrás, pero que se disparó con el confinamiento y la pandemia. Las pantallas -de móvil, ordenador, videojuegos…- ejercen de poderoso imán para los jóvenes, que pueden llegar a desarrollar una dependencia peligrosa. El Ayuntamiento de Zaragoza va a lanzar un estudio para conocer las conductas adictivas de los zaragozanos entre 12 y 25 años y poder "orientar acciones y programas de actuación", bien sea con talleres del Instituto de la Juventud o con contenidos más transversales como la oferta cultural de las fiestas del Pilar.

Son muchos los asuntos que preocupan, desde el buen uso de las redes sociales hasta el exceso de tiempo dedicado a los videojuegos, si bien el problema probablemente más dañino de los jóvenes es su adicción al juego ‘online’ y las apuestas deportivas. Las cifras son elocuentes: casi un 40% de los estudiantes de instituto hacen apuestas deportivas y un 6% reconoce tener problemas con el juego. El Gobierno de Aragón publicó hace una par de meses una guía llamada ‘Jugar sin adicciones’ que incluye pautas para que los jóvenes no caigan en estos peligros y, ahora, el área de Acción Social y Familia del Consistorio zaragozano destina 18.000 euros a un estudio que se vertebrará a través de más de mil encuestas a jóvenes y adolescentes.

"Desde 2004 trabajamos en trastornos del comportamiento, que entonces era una derivada que no se tenía muy en cuenta, aunque ahora sí se haya puesto el foco sobre ella", explica Alberto Beltrán, psicólogo del Centro Municipal de Atención y Prevención de las Adicciones, cuya sede está en Pablo Ruiz Picasso, 59. "Hemos hecho grupos de compras compulsivas, de adicción al juego y también de dependencia en lo que a nuevas tecnologías se refiere", cuenta el experto, que insta a diferenciar la adicción (no poder evitar hacer algo) de la dependencia e, incluso, del uso frecuente. "Hoy en día ya nadie tiene un despertador y puede que ni siquiera una cámara de fotos. Como no se han generado modelos alternativos, es normal que se use tanto el teléfono móvil".

A los 15 años son muy pocos los adolescentes que mantienen el control parental en sus teléfonos

‘Jugar sin adicciones’ llegó de la mano del Colegio Profesional de Psicología con el objetivo de ser un recurso práctico y no demonizar tampoco el uso de las pantallas. "Las pantallas son una herramienta útil cuando se usan de forma responsable, porque en ese caso nos permiten crecer. Cuando el uso no es adecuado pueden provocar problemas y patologías", apunta la psicóloga Marta Berbel. Los controles que pueden establecerse son complicados -a los 15 o 16 años son muy pocos los adolescentes que mantienen el control parental en sus teléfonos- y se precisa mano izquierda para afrontar un problema, que la propia OMS cataloga como ‘trastorno’. La asociación Azajer de jugadores en rehabilitación recibió el año pasado una docena de llamadas por problemas de jóvenes enganchados a las consolas y advierte de que “los videojuegos pueden activar el sistema de recompensa en el cerebro igual que lo hacen los juegos de azar y las apuestas”.

Pero, ¿en qué momento hay que preocuparse realmente? Existen una serie de ‘señales’ que pueden ayudar a identificar el problema: un exceso de ausencias escolares, que el joven se refiera de forma continua a contenidos de redes sociales o que tenga muchas dificultades de concentración. Otros factores de riesgo son una baja autoestima, una alta impulsividad y-obviamente- "el acceso de cantidades de dinero no acordes a las necesidades de un adolescente", explican desde el Instituto Aragonés de la Juventud. Las escasas habilidades sociales pueden contribuir a agrandar el problema o a que los adolescentes tengan, incluso, una percepción positiva de las conductas ludopáticas.

