historia
Se reactiva la exhumación de los hermanos Lapeña en el Valle de los Caídos
Los familiares confían en que se recuperen los restos de los dos hermanos represaliados y sean devueltos al cementerio de Calatayud, como determinó una sentencia de 2016.
El equipo de forenses que formó el Gobierno para la exhumación de 118 víctimas del Valle de los Caídos, entre los que destacan los hermanos Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, fusilados en 1936 en Villarroya de la Sierra, ha regresado a la basílica para reactivar un trabajo congelado desde hace varios meses tras haberlo paralizado el Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial, del PP.
La familia de los hermanos Lapeña obtuvo respaldo judicial para la recuperación de sus restos del Valle de los Caídos en 2016. Esta zona se conoce ahora como el Valle de Cuelgamuros, al modificar el nombre de los Caídos con la aprobación de la Ley de Memoria Democrática.
La decisión de reactivar la búsqueda fue reclamada por Patrimonio Nacional, frente a la decisión adoptada por el Ayuntamiento de la localidad de suspender la licencia de obras, lo que supuso la paralización de los trabajos.
Una vez levantadas las medidas cautelares por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid el pasado mes de julio y después de que el mismo Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial estableciese que el consistorio no tenía competencia para suspender la licencia de obra, desde Patrimonio Nacional se ha procedido a reanudar los trabajos "para terminar así con el sufrimiento que esta situación estaba ocasionando a los familiares de las víctimas", sostiene una nota de prensa del Gobierno.
Familia de los hermanos Lapeña
La familia de los hermanos Lapeña Altabás ha aplaudido que se haya retomado la búsqueda porque "es un paso importante, después de llevar seis años esperando que se aplique la decisión de un juez", y esperan que "a ver, si ahora es la definitiva". Purificación Lapeña, nieta y sobrina nieta de las víctimas franquistas, y su marido Miguel Ángel Capapé declararon a HERALDO que esperan que "los forenses actúen hasta el final, con la identificación de los restos, y así se cumpla la sentencia".
En estos años de espera falleció Manuel Lapeña, hijo y sobrino de los represaliados, cuando contaba con 97 años y no pudo ver la recuperación de sus restos para devolverlos al lugar donde murieron.
"Esto es fruto de la ignorancia de la sociedad porque no se conoce, pero la historia saldrá a la luz antes o después", considera Purificación Lapeña. "Tomaron el ADN de Manuel Lapeña (hijo de uno de ellos) y así podrán utilizarlo en las tareas de recuperación de los restos de sus familiares".
El equipo de forenses dio fundadas esperanzas a los miembros de la Asociación Familiares Pro Exhumación de los Republicanos del Valle de los Caídos (Afperv) de que se podrían identificar los restos de los Lapeña y del centenar de víctimas cuyas familias han reclamado sus restos.
"Cuando los enterraron en Calatayud, lo hicieron en fosillas donde había tres o cuatro fallecidos juntos, pero al trasladarlos a San Lorenzo del Escorial en 1957 metieron juntos los restos de unas 80 personas. Ahora el trabajo de los forenses será detectar algunos huesos de fémur de los Lapeña para identificarlos", detallan sus descendientes.
Familiares de las víctimas visitaron con los forenses la zona de la búsqueda, que se sitúa en el nivel tres, en la zona norte de la capilla del Santo Sepulcro.
El Gobierno había determinado la búsqueda justo en la zona donde se cree que fueron enterrados los fallecidos de Calatayud para poder localizarlos. De hecho, esta decisión acompañó la del Juzgado de Primera Instancia 2, que reconoció el derecho de un hijo y sobrino y de una nieta y sobrina-nieta de los fallecidos al darles “digna sepultura” ya que “el derecho de la persona a ser inhumada conforme a los ritos de la religión que profesa forma parte del contenido esencial del derecho fundamental de libertad religiosa, que comprende”, señaló.
