aragón
Estos son algunos de los negocios emblemáticos que han cerrado en 2022 en Aragón
La falta de relevo generacional está detrás de la mayoría de las clausuras, que acaban con sagas familiares de comerciantes. "No son muchos, pero son de toda la vida y sus nombres tienen mucha relevancia", dice Gálvez.
Cercanía, una atención personalizada y especializada y la posibilidad de tocar el producto 'in situ' son los tres pilares del comercio de proximidad para atraer al público, tal y como subraya Ángel Gálvez, director gerente de la Federación Consejo del Comercio de Cepyme Zaragoza (Fecom).
A su juicio, el sector en Aragón todavía no goza de una buena salud después de la irrupción de la covid-19, que provocó en los meses más duros de los contagios el cierre de muchos establecimientos. "Ahora está empezando a recuperar el tono que tenía antes de la pandemia, pero está aún lejos de alcanzar esos volúmenes", recuerda. A ello se une la clausura de "muchos comercios" por la falta de relevo generacional. "Los hijos ven que sus padres están trabajando desde hace años, hubo lo que hubo, ha ido en decrecimiento y ahora está en una situación precaria en según qué tipo de comercios y locales. Todo ello no incentiva que ese relevo se produzca", afirma el directivo de la patronal de las medianas y pequeñas empresas en la capital.
Ese es también el principal motivo de los negocios emblemáticos aragoneses que no volverán a abrir sus puertas en 2023, poniendo fin a sagas familiares de comerciantes. "No son muchos; lo que pasa es que son de toda la vida y sus nombres tienen mucha relevancia", dice Gálvez, que habla de la necesidad de renovación de los locales más antiguos como "un atractivo añadido". Asimismo, el comercio de proximidad tiene que lidiar con los nuevos hábitos de consumo y la venta 'online', que con la estructura que tienen no pueden competir en precio y logística con las grandes cadenas.
Desde Fecom se quiere recuperar el programa de dinamización de todos los sectores comerciales y para ello trabaja con las distintas asociaciones. "Tenemos una 'app' de comercio de Zaragoza y la hemos ampliado con una ventana donde vamos a dar la oportunidad de que aquellos establecimientos que lo deseen incluyan promociones, cupones o bonos de descuentos", avanza.
Estos son los siete establecimientos con solera que han cerrado sus puertas este 2022 en la Comunidad. A estos se sumarán La Ferretera Aragonesa (que tiene previsto estar abierto hasta verano de 2023) y Alfombras Miguel (en activo hasta enero inclusive). Ambos son dos tiendas centenarias de Zaragoza y bajan la persiana también por la jubilación de sus propietarios:
La bombonería Soconusco y sus famosas trufas heladas
A mediados de octubre, la dueña de la emblemática bombonería Soconusco, en el céntrico paseo de la Independencia de Zaragoza, se despedía de sus fieles clientes tras más de 80 años endulzando la vida de los aragoneses con sus famosas trufas heladas, sus palmeras de chocolate, sus bombones o frutas de Aragón. "Han sido unos días muy intensos tanto laboral como emocionalmente. Muchísima gente ha venido para despedirse con mucho cariño. Esto te encoge un poco el corazón”, confesaba María Pilar Val, que echaba el cierre tras alcanzar la edad de jubilación. "No hay relevo (generacional) y yo cumplí 65 años en agosto", decía. Además, recordaba que su abuelo Antonio Val -nacido en la pequeña población turolense de Castel de Cabra, en la comarca de las Cuencas Mineras- creó la bombonería en los años cuarenta en el centro de Zaragoza hasta con terraza, mesas y veladores, donde se solían celebrar tertulias creadas por grupos de médicos y arquitectos con sus cafés, granizados y pasteles. >>LEER MÁS
Dulces Catalina, referente en caramelos y chocolates
"Nunca creí que me vería obligada a bajar la persiana del negocio en el que puse toda mi ilusión, pero tampoco estaba previsto que una pandemia sacudiera nuestras vidas", decía Chayo Cerdán, la última dueña de Dulces Catalina, tras la decisión tomada de clausurar la tienda el pasado noviembre. Este establecimiento -ubicado en la calle de Fuenclara- ha sido una referencia en caramelos y chocolates desde 1940 en Zaragoza y llegó a contar con dos tiendas. Cesáreo Catalina, su fundador, comenzó a elaborar los primeros caramelos y se convirtió en una referencia del sector. Sus caramelos de piñones, las guindas al marrasquino, las sardinas de chocolate, las piedras del río, los chimos o los cuba-libre, entre otros productos, ocupaban su escaparate y en su última etapa pasaron a venderse en internet junto con tartas de chucherías y servicios de 'candy bar'. No obstante, la diversificación del negocio no fue suficiente para su cierre. "Los hábitos de consumo han cambiado mucho y solo con la venta 'online' no podría pagar las facturas. Tampoco podría hacerlo solo con la tienda, así que he decidido cerrar", comentaba, apenada, Cerdán. >> LEER MÁS