En España, los menores de 14 años sólo pueden tener cuenta en redes sociales cuando sus padres.
En España, por la ley de protección de datos de carácter personal, los menores de 14 años sólo pueden tener cuenta en redes sociales cuando sus padres.
Heraldo

A los padres se les recomienda mostrar de manera directa su preocupación y tratar de brindar alternativas para el que el joven no pase más de tres horas al día jugando al ordenador. Habría que controlar también que no fuera lo primero que hace según se levanta y que no descuidara otros intereses como el deporte o la lectura. Cuando deje de relacionarse con sus amistades de siempre es cuando deberían encenderse todas las alarmas. “Se trata de limitar, que no prohibir, el uso de aparatos. Se pueden pactar las horas de uso o limitar el tiempo de conexión a la red a no más de dos o tres horas diarias, según la edad”, explican desde el Consistorio. En sus folletos informativos también recomiendan recurrir a la web de ‘pantallas amigas’ o atender al código Pegi, que advierte de la idoneidad o no conveniencia de los videojuegos.

La experiencia del Pilar Joven

Tradicionalmente las instituciones han reconocido que hay franjas de edad desatendidas a las que sus recursos llegan con dificultad. Así, el Ayuntamiento de Zaragoza suele convocar mesas de participación sobre las fiestas del Pilar, en donde se pone de manifiesto que los jóvenes de 13 a 18 años permanecen ajenos a la programación. Sobre la mesa se han llegado a debatir todo tipo de propuestas, algunas de las cuales parecían incluso contradictorias: desde crear botellódromos donde poder beber alcohol con cierto control hasta fomentar las ‘discos light’ en las que estuvieran vetadas las bebidas espirituosas. Finalmente, una de las apuestas más decididas del Consistorio fue la creación de un ‘Pilar Joven’, con epicentro en la sala Multiusos y con una amplia oferta de ocio digital. Por estas citas suelen desfilar cada año unos 30.000 jóvenes que sí, efectivamente, están pendientes de pantallas, pero de una forma mucho más social y comunicativa. 

Las distintas ediciones de la 'zona gamer' del Pilar en la sala Multiusos se cuentan por llenazos.
Las distintas ediciones de la 'zona gamer' del Pilar en la sala Multiusos se cuentan por llenazos.
Heraldo

Experiencias semejantes se han brindado en otros foros como Etopia -también con gran éxito de las citas de videojuegos retro-, en centros culturales o, en otro ámbito, en el Salón del Cómic con algunos guiños a la cultura k-pop o al ‘cosplay’ (disfraces con los que interpretar personajes). Otros recursos son las competiciones de bandas musicales 'amateurs' en el Túnel del Oliver o las actividades de de Doce Lunas en los centros cívicos con alternativas de teatro, deporte, viajes, cocina e, incluso, ‘scape rooms’. Igualmente se ha sugerido la creación de la figura de los ‘youtubers preventivos’, que serían jóvenes que, con un lenguaje cercano y sin actitudes paternalistas, fomentarían el desarrollo de actitudes positivas.

El Justicia de Aragón pide una regulación
que garantice la protección de menores

El Ayuntamiento lleva la intención de acercar su estudio a una treintena de centros educativos, dado que la idea es que el 70% de la encuesta se haga con población inactiva, esto es, con estudiantes. Con datos como que el 20% de los menores entre 14 a 17 años son jugadores presenciales y un 10% lo es de forma ‘online’, el problema ha sacudido incluso al Justicia de Aragón, que ha abogado por "una necesaria regulación para garantizar la protección de menores y grupos vulnerables". En este sentido, hace ya dos años que se estableció la prohibición de abrir casas de apuestas en el entorno de los colegios. Harina de otro costal son las máquinas tragaperras de los bares con sus luminosas ruletas...

Dicen los expertos que el juego actúa sobre los mismos circuitos cerebrales de recompensa que las drogas y, de hecho, la preocupación por el juego en internet con dinero ha arrinconado a otros problemas habituales de la adolescencia como el consumo de alcohol, tabaco o estupefacientes. En el CMPA también ofrecen ofrecen asesoría tanto en la prevención como en la atención de estos problemas, dado que cada año se producen más de 200 atenciones en urgencias por intoxicaciones etílicas. El abuso de alcohol sí suele circunscribirse a edades más avanzadas (en torno a los 25 años), pero es una evidencia que en zonas de ocio nocturno como el Casco o La Magdalena cada vez hay clientela más joven. Un dato curioso es que los mayores de edad reconocen que se les ha servido alcohol estando ya muy borrachos y el 55% de ellos hubiera preferido que no se lo dieran.

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