Tercer Milenio

En colaboración con ITA

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López Otín define tres nuevas claves para luchar contra el envejecimiento

Una investigación del bioquímico aragonés y un científico de la Universidad de París define cuatro determinantes comunes que comparten procesos antagónicos como son el envejecimiento y el cáncer.

Cuestionario. Vivir para Leer. Carlos López Otín.
El investigador aragonés Carlos López Otín.
Raquel Labodía.

El investigador aragonés Carlos López Otín (Sabiñánigo, 1958), catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo, ha dirigido dos estudios sobre las nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer para conocer el deterioro celular que provocan ambos factores y poder vivir más tiempo y mejor, junto a Guido Kroemer, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de París. 

El trabajo ha ampliado a doce el número de procesos que causan el envejecimiento y han abierto la puerta a diseñar estrategias para combatirlos. López Otín llevo hace más de un mes viviendo y trabajando en Paris dentro de una estancia de investigación, "buscado la imprescindible tranquilidad", aunque ya había realizado este proceso en otras ocasiones. Aun así, mantendrá  su vinculación con la Universidad de Oviedo, donde trabaja desde 1987 y ha sido reconocido internacionalmente por sus aportaciones al cáncer, las enfermedades hereditarias y el envejecimiento.

Los científicos han definido tres nuevas características moleculares y celulares que contribuyen al envejecimiento humano. En un trabajo paralelo, ambos investigadores han introducido el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y han definido cuatro determinantes comunes que comparten el envejecimiento y el cáncer. Aunque estos procesos se valoran como antagónicos, en el artículo publicado en la revista americana ‘Cell’, una de la más importantes del mundo científico, demuestran que poseen algunos mecanismos equivalentes.

En declaraciones a HERALDO, el investigador aragonés señala que este trabajo realizado con Guido Kroemer en París es “de muchos años” y “más allá de los experimentos tiene como objetivo último crear nuevos marcos de pensamiento e intervención que puedan ayudar a la sociedad a corresponsabilizarse de su salud y a la medicina a progresar hacia un ámbito más científico, individualizado y personalizado”.

De hecho, el estudio concluye que el envejecimiento surgiría de un compendio de doce procesos moleculares que de manera conjunta contribuyen decisivamente al deterioro celular y funcional asociado al paso del tiempo.

Origen del estudio hace diez años

El trabajo empezó hace diez años cuando los mismos investigadores aportaron una contribución pionera que fue citada por miles de científicos sobre las claves del envejecimiento con las nuevas alteraciones que se producían en tres categorías: primarios, antagonistas e integradores. Los factores primarios desencadenaban el proceso con la inestabilidad genómica; los antagonistas son las respuestas del organismo para mitigar el daño que suelen ser beneficiosas, pero al cronificarse con la edad tardía pueden resultar perjudiciales para el organismo; los integradores son los principales responsables del agotamiento de las reservas de células y las alteraciones del mecanismo.

Una década después, los equipos de investigadores han aportado tres nuevas claves esenciales del proceso biológico del envejecimiento que son las alteraciones en la autofagia, la inflamación crónica y la disbiosis.

Al hilo de esta investigación, Carlos López Otín y Guido Kroemer publican otro trabajo en estrecha relación en el que introdujeron el concepto de metaclaves en el ámbito biomédico y se definen cuatro determinantes comunes al envejecimiento y al cáncer.

La comparación de estos procesos es sorprendente, ya que son “aparentemente antagónicos” porque el envejecimiento representa “una pérdida continuada de la eficiencia biológica” mientras que el cáncer supone “una ganancia de células que se convierten en entidades egoístas y agresivas hasta comprometer la vída del organismo”.

Pero los científicos proponen la existencia de cuatro mecanismos comunes a los dos procesos que son la inestabilidad genómica, las alteraciones epigenética, la inflamación crónica y la disbiosis

Los autores (con los que han colaboradora Lorenzo Galluzzi, del Weil Cornell Medical Center, de Nueva York, David Roiz, de la Universidad de Oviedo, y Federico Pietrocola, del Institutuo Karolinska, de Estocolmo) concluyen que la comprensión detallada de los mecanismos de las nuevas claves y metaclaves del envejecimiento y el cáncer “permitirá diseñar futuras estratégicas de intervención sobre cada una de ellas” para que se pueda “mejorar la calidad de nuestras vidas” y “extender la longevidad”.

López Otín concluye que para aplicar este proceso, “en todo caso hará falta más educación, más compromiso social y mucha paciencia”. “Conozco bien las dificultades de la medicina más básica y las carencias de la Atención Primaria. Es en este contexto real en el que deben introducirse nuevas y sofisticadas tecnologías que habrá que conocer, practicar e implementar con equidad en nuestro sistema de salud”, concluyó en sus declaraciones a este diario. 

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