infraestructuras 

Los secretos ferroviarios del nuevo parque de Canfranc

El complejo contará con un reloj de sol dedicado a los ingenieros Ramírez de Dampier y Caballero de Rodos y con bancos con elementos de las antiguas vías, entre otros detalles. 

El ingeniero Juan Antonio Ros y su hijo arquitecto (se llama como su padre),responsable del mobiliario de la estación de Canfranc, en su despacho.
El ingeniero Juan Antonio Ros y su hijo arquitecto homónimo, responsables del mobiliario de la estación de Canfranc, en su despacho.
Francisco Jiménez

El nuevo parque de Canfranc va a sustituir el corazón de la urbanización que antes estuvo lleno de vías del ferrocarril y ahora “mantendrá su ambiente ferroviario con elementos recuperados”, detalla el alcalde Fernando Sánchez, quien espera que se inaugure en los próximos días “cuando llegue la luz”.

El estreno de la zona verde para los vecinos y los visitantes podría ser en las próximas Navidades (la luz eléctrica podría llegar el próximo 30 de diciembre) o bien esperar a coincidir con la apertura del futuro Royal Hideaway Hotel el próximo 24 de enero, fecha fijada para las primeras reservas de habitaciones por el grupo Barceló, que presentará el próximo miércoles, 21 de diciembre, su proyecto en Madrid con el Gobierno de Aragón.

El plan parcial de la zona urbanizable, que tiene más de 100.000 metros cuadrados (51.197 m. para zona verde, 17.118 m. para equipamientos y 39.333 m. para viales y aparcamientos) lo hizo la consejería de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, a través de Suelo y Vivienda. Asumieron el proyecto presentado por la consultora de ingeniería Eurotec y, al final, la dirección de la obra se concedió a la empresa SERS.

La explanada de Canfranc, que va a suponer la gran ampliación del espacio de uso para el municipio, tiene casi 1.200 metros de longitud. De ellos, están previstos que a los usos urbanos de la zona se dediquen a 131.906 metros cuadrados, que incluyen espacio para nuevas viviendas (13.380 m.), el uso terciario (10.673 m.) e infraestructuras (205 m.), mientras la parte ferroviaria se quedará en 67.023 metros.

Era un plan viable y realizable porque era respetuoso”, reconoce el arquitecto Juan Antonio Ros de la consultora aragonesa Eurotec, que realizaron el proyecto por un presupuesto ajustado de 6,2 millones de euros. Lo compara con otros proyectos como el Balneario de Panticosa, “megalómano”, que no se completó y han quedado zonas sin uso. “Ha sido compleja toda la ejecución, pero Canfranc es parte de la cuna de Aragón, como San Juan de la Peña, y hemos disfrutado con emociones internas al ser de aquí”.

Bancos, farolas, pasarela y un reloj 

Los secretos ferroviarios se pueden ver en el mobiliario, desde los 61 bancos repartidos en la zona verde porque “guardan parte de los raíles de las vías que se quitaron”, hasta las 43 farolas instaladas, para las que han recuperado hasta postes de telégrafos, o los próximos carteles informativos.

Nueva pasarela de acceso al entorno a la Estación de Canfranc
Nueva pasarela de acceso al entorno a la Estación de Canfranc
Fernando Sánchez

“Estamos realizando un reloj de sol como homenaje a los ingenieros de caminos Fernando Ramírez de Dampier (que diseñó la estación de Canfranc que va a ser un hotel) y Luis Caballero de Rodas (responsable del diseño de la explanada). Es la manera de recuperar su legado”, desvela el ingeniero Juan Antonio Ros (padre del arquitecto). “El Ayuntamiento de Canfranc y la DGA han decidido que se instale en el centro del paseo”.

Entre sus aportaciones del mobiliario a la urbanización, la consultora Eurotec instaló el pasado mes de mayo una pasarela de peatones situada al norte del acceso principal y se encuentra en las inmediaciones del futuro Centro de Acogida e Información de Peregrinos. Se hizo como alternativa a la entrada central, en el que convivirán los coches y los ciudadanos.