Vifer, fin a una saga familiar de 3 generaciones entre ropa laboral
La tienda Vifer de Zaragoza -especializada en ropa laboral- anunciaba a mediados de diciembre su cierre, poniendo fin a una saga familiar de tres generaciones. "Lo hemos intentado, pero las circunstancias actuales no han acompañado. Internet ha hecho mucho daño al trabajo de toda la vida y al comercio de proximidad", apuntaba Mariví Fernández Ledesma, quien tras pensárselo mucho ha decidido jubilarse. Ubicada en la calle de Manifestación, Vifer abrió sus puertas hace 82 años como sastrería y con el tiempo se fue especializando en ropa de trabajo. Con 43 años, Mariví tomó las riendas del negocio, a la que acompañaba su padre, Víctor Fernández Arilla, quien a su vez cogió el testigo con solo 16 años de manos de su padre, el también sastre Fernando Fernández. >>LEER MÁS
Labastida, más de seis décadas de tradición joyera
El cartel de liquidación por cierre ha colgado todo este año en la fachada de la Joyería Labastida -en la calle de Don Jaime I de Zaragoza-, y es este 31 de diciembre, previo a las campanadas, cuando echa la persiana. Juan Labastida y Berta Pallarés han puesto fin a un comercio con 65 años de historia que arrancó cuando los padres de él inauguraron en 1957 una pequeña joyería en San Vicente de Paúl. "Se dedicaban a la brillantería y nosotros hemos continuado, pero también hemos apostado por otras cosas. Aunque en un principio éramos una platería con juegos de café, soperas de plata...", recordaban hace unos meses. Ahora se prejubilan y lo que quieren es disfrutar de sus nietos. "Nos hemos perdido mucho de nuestros hijos, porque el problema de un comercio es que el horario es muy esclavo: trabajas los sábados, tienes vacaciones una o dos semanas… Vamos a cerrar en el momento que más clientela joven tenemos, lo que pasa es que ha llegado nuestro momento", observaban. >>LEER MÁS
Pastelería Tricas, 103 años ofreciendo delicias desde Huesca
El pasado 4 de diciembre, y tras 103 años de trayectoria, Pastelería Tricas -ubicada en el Coso Bajo de Huesca- cesaba su actividad. Su propietario y pastelero, Manuel Tricas Benito, se jubiló y, después de tres generaciones, el negocio familiar se ha quedado sin sucesores. "Aún no teniendo intención de traspaso porque es mi casa y están mis cosas, tampoco ha venido alguien a interesarse por el negocio", señalaba entonces. Todo comenzó en 1919, cuando su familia empezó a fabricar caramelos, grageas y peladillas que vendían en el pequeño establecimiento y distribuían por toda la provincia y por parte de las de Navarra y Zaragoza. A finales de los años 70, Manuel Tricas se colocó el delantal y empezó a elaborar pasteles, tartas y pastas... "Mi principal maestro fue mi padre, un gran pastelero", indicaba. "Son tiempos difíciles y esta es una faena muy sacrificada", añadía. >>LEER MÁS
Autoservicio Ciprés, uno de los últimos ultramarinos oscenses
Era la única tienda de ultramarinos que había en la zona oeste de la comarca de la Hoya de Huesca y dijo adiós el 31 de agosto. En Autoservicio Ciprés -en Angüés- había de todo: carnicería, alimentación, tabaco... Pilar Ciprés, su propietaria, heredó el negocio de sus padres y lo fue transformando a lo largo del tiempo. "Llevo 40 años trabajando, 363 días al año, y ha llegado un momento en que tengo que cerrar porque sé que no tiene continuidad. Mis hijos han acabado sus carreras, de Farmacia y Medicina, y es muy difícil que se dediquen a esto", se lamentaba. Acababa la historia de dos generaciones de comerciantes y mucho más porque como ella misma advertía con cada servicio que se pierde, "se muere un poco el pueblo". >>LEER MÁS
El mítico Brasil: 40 años detrás de la barra de un bar
"Todo tiene un principio y un final, y este era el de mi etapa en el bar Brasil". Esto es lo que sostenía a mediados de octubre Javier Sanz Vidorreta, con 65 años recién cumplidos. Bajaba la persiana un mítico local, que abrió sus puertas el 7 de mayo de 1982 en la calle de Jordán de Urriés, en pleno corazón de Zaragoza. Fue su padre, José Sanz, el que decidió montar un negocio familiar que se mantenido en el tiempo más de cuatro décadas. “Siempre apostamos por ser un sitio familiar y muy económico. El secreto para aguantar tantos años ha sido mantener esa cercanía con todo el mundo, gracias sobre todo a los camareros que han pasado por aquí. Su trabajo ha sido fundamental”, añadía el dueño del bar Brasil. que añadía: "Hoy sé que no hay mejor escuela de hostelería que la barra de un bar". >>LEER MÁS
