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Belloch: “Esto no hubiera pasado con González. Se está jugando con piezas básicas del Poder Judicial”

El exministro de Justicia e Interior, que asistió este miércoles a una cena con Felipe González con motivo del 40 aniversario de la llegada del PSOE al Gobierno, señala que "no se puede someter el Código Penal al trueque de concesiones políticas”.

El exministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, ayer en Puerta Cinegia, donde iba a comer con sus compañeros de la Audiencia de Zaragoza.
El exministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, este jueves en Puerta Cinegia, donde iba a comer con sus compañeros de la Audiencia de Zaragoza.
José Miguel Marco

El exministro de Interior y Justicia, Juan Alberto Belloch, (72 años) acudía este jueves al restaurante La Lobera de Martín, en la plaza de España, para comer con sus antiguos compañeros de la Audiencia de Zaragoza y celebrar así las próximas Navidades el año en que el exalcalde de Zaragoza se jubiló.

Este pasado miércoles estuvo en un encuentro histórico, en Madrid, porque se celebraban los 40 años de la llegada de Felipe González al Gobierno (1982-1996), una cena a la que acudieron 38 ministros que trabajaron con él en los sucesivos ejecutivos. 

Antes de entrar en la comida en Zaragoza con sus compañeros, Belloch concedió una entrevista rápida a HERALDO.       

¿Qué tal fue el encuentro histórico del miércoles con Felipe González y sus antiguos ministros en la cena que hicieron en Madrid?

Lo más significativo es que no hubo ninguna noticia. Solo el hecho de que estuvimos 38 exministros de Felipe. Todos juntos... parece que impresionan. Están todos muy bien, han envejecido bien... menos yo (bromea). El acto comenzó con la presentación de Felipe a cargo de la responsable de comunicación (del Gobierno, de 1988-1993), Rosa Conde. Luego él dio un discurso de unos quince minutos...

¿En qué incidió el expresidente del Gobierno?

Básicamente, no quería entrar en un problema político actualmente planteado porque las cosas están complicadas. Dedicó buena parte del tiempo a decir que cuando ellos llegaron al poder (solía decir “nosotros llegamos”, aunque en realidad era en singular no en plural) tenían un proyecto de gobierno, de país y de nación. Ese proyecto globalmente se había hecho bien y por eso celebrábamos los 40 años de aquel momento, para evidenciar que estamos orgullosos de nuestro trabajo hecho durante mucho tiempo. Se esté de acuerdo o no con él, pero fue en una dirección delimitada.

Menudo día tocaba el aniversario, con lo que se vive en el Congreso. ¿Hay muchas diferencias entre la experiencia del tiempo de Felipe González con lo que está pasando ahora?

Ayer (por este miércoles, 14 de diciembre) era el día exacto en el que se cumplían exactamente los 40 años del primer Gobierno. No me había fijado con lo que coincidía… Celebrábamos lo de Felipe. En definitiva, afecto, orgullo y satisfacción. Todos fuimos buenos... y pronto, a la cama (bromea), por indicación de nuestras esposas y parejas.

¿Dónde cenaron?

Estuvimos en ‘La Manduca’, un lugar clásico de toda la vida donde hacen los mejores vegetales de Madrid, sobre todo las alcachofas.

¿Ha avanzado en su autobiografía?

Va avanzando y, de momento, el primer borrador ya está... Pueden faltarle unos cuatro meses de cocción para publicarlo si estamos de acuerdo con la editorial.

¿Qué parte de esa historia nos sorprenderá más?

Empiezo diciendo que el género biográfico es siempre mentira porque es el más fantástico que existe, incluso más que el cine de miedo. A pesar de ello, estoy convencido a estas alturas de que lo que cuento es verdad.

¿Hablará de Roldán…?

Bueno, esas cosas no me interesan.

¿En qué detalles se centra?

En mi biografía, lo que he hecho desde que me parieron mis padres hasta la fecha de hoy. Aunque lo más popular fue la detención de Roldán, un éxito policial y judicial, pero no es un tema central de mi trayectoria política en modo alguno. Es más importante el Código Penal de 1995, la ley del Jurado, la ley de asistencia jurídica gratuita y la reforma del sistema de los forenses…, como ministro de Justicia. Como ministro de Interior hicimos cosas, entre otras la detención de Roldán, sin duda, pero no fue el tema que nos dedicó más tiempo. Sobre todo nos dedicamos a ETA y al terrorismo porque era lo que nos preocupaba muchas noches. La lucha contra ETA fue mucho más importante que el hecho de que Roldán defraudara unas cantidades de dinero.

Pasados los 40 años del gobierno de Felipe González, ¿cómo puede compararlo con el actual en estos momentos tan críticos?

Ayer no hubo conversaciones, solo un discurso de bonhomía. Las diferencias entre los dos gobiernos, aquel y el actual, son muchas. Yo fui ministro de Felipe. Me siento partícipe y orgulloso. Respecto a la dirección actual del PSOE, no estoy de acuerdo con ella y somos muchos. Esa es la realidad.

El presidente Javier Lambán criticó también el miércoles el cambio del delito de malversación…

Lambán dice cosas más drásticas porque es más temperamental. Hay desacuerdos muy profundos (entre los socialistas con el Gobierno de Sánchez). Sobre todo, no se puede someter el Código Penal al trueque de concesiones políticas y eso está determinando problemas graves que pueden continuar. Algunas pueden empeorar, como el deterioro de las instituciones, que ya es un hecho. Si finalmente el Tribunal Constitucional, por mayorías políticas, mantenidas de manera irregular, llega a suspender la aplicación de una ley, estaríamos en un caso sin precedentes y muy grave. En realidad, no sirve para nada porque se puede volver a realizar, pero sobre todo perjudica a la institución, no a los partidos políticos.

¿Qué riesgos estamos corriendo?

Aunque puede que estemos haciendo de adivinos, puede ocurrir. En realidad, se está jugando con todas las piezas básicas del Poder Judicial, como el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial, y poniéndolas en cuestión. Esto no hubiera pasado con Felipe.

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