El ingeniero bilbaino José Rivacoba, de 91 años, que apoyó la entrada de España en la Agencia Espacial de Europa, tiene dedicada la nueva pasarela de Canfranc.
El ingeniero bilbaino José Rivacoba, de 91 años, que apoyó la entrada de España en la Agencia Espacial de Europa, tiene dedicada la nueva pasarela de Canfranc.
Heraldo

El ingeniero Juan Antonio Ros reconoce que el proyecto es “técnico” y “emocional”, por lo que ha dedicado la pasarela al ingeniero José Rivacoba, un bilbaino de 91 años, que fue uno de los niños españoles que llegaron a Rusia en la Guerra Civil y acabó como un experto que llevó a España a entrar en la Agencia Espacial Europea. “Fue profesor nuestro y su experiencia llevó al potencial que alcanzó España con los cohetes. Participamos en el diseño de la tobera del avión Eurofighter a través de la empresa Rolls Royce”, señala Ros.

Asimismo, su hijo arquitecto destaca que las zonas de aparcamiento rodean el nuevo parque, y se acercan al gran hotel o la estación ferroviaria, pero se protege de manera muy singular el acceso de los minusválidos. También detalla que se ha sumado un acceso a los vehículos en la zona norte, próximo al túnel ferroviario, para llegar a la estación ferroviaria.

Además, el ingeniero menciona que está muy satisfecho cómo ha quedado el sistema de salvamentos ante un riesgo de inundación del río Aragón, cuyo curso de modificó para construir la estación ferroviaria en 1928 e incluye una gestión sostenible de los aguas residuales, y el de aludes en las montañas, que gestiona la DGA.

Un anillo viario y un escenario helicoidal 

Por su parte, Joaquín Bernad, responsable de SERS, empresa que hace la dirección de obra, destaca que les ha tocado la parte más modesta con las trece hectáreas de la explanada. "Es un anillo viario alrededor de la estación y el hotel que tiene accesos por el puente central y la carretera nacional. Quedan espacios para hacer 133 viviendas", apunta Bernad. "La franja verde dispone de un escenario helicoidal para celebrar actos. Está situado en la zona sur de la plaza central que une los dos edificios (hotel y estación)".

Asimismo, el responsable de SERS destaca que en las pastillas de la zona verde están llenas de elementos ferroviarios como básculas, agujas, grúas o farolas. "El parque va a suponer un andador de paseo muy bien preparado", señala Joaquín Bernad. 

Aun así, mencionó que queda pendiente el futuro museo del ferrocarril situado en el edificio de cochera de locomotoras, una vez que concluyan la puesta en marcha la zona de urbanización, pero eso será un capítulo nuevo para los aficionados del ferroviario (Azaft, Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías).    

Las espías Lola Pardo (de pie) y su hermana Pilar, sentada, con una familiar.
Las espías Lola Pardo (de pie) y su hermana Pilar, sentada, con una familiar.
Familia Lola Pardo

Vagones y las mujeres espías  

El Ayuntamiento de Canfranc ha colaborado con la urbanización del nuevo parque recuperando con diez alumnos y cuatro trabajadores a través de un taller de empleo para recuperar tres vagones, unas agujas, unas fuentes o la recreación de la vía. Fernando Sánchez tiene claro que el uso de los elementos ferroviarios van a servir para mostrar ese ambiente histórico del tren en la zona industrial.

Entre los secretos ferroviarios, el alcalde tiene previsto dedicar un espacio como homenaje a las hermanas Lola y Pilar Pardo, por su colaboración con el espionaje aliado en la II Guerra Mundial en esos años, cuando Canfranc fue ocupado por los nazis desde noviembre de 1942 en la parte francesa de la estación.

De hecho, las hermanas Pardo eran amigas de Albert Le Lay, jefe de la aduana francesa de Canfranc, quien es conocido como el Schindler del Pirineo por los cientos de personas que salvó en su huida de Europa entre 1940 y septiembre de 1943 (tuvo que escapar de los nazis que descubrieron su función) y ya bautizaron con su nombre el puente principal de entrada a la explanada.

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