Tercer Milenio

En colaboración con ITA

universidad de zaragoza

El 29% de las defensas de tesis doctorales siguen siendo 'online' tras la pandemia

En los últimos cinco años crecen los matriculados extranjeros y aquellos que compaginan estos estudios con un trabajo.

La Universidad de Zaragoza es la universidad española con más cátedras.
La Universidad de Zaragoza es la universidad española con más cátedras.
Guillermo Mestre

El perfil de los doctorandos está cambiando y también muchas dinámicas de su formación. En los últimos cinco años han aumentado los alumnos de otros países que se matriculan en la Universidad de Zaragoza, y también los que llegan de otros campus españoles. Asimismo, crecen los que compaginan estos estudios y un empleo y, a raíz de la covid, la defensa de tesis por videoconferencia se ha estandarizado.

En el curso 2021-2022, con todas las restricciones eliminadas, todavía supusieron el 29%. Otro 17% tuvo miembros presenciales y otros conectados a través del ordenador, y el resto se hicieron ‘in situ’. "Hay miembros de tribunales que vienen de China o Estados Unidos y, por agenda, no pueden perder varios días", detalla Fernando Sanz, director de la Escuela de Doctorado, quien reconoce que en estas decisiones también se valora el aspecto económico.

En estos momentos, hay alrededor de 2.500 estudiantes de doctorado y otros 2.200 tutores. Este año, con el curso todavía a mitad, ya hay 355 nuevos matriculados. Y_la tónica habitual es que se rocen los 500, con un perfil muy variado. "Uno generalmente piensa en becarios del ministerio o la DGA, pero apenas representan un 20% o 25%", explica, al tiempo que reconoce que los criterios para conseguirlas son "muy elevados" y que serían necesarias más becas. El resto suelen estar contratados por los grupos de investigación o lo hacen directamente "por amor al arte", una tónica más habitual en la rama de Humanidades que en la de Ciencias. Además, un 42,32% tienen una dedicación parcial (con un máximo de 7 años para finalizar, cuando lo habitual son 5), frente al 32,42% de hace cinco años.

Según los últimos datos, el 42,48% proviene de otras universidades y un 20,32% son extranjeros. Hay 51 doctorandos de Ecuador, 49 de Colombia, 48 de Italia y 34 de China. "Cada vez se valora más la Universidad de Zaragoza, por su localización y sus grupos de investigación", insiste y señala que para un alumno de América Latina estar doctorado por España es una "garantía" de volver a su país con un puesto relevante.

Entre los tipos de tesis, la mención internacional, que implica estar tres meses en el extranjero, es la más abundante. Un 15% se hace por compendio de publicaciones y otro 3% con cotutela de otro campus. Las industriales, con contrato directo con la empresa, son residuales. También hay quien se doctora "sin ningún calificativo".

La covid, recuerda, además de suponer un impulso para las defensas 'online', provocó un parón en algunas tesis experimentales. "Ahora se retoma la normalidad", apunta, con el objetivo de "seguir mejorando año a año".

"La investigación la hago en mi tiempo libre después de trabajar en el hospital"
Jorge en un laboratorio de la Unidad de Investigación Traslacional del Servet en que realiza su doctorado.
Jorge en un laboratorio de la Unidad de Investigación Traslacional del Servet en que realiza su doctorado.
f. j.

Jorge Rodríguez compagina su tesis doctoral en la Universidad de Zaragoza con su jornada laboral como médico residente (mir) en Neumología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. Sigue así la tendencia al alza de compaginar el doctorado con la vida laboral. "La investigación la hago en mi tiempo libre", puntualiza este joven de 28 años, quien detalla que la organización no siempre es sencilla, puesto que "la carga asistencial varía a lo largo del año y con las guardias cada semana es diferente". No obstante, hasta el momento, siempre ha conseguido adaptarse.

Su llegada al mundo de la investigación fue un poco por casualidad, parte de un "proceso orgánico" después de hacer el máster de Investigación de la Universidad de Zaragoza. "A raíz del Trabajo de Fin de Máster empecé a trabajar con el grupo Medicina de Precisión en Enfermedades Respiratorias", especifica. Y, aunque el trabajo académico terminó, no fue así el experimento en el que estaba inmerso. "El ambiente era muy bueno y la investigación muy atractiva por lo que decidí seguir", puntualiza.

La investigación en la que trabaja, codirigida por el neumólogo José María Marín y el bioquímico David Sanz, se centra en el cáncer de pulmón, una enfermedad "muy frecuente" y que además "no tiene un buen pronóstico". "Estamos buscando a nivel molecular, un marcador en pacientes de riesgo que nos ponga sobre aviso de su presencia en estadios precoces, para ser capaces de tratar antes y mejor, con la ganancia de años y de calidad de vida que eso supone", especifica.

Detalla que está siendo un proceso de aprendizaje "duro", pero que de otra forma no hubiera podido experimentar, "puesto que el trabajo asistencial es muy diferente". De hecho, recalca que aunque se dedica a la medicina en activo, también le interesa la docencia, especialmente, en el ámbito universitario. No obstante, lamenta que dentro de los hospitales "no está particularmente reconocido", una de las quejas reiteradas por aquellos médicos que también se dedican a la docencia.

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