Día Mundial de la lucha contra el Sida

Día Mundial contra el sida: "Decidí contar a todo el mundo que era seropositivo"

Aragón ha detectado 102 nuevos casos de sida en 2021. Unas cifras similares a las de años anteriores, que llevan una década entorno al centenar de positivos al año en nuestra comunidad.

Test rápido para la detección de infecciones de transmisión sexual.
Test rápido para la detección de infecciones de transmisión sexual.
Francisco Jiménez

Exiliarse por motivos sanitarios. Eso es lo que decidió Félix Claudio cuando salió de su Brasil natal hace 6 años hacia España al ser diagnosticado de VIH. “Vivir con VIH en Brasil es muy diferente a vivir con esta enfermedad en países como España porque allí todavía hay mucho estigma social alrededor del sida”, dice este brasileño de 43 años. “No quise afrontar a mi entrono ni a mi familia y me fui. Solo se lo dije a mi madre”, asegura este afectado por VIH. 

Félix tomó esta decisión tan drástica después de ver la experiencia que tuvo que soportar un amigo cercano que se encontraba en su misma situación. “El estigma social y el rechazo al que lo sometieron en su entorno fue muy fuerte y a mi me iba a pasar lo mismo. No iba a permitir que alguien me hiciera sentir como le hicieron sentir a él”, recuerda Claudio.

Los primeros meses tras salir de Brasil y llegar a Zaragoza no fueron fáciles. “El diagnóstico es muy duro y pesado, más si no se cuenta con apoyo y ayuda. Son momentos de incertidumbre”, explica este brasileño. Él estaba solo en una ciudad nueva y en un país que no era el suyo. “Tenía miedo, estaba perdido y mal informado de cómo vivir con VIH”, recuerda. A los pocos meses de llegar se puso en contacto con la asociación Omsida, de ayuda a las personas que viven con VIH o sida en Aragón. “Ellos me ayudaron a nivel social, emocional y a acceder a la medicación que necesitaba”, explica Claudio. 

Equipo de trabajadores y voluntarios de la asociación Omsida en Zaragoza.
Equipo de trabajadores y voluntarios de la asociación Omsida en Zaragoza.
Omsida

“Gracias a ellos me empoderé y ahora no tengo miedo a decir que tengo VIH a mi entorno”, constata el brasileño. Y para confirmarlo está la decisión que tomó dos años después de llegar a Zaragoza. “Decidí contar a todo el mundo que era seropositivo y lo publiqué en mis redes sociales”, asegura Félix Claudio. 

“Mucha gente de Brasil me mandó mensajes para pedirme información porque se encontraban en esa situación, otros perdieron el miedo y en las redes sociales hablaron abiertamente de algo que allí es un tabú o me pidieron ayuda”, relata el brasileño. “No me afectó que las personas de mi entorno no me apoyasen porque la única opinión que me importaba era la de mi madre y ella era la única que lo supo desde el principio”, asevera.

En Zaragoza, ha rehecho su vida y encontrado un trabajo como dinamizador social en una asociación para personas en riesgo de exclusión. “Aquí nunca he sufrido rechazo. Nunca me he sentido diferente a nadie por tener esta enfermedad que no se nota, ni deja huella y que no puede transmitirse si se sigue un tratamiento. Tuve miedo al principio pero nunca me he sentido incapaz”, asegura Claudio. En la actualidad sigue con su tratamiento y se ha formado para ayudar a otras personas en su situación como voluntario en Omsida.

891 pruebas de VIH y 24 cribados positivos

En 2021 se han diagnosticado en Aragón 102 casos de VIH según los datos publicados este miércoles por el Gobierno de Aragón. Unas cifras similares a las de años anteriores, que llevan una década entorno al centenar de positivos al año en nuestra comunidad, según los datos de Omsida. Esta asociación realizó 3.573 pruebas rápidas de enfermedades de transmisión sexual en 2021: 891 fueron de VIH, con un resultado de 24 cribados positivos, lo que representa el 23 % de todos los casos diagnosticados en Aragón.

Pruebas rápidas para detectar el VIH en el centro Zipi de Omsida.
Pruebas rápidas para detectar el VIH en el centro Zipi de Omsida.
Omsida

El tratamiento habitual para tratar el VIH es el antirretroviral que se toma mediante un comprimido diario y permite a estos enfermos llevar una vida sana y normalizada. El tratamiento no cura la enfermedad, pero reduce la carga viral a niveles indetectables por lo que no hay riesgo de transmisión del VIH.

"Esta inyección representa un gran avance para los enfermos de VIH por comodidad y porque reducirá el estigma que sufren muchos de ellos"

A partir de este mes de diciembre, además, hay cambios en el tratamiento, ya que la pastilla diaria pasará a convertirse en dos inyectables que se administrarán cada dos meses. “Esta inyección representa un gran avance para los enfermos de VIH por comodidad y porque reducirá el estigma que sufren muchos de ellos”, dice José Ángel Gilabert, coordinador del centro Zipi de Omsida. “Hay personas que tienen miedo a que les descubran las pastillas en casa. Tenemos el caso de un chico que compartía piso con otros compañeros. Un día le vieron las pastillas y al enterarse de que tenía sida lo echaron. Ahora ya no habrá más pastillas en casa”, afirma Gilabert.

Por ese mismo motivo, Gilabert cree que el nuevo formato de administrar el tratamiento “ayudará a mucha gente en su adherencia y a que personas mayores o con algún tipo de problemas no tengan que preocuparse más por acordarse de tomar las pastillas”, explica el coordinador del centro Zipi.

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